Under Pressure x Queen

Presión
Aplastándome
presión aplastándote a ti
ningún hombre la pide.
Bajo presión
Ese fuego que
derriba un edificio
divide a una familia en dos,
pone a l gente en las calles.

La maldita máquina de matar x Billy Bond y la pesada del Rock and Roll

Tengo que derretir esa máquina de matar,
tengo que derretir esa maldita máquina de matar.
Para que nunca más vuelva
a destruir lo que hacemos con amor, amor.

Desencuentro x Almafuerte

Estás desorientado y no sabés,
qué bondi hay que tomar, para seguir.
Y en triste desencuentro con la fé,
querés cruzar el mar, y no podés.
La araña que salvaste te picó.
Qué vas a hacer.
Y el hombre que ayudaste te hizo mal,
dale que vá.
Y todo un carnaval, gritando pisoteó,
la mano fraternal que Dios te dió.

jueves, 26 de abril de 2018

Facebook en el capitalismo crepuscular

Alejandro Nadal

En junio de 1999 un estudiante universitario llamado Shawn Fanning puso en operación una plataforma para compartir música. La innovación permitía a los usuarios acceder a la música almacenada en sus computadoras en condiciones de reciprocidad. Fanning bautizó su plataforma como Napster, apodo que usaba para burlarse de los hackers.
Napster no era una red centralizada y permitía a los participantes tener acceso a una vasta discoteca a un costo marginal: en su apogeo llegó a contar con más de 70 millones de usuarios. Y luego, las cosas se pusieron feas.
Fanning fue demandado por las compañías disqueras y en 2001 perdió el juicio por promover la descarga ilegal de material protegido por las leyes de derechos de autor que amparaban a las disqueras. Así se impusieron los esquemas centralizados y de paga. Los nostálgicos de los años en que se pensaba que el capitalismo desaparecería porque las redes sociales hacían obsoletos los viejos esquemas de concentración de poder deben reconsiderar su análisis.
La comparecencia de Mark Zuckerberg ante el Congreso estadunidense hace unos días fue una farsa y un episodio más de la campaña de “pido perdón” del creador de Facebook. También mostró que la mayoría de los legisladores no sabía nada sobre el funcionamiento de la plataforma. Cada legislador tuvo cinco minutos para hacer preguntas, así que el interrogatorio fue superficial y sólo sirvió como operación de relaciones públicas del jefe de Facebook. También reveló que Zuckerberg no sabe nada de historia, economía ni ética.
No es la primera vez que un escándalo marca las operaciones de Facebook. En 2010, el Wall Street Journal descubrió que esa aplicación estaba vendiendo información privada sin el consentimiento de los usuarios a compañías rastreadoras de Internet y agencias de publicidad. Peor aún: en 2014, Facebook llevó a cabo experimentos sobre las cuentas de 689 mil usuarios (sin su conocimiento) y mostró que era posible hacerlos sentir más optimistas o pesimistas mediante la manipulación de las informaciones que supuestamente les enviaban sus amigos en un proceso denominado “contagio emocional”. El experimento mostró que la formación de opiniones podía condicionarse por el consumo “dirigido” de noticias y que esto podía tener graves repercusiones sobre preferencias electorales.
Hay sabemos que entre 2015 y 2016, Facebook vendió más de 100 mil dólares de espacio publicitario a “granjas de trolls” en Rusia y que 126 millones de cuentas de usuarios estadunidenses estuvieron expuestas a noticias enviadas por estos perfiles falsos de supuestos ciudadanos concernidos. No estoy implicando que la elección de Trump se decidió de este modo, eso nunca lo sabremos (las corruptelas y el entreguismo del Partido Demócrata fueron más importantes). Lo que quiero destacar es que hoy que se destapa la cloaca con los tratos con la empresa Cambridge Analytica se abren nuevas perspectivas sobre las relaciones entre la agregación de datos individuales y el modus operandi del capitalismo contemporáneo.
Las palabras big data denotan un acervo gigantesco de información personalizada que sólo un poderoso algoritmo puede procesar para elaborar un perfil preciso de cada usuario con fines comerciales. Lo importante es no sólo el uso comercial de estas bases de datos, sino el hecho de que colosos como Amazon, Google o Facebook pueden ahora incursionar en la manipulación política y hasta en funciones propias de un gobierno. El modelo de capitalismo financiero que hoy domina la economía mundial tolera y parece promover estas nuevas incursiones en el mundo del big data.
Y es que la acumulación y procesamiento de datos personales permite profundizar la apropiación de nuevos espacios de rentabilidad para un capitalismo que sufre una caída crónica en la tasa media de ganancia desde hace cuatro décadas. El neoliberalismo se ha basado en la supresión salarial y la destrucción del poder social y político de la clase trabajadora. Aun así no ha podido contrarrestar su crisis de rentabilidad ni evitar la concentración de la riqueza y tampoco ha podido evitar el semiestancamiento en el que se encuentra la economía mundial. En ese contexto, agregar y cosechar datos es una oportunidad que el capitalismo no quiere desperdiciar. Y para aprovecharla se ha llevado a un nuevo estándar la mercantilización de las relaciones sociales. El gigantismo y la concentración de poder se han intensificado para convertir la esfera de la vida privada en mercancía.
Por cierto, en México el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) anunció hace poco que se había firmado un convenio con Facebook para evitar que las noticias falsas desorientaran a los votantes y afectaran el proceso de las próximas elecciones. El momento escogido para suscribir tal convenio no pudo ser más desafortunado. En medio del peor escándalo en la historia de Facebook, poco faltó para que el INE lo elevara a rango de autoridad electoral. ¿Quién decidirá lo que es noticia falsa? ¿El INE? El atraso e incompetencia de los funcionarios del instituto electoral son ejemplares.
Economista, es miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso.
Fuente:
http://media.jornada.com.mx/2018/04/18/opinion/021a1eco

