EL 54% DE CHÁVEZ
Lunes 08 de Octubre de 2012 12:47
0 Comentarios
APU: ¿Cómo viviste en Venezuela la jornada de ayer?
Telma Luzzani: Fue un día histórico, un día muy emocionante. Empezando porque, yo cubrí las elecciones del 2006, donde también había un candidato de la oposición, que casi completaba el arco de la derecha, pero se notaba que no tenía prácticas democráticas. Se notaba que la derecha apostaba al golpismo, a la guerra sucia, a los obstáculos. Y en esta ocasión la verdad que me alegró ver que la oposición aceptó el juego democrático, aceptó el juego de las urnas, e hizo lo que había que hace en un país. Se constituyó en una derecha opositora, que si bien tomo algo del programa de Chávez aunque no decía todo lo que iba a hacer si hubiese ganado Capriles. Hubo realmente una fiesta democrática ayer.
APU: Quizás ese sea el dato más importante, esa reacción de Capriles reconociendo la derrota.
TL: Bueno, no sé si el más importante, pero digo que manifiesta un cambio, en una derecha que históricamente estuvo acostumbrada a estar e el poder sin trabajar, en el sentido de hacer campañas, de proponer un programa, de convencer al elector y no de hacerlo por la fuerza. Ese esfuerzo me parece que es un ejemplo, y lo subrayó el presidente Hugo Chávez cuando habló desde el “Balcón del Pueblo”, como llaman ellos a un balcón que hay en el Palacio Miraflores.
APU: ¿Cómo viste que lo vivió el Pueblo venezolano?
TL: Los primeros días, los días anteriores eran como de cualquier elección, con mucha incertidumbre. Si bien cada uno de los bandos estaba seguro de ganar, fueron días con mucha movilización. La movilización de Hugo Chávez fue impresionante, la del candidato opositor había sido tal vez la más importante que la derecha había hecho en Venezuela. Ayer era una fiesta popular en toda Caracas. Salvo el barrio donde está mi hotel, que es un barrio de la oposición, que estaba mudo, era un cementerio. Pero fuera de este sector, en el Este de Caracas, el resto de la ciudad, yo estuve caminado anoche, y había muchísima juventud, y muchísima alegría. Y muchísimas banderas argentinas, había gente de La Simón Bolívar, de La Cámpora, de distintos partidos.
APU: Algunos medios agitaban la idea de tensiones y violencia en Caracas. Queríamos preguntarte si pasó algo de todo eso que dijeron.
TL: Los medios como en casi toda América Latina y me arriesgaría a decirte casi todo el mundo, juegan para un partido político. En general, para los partidos conservadores tradicionales. Entonces se prestan a operaciones sucias, y manipulan información que yo creo saben que no es verdadera. No hubo tales incidentes. Yo estoy acá como veedora internacional invitada por el Consejo Nacional Electoral, no estoy como periodista. Ayer desde las 6 de la mañana recorrimos varias escuelas, centros de votación, alrededor de 10. Y sólo en una, que era de clase media, la gente se abalanzaba sobre nosotros a decirnos, digamos a tener palabras muy duras respecto del gobierno. En la mayoría nos respetaban como correspondía, nos trataban como lo que somos: gente neutral que iba a ver cómo era el proceso, si se estaba llevando como correspondía, si había alguna trampa. En fin, esa era nuestra función. Ver que hubiera testigos de los dos partidos en las mesas, y eso efectivamente sucedió en todos lados. Este grupo fue bastante acosador, incluso, porque hacían proselitismo en medio del día de la elección, ante todo el mundo. Pero fuera de eso, no vi nada. Ayer a la noche incluso no había ningún signo de violencia, ni de ningún tipo de anormalidad.
APU: ¿Cómo analizas el sistema de votación? Incluso ayer Gabriela Michetti, veedora en Venezuela, hablaba en el programa de Jorge Lanata bien del sistema.
TL: Es buenísimo, un poco caro tal vez para nosotros. En el sentido de que somos muchos más habitantes y un territorio más extenso; y menos rico que Venezuela. El sistema es extraordinario, un poco largo de explicar técnicamente. Está garantizado que la persona que dice que va a ir a votar sea la persona que vota. No hay posibilidad que vote más de una vez. Y no hay posibilidad de alterar los datos, porque crearon un sistema de software, que quedan acreditados los datos de cada mesa, lo envían via modem al centro electoral, y dentro de las maquinas hay una especie de pen drive, que colocan en sobres lacrados que luego van al consejo electoral, además de las planillas que firman. Eso, en caso de que una mesa tuviera alguna queja o sospecha, se compara con el pen drive. No hay forma, y te digo que se noto porque la oposición primero hablaba de fraude, y prácticamente la última semana no esgrimió ese argumento. La prensa internacional seguía diciendo esas cosas, pero no había acá nadie que lo dijera. Hasta el mismo Capriles y su equipo de campaña decían que era un sistema muy seguro. Y la verdad que fue muy rápido.
APU: Ha modo de reflexión política: ¿Cómo vez su continuidad? ¿Cómo analizas la posibilidad de la construcción de otro liderazgo que continúe éste proyecto?
TL: En primer lugar quiero resaltar la importancia que tienen estas elecciones a nivel regional. No era solamente el futuro de Venezuela, sino que era el futuro y la historia de América del Sur. De UNASUR, de la CELAC, de la OPEP, donde Venezuela cumplió un papel fundamental para organizar el tema del petróleo. El futuro del ALBA, de un aliado estratégico que es con respecto a Cuba. Esta elección era fundamental para hacia dónde va el mundo, por lo menos hacia donde va ésta parte del mundo. Porque el Presidente Chávez fue uno de los arquitectos principales de la integración que hoy afortunadamente América del Sur está viviendo. Es muy importante la continuidad de este proyecto, cuando hay una parte del mundo como es Europa en crisis.
Y lo segundo es que yo no creo mucho en el tema de los liderazgos fuertes. Yo creo que cuando hay momentos históricos donde se plantean cambios importantes, profundos, estructurales, como fue el caso del neoliberalismo con Margaret Tatcher o Ronald Reagan, hacen falta personas dispuestas a hacer esos cambios estructurales. Es decir, destruir el Estado de Bienestar para Europa o EEUU, requería una mano muy firme. Lo mismo sucede cuando se decide tomar políticas contrarias, cuando se decide que debe construirse una política para que los sectores más vulnerables sean visibilizados y puedan tener una vida digna. También hacen falta personas que estén dispuestas a hacer cambios estructurales y profundos. Tal vez lo de los liderazgos da una idea de gobiernos que son, como se llamaba antes, personalistas o con un culto a la personalidad, como se decía en los ´50. Me gusta más verlo desde la perspectiva que hace falta un gobernante muy decidido y muy firme para llevar adelante esta construcción. Y justamente esta característica hace pensar o presentir que no hay quién lo suceda; o que no hay figuras de ese nivel. Probablemente sea así, probablemente Dilma Rousseff no esté a la altura, en cuanto al carisma y ese talento que tiene el expresidente Lula da Silva, pero de todas maneras me parece a mí que el caso de Brasil es un ejemplo de que las construcciones pueden, cuando hay un sustento popular que se manifiesta a través de las elecciones, seguir adelante. Con personas que pueden no ser tan carismáticas, pero que sí pueden llevar adelante ese proyecto.