domingo, 22 de abril de 2018

Países de América Latina y el Caribe se comprometen a impulsar el ecosistema digital, el comercio electrónico, el acceso a la información pública y a proteger la privacidad

Con la Declaración de Cartagena, aprobada al término de la Sexta Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información, la región acuerda la Agenda Digital 2020 para alcanzar un desarrollo sostenible con igualdad.

Cierre conferencia eLAC2020
Con la Declaración de Cartagena adoptada hoy en Colombia , los países de América Latina y del Caribe aprobaron la Agenda Digital eLAC 2020 que busca la cooperación regional para seguir avanzando en la inclusión, la digitalización de la producción, el desarrollo de las habilidades en la población así como promover el gobierno abierto y una gobernanza que estimule la colaboración entre países.
La Declaración se aprobó en el marco de la Sexta Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe, que finalizó hoy y en donde se eligió a Colombia como el país que presidirá la conferencia eLAC en el período 2018 a 2020. En 2019, Ecuador será sede de la reunión preparatoria rumbo la Séptima Conferencia Ministerial que se realizará en Brasil en 2020.
Al felicitar al gobierno de Colombia por haber sido electo para presidir el proceso eLAC en los siguientes dos años en representación de la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, el Secretario Ejecutivo Adjunto a.i. del organismo, Mario Cimoli, subrayó la importancia de que los gobiernos de la región asuman la agenda digital como política de Estado coordinada desde el más alto nivel, pues las tecnologías de información y las comunicaciones son un cambio profundo en la formas de producción, de comunicación y de relación humana que no pueden verse en forma aislada.
Cimoli resaltó la importancia de la integración y colaboración entre los países para conformar mercados grandes que permitan desarrollar soluciones que integren a las pequeñas y medianas empresas. De allí la relevancia de crear espacios para la gobernanza de internet que promueva la igualdad de género, prevenga el cibercrimen, refuerce los mecanismos regionales y genera sinergias, además de impulsar la armonización regulatoria y la institucionalidad, la privacidad y la protección de datos personales.
“El desarrollo no podrá pensarse sin las nuevas tecnologías, por eso es tan relevante este trabajo de la agenda digital regional”, dijo.
El Ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia, David Luna, dijo que su país asume con entusiasmo la presidencia de eLAC y agradeció la alianza con la CEPAL en sus nuevas responsabilidades.
“En eLAC somos exigentes con la protección de datos personales y trabajaremos como Estados para que ese respeto sea una realidad”, aseguró Luna.
La Agenda Digital eLAC 2020 que acordaron los países está ordenada en siete áreas de acción: Infraestructura digital; transformación digital y economía digital; gobierno digital; cultura, inclusión y habilidades digitales; tecnologías emergentes para el desarrollo sostenible; mercado digital regional; y gobernanza para la sociedad de la información.
En infraestructura, los países acordaron promover políticas públicas para desarrollar sistemas de banda ancha y alternativas viables de las redes de acceso local y comunitario. En la transformación digital y economía digital se puso foco especial en el apoyo a las Mipymes y el emprendimiento. Se buscará también promover iniciativas de gobierno abierto e impulsar estándares de servicios digitales que faciliten los servicios gubernamentales.
En cultura, inclusión y habilidades digitales, proponen actualizar los contenidos curriculares que permitan a estudiantes y ciudadanos afrontar los retos de la economía digital; fortalecer el análisis de grandes datos y masificar el acceso a servicios digitales. Para la acción de tecnologías emergentes para el desarrollo sostenible, los países acordaron promover servicios financieros digitales como prioridad para desarrollar sistemas financieros inclusivos.
Por otro lado, los países manifestaron su rechazo a la recolección no autorizada y el uso indebido de datos personales y acordaron impulsar mecanismos idóneos para el tratamiento de esa información. 
Los países decidieron continuar con el desarrollo de una estrategia de mercado digital regional que incremente el comercio electrónico transfronterizo. Además, manifestaron la necesidad de impulsar políticas digitales que aprovechen las tecnologías emergentes de la revolución tecnológica y su impacto en la economía y el bienestar.

Datos, algoritmos y políticas: la redefinición del mundo digital

 
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Datos, algoritmos y políticas: la redefinición del mundo digital
 
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La convergencia del mundo físico y el mundo digital confgura un ecosistema cuya dinámica redefine el modelo de desarrollo económico y social. En este libro, presentado por la CEPAL en la Sexta Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe (Cartagena de Indias, 18 a 20 de abril), se analizan la Internet de las cosas, las cadenas de bloques y la inteligencia artifcial, y su potencial transformador. Se estudian dos elementos habilitantes para su uso: las plataformas digitales globales y la formación de recursos humanos. Se analizan esas y otras tecnologías digitales en las actividades manufactureras y de servicios avanzados, y las empresas de tecnología fnanciera digital (fintech). Se concluye con una refexión sobre las implicancias de la inteligencia artifcial para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

martes, 17 de abril de 2018

Sujetos felizmente manipulados, no gracias

Un punto de partida para comprender el alcance de la masiva fuga de datos de usuarios de Facebook y su uso político es centrarnos en la oscura relación entre las empresas y las agencias de inteligencia.

Desigualdad y explotación

Michael Roberts 

13/04/2018

Recientemente me encontré con un interesante artículo de Ian Wright, de la Open University, Reino Unido. Escrito en noviembre de 2016, Wright considera que la causa del aumento de la desigualdad económica, tan evidente en los últimos 30 años o más en la mayoría de las grandes y pequeñas economías. Wright rechaza las causas atribuidas por la teoría económica convencional a la creciente desigualdad: es decir, la distribución desigual de los beneficios y los salarios o la reducción de impuestos a los ricos; o la automatización que habría reducido relativamente los salarios de aquellos que no trabajan en  las industrias 'basadas en el conocimiento'. En cambio, las causas del aumento de la desigualdad deben encontrarse en la naturaleza misma del modo de producción capitalista. Como Wright escribe, “el capitalismo es un sistema en el cual una clase económica explota de forma sistemática a otra. Y su explotación económica - no la vivienda, las políticas fiscales o los bajos salarios - son la causa fundamental de la desigualdad económica que vemos a nuestro alrededor”.
El original análisis matemático desarrollado por Wright describe el capitalismo como un sistema anárquico que genera lo que la física llama entropía: “la actividad de intercambio del mercado actúa igual que una coctelera: todo lo mezcla, asignando las cosas al azar, y la maximizando la entropía del sistema”. Como resultado, “podríamos pensar que las diferencias de riqueza deben ser consecuencia de las circunstancias de nacimiento o de la virtud personal. Pero el principio de maximización de la entropía nos dice que hay un factor causal mucho más importante. Rápidamente obtenemos una desigualdad extrema de ingresos, incluso en una economía con individuos idénticos con dotaciones iniciales idénticas de dinero”.
Wright desarrolla un modelo de capitalismo que se basa en este principio de entropía en una economía de mercado, pero ademas, “al maximizar la entropía con la única limitación de conservar el dinero se obtiene una distribución exponencial de la riqueza. Que es bastante desigual. Así que la primera causa de la desigualdad es lo que Adam Smith llamó el regateo del mercado. Dado que las personas son libres de comerciar, la entropía aumenta y la distribución del dinero se hace desigual”. Pero Wright sostiene que “no encontramos una distribución exponencial en las economías capitalistas reales. Encontramos algo más complejo. Esto se debe a que las economías capitalistas obedecen a restricciones adicionales sobre cómo el dinero se mueve entre los individuos. Los mercados no son la única causa de la desigualdad que vemos en el capitalismo”.
El otro aspecto es la explotación de mano de obra para obtener un beneficio. Los capitalistas acumulan beneficios como capital. “Las empresas siguen una ley potencial de distribución por su tamaño. Y el capital se concentra de la misma forma. Un gran número de pequeños capitales explota a un pequeño grupo de trabajadores, y un pequeño número de grandes capitales explota a un gran grupo de trabajadores. Los beneficios son más o menos proporcional es al número de trabajadores empleados. Por lo tanto, el ingreso capitalista también sigue una ley potencial. Cuantos más trabajadores explotan mayor ganancias obtienen. Cuanto mayores son las ganancia que obtienen, mayor el el número de trabajadores que pueden explotar”. Esta es la razón de la creciente desigualdad cuando no hay control de la acumulación de capital. Como Wright resume: “la arquitectura social fundamental del capitalismo es la causa principal de la desigualdad económica.  No hay capitalismo sin desigualdad: es una consecuencia ineludible y necesaria de las reglas del juego económico”.
Este análisis matemático concuerda muy bien con la evidencia empírica. Por ejemplo, Simon Mohun, Profesor emérito de Economía,  ha publicado un documento que demuestra que el análisis de clase de Marx, que se basa en la propiedad de los medios de producción (el propietario de los medios de producción que explota a los que no poseen más que su fuerza de trabajo), sigue siendo en general correcto, incluso en las economías capitalistas modernas, como los EEUU. Encontró que la clase trabajadora - los que solo dependen de salarios para vivir - todavía constituyen el 84% de la población activa. Los gerentes constituyen el resto, pero sólo el 2% (Qc en el gráfico) en realidad pueden vivir solo de sus rentas, intereses, ganancias de capital y dividendos. Ellos son la clase capitalista real. Y ese tanto por ciento ha cambiado poco en 100 años.
Por otra parte, este es el grupo que ha ganado más durante los últimos 30 años de creciente desigualdad. El ingreso de esta clase capitalista (Qc) ha aumentado de aproximadamente 9 veces los ingresos promedios de la clase obrera a 22 veces más, mientras que los gerentes (LPD) han aumentado de 2,5 veces a 3,5 veces los ingresos de los trabajadores. Por lo tanto el aumento de la desigualdad es principalmente resultado de una mayor explotación, un aumento de la tasa de plusvalía, en términos marxistas.
Ya analicé en 2013 la obra del padre de la investigación sobre la desigualdad, Sir Anthony Atkinson, tristemente fallecido, que demostró que no eran la nueva tecnología ni la globalización las causas del aumento de la demanda de trabajadores cualificados en relación con los no cualificados y de sus mayores salarios, como defiende la economía convencional. Atkinson desestimó esta apología neoclásica. Los mayores aumentos en desigualdad tuvieron lugar antes de la globalización y la revolución dot.com de la década de 1990.
Lo decisivo para el capitalismo es la plusvalía (ganancia, interés y renta), no las diferencias en los ingresos salariales o el gasto. La principal característica de los últimos 100 años de capitalismo no ha sido la creciente desigualdad de ingresos que como muestra Atkinson, no siempre ha aumentado. La característica principal ha sido la concentración y centralización de la creciente  riqueza, no de los ingresos. Y lo ha sido de la riqueza concentrada en los medios de producción y no sólo de la riqueza de los hogares. Eso ha generado una ley potencial de la desigualdad en la parte superior.
Un estudio muestra lejos que ha llegado en los últimos tiempos. Tres teóricos de sistemas en el Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zurich han desarrollado una base de datos de 37 millones de empresas e inversores de todo el mundo y han analizado todas las 43.060 empresas transnacionales y sociedades anónimas que las relacionan (147 las controlan). Construyeron un modelo de quién posee qué y cuáles son sus ingresos, haciendo un mapa de todo el edificio del poder económico. Descubrieron un núcleo dominante de 147 empresas a través de participaciones en otras, que controlan el 40% de la riqueza en la red. Un total de 737 empresas controlan el 80% de todo. Esta es la desigualdad que importa para el funcionamiento del capitalismo: el poder concentrado del capital.
La implicación política de este análisis es evidente. Sí, el aumento de los impuestos a los más ricos del 2%, en particular sobre las ganancias de capital y las 'ganancias' del capital, supondrían alguna diferencia. Atkinson lo demostró en un estudio. Sin embargo, los niveles extremos de desigualdad que la mayoría de las economías capitalistas han alcanzado actualmente sólo disminuirían un poco. Lo que se requiere es poner fin a la explotación (de la mano de obra) por su plusvalía. Ahí es donde opera la ley potencial. Y eso significa poner fin al modo de producción capitalista.
es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2018/04/11/inequality-and-exploitation/
Traducción:
G. Buster

domingo, 15 de abril de 2018

Google - FB: no hay monopolio bueno

Facebook y Google no reciben dinero de sus audiencias. Reciben más que eso, reciben sus vidas.
Hoy 03:15 AM
ZUCKERBERG. Fue al Congreso por la filtración de datos. El problema de fondo no es ése, sino la posición dominante de FB.
ZUCKERBERG. Fue al Congreso por la filtración de datos. El problema de fondo no es ése, sino la posición dominante de FB.Foto:Juan Salatino
Dicen que lo único gratis que existe es dar una vuelta alrededor del sol cada 365 días. Pero es una verdad a medias: cada vuelta cuesta un año de vida.
La conciencia de que en los mercados todo tiene precio no deviene de un análisis economicista, sino de la práctica cotidiana y de una sabiduría popular que dice que “cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía”. Sin embargo, el marketing exitoso a veces logra convencer de lo contrario.
Facebook y Google representan, en ese sentido, su desarrollo más sofisticado.
Las empresas dan servicios que nos conectan con amigos, socios y medios de comunicación, o nos permiten hallar datos en una fracción de segundo. Invierten miles de millones para que disfrutemos de las más satisfactorias experiencias sin exigir nada a cambio. O casi nada. Lo único que piden es que abramos nuestras vidas. Datos personales, red de relaciones familiares y sociales a nivel nacional e internacional; cada uno de los mensajes e imágenes que se intercambian en esa red; contenido de correos; sitios que se navegan; lugares y hora exacta en que se compra comida, ropa, autos; restaurantes elegidos; funciones y espectáculos a los que se concurre; recorrido de los viajes tanto por trabajo como por turismo, incluyendo escalas y medios de transportes elegidos en cada caso.
Solo un par de cosas más piden: documentar visualmente todo, desde el baño de casa hasta la visita a Roma; y detallar el nivel de aprobación de lo que se ve, se usa, se compra y se vende. Facebook y Google no reciben dinero de sus audiencias. Reciben más que eso, reciben sus vidas. Y es gracias a la venta de esa información vital que construyeron, en pocos años, una de las acumulaciones capitalistas más impresionantes de la historia. Alcanzando una posición dominante que empieza a ser cuestionada en el mundo.
Antimonopolio. Esta semana, el creador de FB, Mark Zuckerberg, fue al Congreso de los Estados Unidos a explicar cómo se había filtrado información sobre 87 millones de usuarios a la empresa Cambridge Analytica. Cuando se le preguntó si estaba dispuesto a cambiar la configuración del sistema para minimizar la recolección de información, Zuckerberg fue sincero y evitó responder que sí, simplemente porque su negocio va en sentido contrario: cuantos más datos recolecte, más beneficios obtendrá.
Tampoco pudo darle el gusto al senador demócrata que solo le preguntó si le podía decir el nombre del hotel en el que estaba alojado y el nombre de las personas con las que se había comunicado en la última semana. “No”, fue su respuesta, porque el hecho de que todo el mundo esté dispuesto a revelar sus datos a su empresa, no significa que él vaya a cometer el mismo error.
En una década, FB y Google se quedaron con más del 70% de la publicidad digital mundial. Avanzaron todo lo que sus capacidades e inversiones les permitieron. Irán por más. Siguieron el instinto, que toda empresa tiene, de maximizar ganancias y conquistar nuevas porciones del mercado.
Es la tendencia natural del capitalismo a la generación de monopolios descripta por Marx, y lo que lo llevaba a creer que el sistema cargaba con el virus de su destrucción. Lo que no contempló es que, antes de suicidarse, el propio capitalismo desarrollaría el antivirus necesario para impedirlo. No para acabar con el mercado, sino para que el mercado no se destruya.
La primera legislación en ese sentido es de finales del siglo XIX y surgió, claro, en los Estados Unidos. Se la conoce con el nombre de su mentor, la Ley Sherman Antitrust. El espíritu de sus primeros dos artículos fue la base para infinidad de medidas antimonopólicas y el mismo que impregnó el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Por ejemplo, en 1913 Bell System fue sancionada por monopolio y dos años después Alexander Graham Bell realizó la primera llamada transcontinental, inaugurando la línea más larga del mundo. La sanción no hizo que la Bell ni las telecomunicaciones fracasaran, sino que generó más posibilidades de competencia para un desarrollo mejor y más rápido. La sucesora de la Bell fue AT&T, sancionada 70 años después por las mismas prácticas monopólicas. Debió dividirse en siete compañías (las “Baby Bells”), pero no dejó de tener éxito. En 2016 compró Time Warner en más de US$ 80 mil millones. Aún aguarda la aprobación del Departamento de Justicia estadounidense, que analiza si viola leyes antimonopólicas.
Cada año se conocen resoluciones similares en los tribunales de ese país, aunque los especialistas siguen con preocupación que de 13 fallos antitrust promedio durante la era Clinton, en los últimos años bajaron a dos por año. Un estudio de 2017 de la prestigiosa Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago, advierte que la concentración del mercado aumentó un 75% en tres décadas. Algunas mentes conspirativas sospechan que detrás de la demora de ese país en actuar sobre empresas como Facebook y Google, se esconderían supuestos aprovechamientos del Departamento de Estado de la valiosa información que esas redes proveen. Puede ser paranoia, pero lo cierto es que los Estados y sus espías nunca tuvieron tanta información provista a voluntad de las propias personas.
Sanciones. Pero hoy el mundo parece perder la ingenuidad. La filtración de datos que se debatió esta semana, es el último eslabón de una polémica que incluye las fake news y la utilización de datos en la campaña de Trump. Europa viene de multar a FB con 110 millones de euros por proporcionar “información engañosa” en la compra de WhatsApp; y a Google con 2.420 millones por abuso de posición dominante. La investigación sobre Google sigue ahora con su sistema Android y su administrador de publicidad AdSense. Influidos por esos fallos, los tribunales norteamericanos iniciaron el año pasado causas por situaciones similares, dejando atrás arreglos amigables entre esa firma y la Federal Trade Comission (FTC).
La FTC acaba de abrir una investigación sobre la filtración de datos de FB. Sigue siendo una coartada para no ir al fondo del problema, que es la de su posición dominante. Porque filtrar no es una irregularidad, es la norma, es una forma más de llamar al negocio de recolectar datos personales, analizarlos y comercializarlos. Mientras las personas sigan entregando voluntariamente su vida a cambio de distintos servicios, las empresas tienen el derecho de beneficiarse con ese intercambio, dentro de los límites legales. La cuestión de fondo no es el negocio. Es el sistema. Y un problema que viene desde su origen y que el capitalismo encontró la forma de resolver aplicando leyes que ayudan al mercado y a las propias empresas.
 
Argentina. Aquí se repite la problemática, con el agravante de que esas empresas ganan fortunas sin tributar y casi sin contratar personal. Sin embargo, para un gobierno con más práctica empresaria que teoría política, el problema no termina de entrar en su radar. Es que la mayoría de sus funcionarios lleva en la sangre la legítima voluntad nietzscheana del empresario por crecer interminablemente. Provienen de ese mundo en el que se vieron sometidos al control de la política y de leyes que ordenaran su impulso emprendedor, para que no se desmadrara ni rompiera los mercados.
Ahora, puestos en el lugar de la política y en árbitros del mercado, deben entender que lo mejor que pueden hacer por el desarrollo económico es asumir su nuevo rol de gobernantes y el espíritu antitrust de los padres de ese liberalismo que reivindican.

La educación del futuro: Francia apuesta a la tecnología pero "sin pantallas"

Carlos Pagura
CARLOS PAGURA
Blanquer fue recibido por el presidente Macri y participó del primer encuentro de trabajo del G20 junto al ministro Alejandro Finocchiaro.
Blanquer fue recibido por el presidente Macri y participó del primer encuentro de trabajo del G20 junto al ministro Alejandro Finocchiaro.
La educación, y con ella la ciencia y la tecnología, por primera vez se ganaron un lugar protagónico en el programa de las reuniones del G20. "Hay grandes tendencia del mundo del mañana en la educación, grandes rasgos de una sociedad muy tecnológica y tenemos que preparar a nuestros niños y alumnos para ese futuro", resumió el ministro de Educación francés, Jean Michel Blanquer, durante su exposición en el Centro Cultural Kirchner.

Argentina asumió el 1 de diciembre último la presidencia del G20 y en 2018 habrá más de 45 reuniones en 11 ciudades del país, que también tratarán temas como agricultura, economía digital, empleo, energía, finanzas, comercio e inversiones. El año de trabajo culminará el 30 de noviembre y el 1 de diciembre con una cumbre en Buenos Aires, cuando los jefes de Estado adoptarán un documento final.

En este caso, la educación se ubicó en el centro de la escena y el funcionario del gobierno de Emmanuel Macron, acompañado por su par argentino, Alejandro Finocchiaro, habló sobre los temas prioritarios del encuentro: las "habilidades del futuro para la vida" y "el trabajo y financiamiento educativo". El ministro señaló que "resulta fundamental promover una inversión eficiente para una educación inclusiva y de calidad". Asimismo, el titular de la cartera educativa sostuvo: "Esto implica una profunda articulación del presupuesto educativo con la planificación estratégica de la política pública y velar por la eficacia y la eficiencia de la inversión que cada uno de nuestros gobiernos destina".

A su turno. Blanquer se refirió a lo que a su entender son los aspectos positivos de la tecnología, como el uso de robots para familiarizar a los chicos con las nociones geométricas o para asistir a menores con dificultades para sociabilizar. Pero también a los costados más negativos, como la sobreexposición de los chicos a las pantallas. En la antítesis de "Black Mirror", el ministro galo apela a una "tecnología sin pantallas""En los jardines de infantes lo mejor es no tenerlas", remarcó. En su opinión, la mejor alternativa a los dispositivos serán los mencionados robots o las aplicaciones con inteligencia artificial. "La educación debe ser más y más tecnológica, pero también más y más humana. El desafío pasa por construir una pareja perfecta entre hombre y máquina", concluyó.

"Los primeros años son muy importantes por eso hace dos semanas tomamos la decisión histórica de bajar la edad de entrada a la escuela de los 6 años a los 3", cuenta. La disposición, que sería obligatoria desde 2019, aspira a que la escuela maternal "genere una mayor igualdad y les brinde todos los instrumentos para su éxito en la vida".



El programa infantil girará alrededor del lenguaje, la música y los juegos, elementos que considera "muy importantes para el vocabulario y su entendimiento". Desde los 6 años, su idea es enfocarse sobre todo en Lengua y Matemática y desde allí hacer foco en "las Dos Revoluciones: la tecnológica y la ecológica".

Sin embargo, Blanquer no descuida otros valores de la enseñanza tradicional y señala como "vital" la confianza en el círculo que forman los padres, alumnos, profesores y la institución escolar, al igual que la formación de los maestros y las políticas para fomentar la igualdad entre varones y mujeres. Su propuesta de política educativa ya fue presentada en el Consejo de Ministros y debe ser aprobada por la Asamblea Nacional.

"En el mundo del mañana la educación tendrá un papel en la sociedad más importante que hoy, pero también en la economía, porque su impacto en el PBI será más grande", añadió.

En el final, el ministro dedicó unos minutos al rol de los maestros y profesores, y aunque admitió que "queremos pagarles más, pero no es fácil", afirmó que "cada dinero en la educación es una inversión, porque el profesor será una de las figuras centrales de la sociedad del futuro".

Blanquer fue profesor, rector, director de enseñanza escolar y de la Escuela Superior de Ciencias Económicas y Comerciales. Además tiene un doctorado en Derecho Público y Constitucional y es diplomado en Filosofía. Fue jefe de Gabinete de la cartera durante la presidencia de Jacques Chirac

Repensarse a sí mismos

Tras el primer encuentro, el grupo de trabajo (los países del G20, seis organismos internacionales y Jaimaica y Chile como invitados de Latinoamérica), coincidió en que "los sistemas educativos tienen que "repensarse a sí mismos" para que los aprendizajes de las escuelas "se acoplen" al mundo del trabajo actual.

Según el comunicado oficial, durante el encuentro se analizó "el desarrollo de políticas públicas que liberen el potencial de las personas""Las conclusiones ayudarán a desarrollar propuestas para el futuro del trabajo, una de las tres prioridades definidas por la presidencia argentina para el G20 2018", agregó. 

El encuentro centró la discusión en el diseño de estrategias educativas para lograr el acceso equitativo a un aprendizaje de calidad y garantizar el desarrollo sostenible. 

Las próximas reuniones del grupo serán el 11 y 12 de junio en Ginebra, Suiza, y el 3 y 4 de septiembre en la ciudad de Mendoza. Allí se encontrarán un día después los ministros de Educación del G20 para la primera reunión ministerial de Educación.

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