Under Pressure x Queen

Presión
Aplastándome
presión aplastándote a ti
ningún hombre la pide.
Bajo presión
Ese fuego que
derriba un edificio
divide a una familia en dos,
pone a l gente en las calles.

La maldita máquina de matar x Billy Bond y la pesada del Rock and Roll

Tengo que derretir esa máquina de matar,
tengo que derretir esa maldita máquina de matar.
Para que nunca más vuelva
a destruir lo que hacemos con amor, amor.

Desencuentro x Almafuerte

Estás desorientado y no sabés,
qué bondi hay que tomar, para seguir.
Y en triste desencuentro con la fé,
querés cruzar el mar, y no podés.
La araña que salvaste te picó.
Qué vas a hacer.
Y el hombre que ayudaste te hizo mal,
dale que vá.
Y todo un carnaval, gritando pisoteó,
la mano fraternal que Dios te dió.

lunes, 10 de mayo de 2021

Pensando el desarrollo sustentable

Cenital

INFINITO PUNTO VERDE

Elisabeth Mohle
La gente vota
Pensando el desarrollo sustentable desde nuestro país.

Estamos de acuerdo entonces en que el objetivo es lograr que las 7.700 millones personas que hoy habitamos la Tierra podamos vivir bien dentro de los límites ecológicos del planeta. La parte económica de este desafío fue muy estudiada y discutida. Si te interesa, justo estoy leyendo un libro muy didáctico que se llama Economía para el 99% de la población (2015) del economista coreano Ha-Joon Chang. Así como los mandalas, lo recomiendo enfáticamente. Sin embargo, se dejó de lado una parte fundamental del asunto: la dimensión ambiental. Podríamos ilusionarnos pensando que en los últimos años la economía se ha ido actualizando, pero esto no es tan así. Un informe que hizo el equipo de Economists for Future sobre cuánto están publicando las 300 revistas económicas más importantes sobre cuestiones ambientales encuentra que, entre 2000 y 2019: 

  • El 71% de las revistas publicó menos del 1% sobre el cambio climático y el 94% de las revistas menos del 1% sobre el capital natural, los servicios de los ecosistemas y la biodiversidad.
  • El porcentaje medio de artículos que publica una revista sobre el cambio climático es del 0,4%, es decir, un artículo de cada 250.
  • 85 de las 100 principales revistas han publicado un número igual o mayor de artículos sobre deporte que sobre capital natural, servicios ecosistémicos y biodiversidad.

Que la disciplina económica le dé el mismo peso al deporte que a cuestiones que pueden poner en jaque la supervivencia humana en el planeta no está bien. Por suerte hay honrosas excepciones que iremos conociendo. 

La primera de ellas es Kate Raworth, también conocida como la economista de la dona (o la rosca en su versión adaptada a nuestro país). Ella propone una imagen conceptual, donde combina la idea de límites planetarios que funcionan como techo para economías y sociedades, y la idea de fundamentos sociales que son los derechos básicos que debe garantizar un modelo de desarrollo.

Raworth quiere replantear los problemas económicos y establecer nuevos objetivos. En este modelo, una economía se considera próspera cuando se cumplen los doce fundamentos sociales (ingresos, trabajo, acceso a agua, saneamiento y energía, educación, vivienda, etc.) sin sobrepasar ninguno de los nueve techos ecológicos (calentamiento global, contaminación y pérdida de biodiversidad, entre ellos). Esto se representa por la zona entre los dos anillos verde oscuro, considerada por Raworth como el espacio justo y seguro para la humanidad.

“Bueno Eli, obvio, está diciendo que la gente viva bien sin hacer pelota el ambiente”, me podrás decir. Creeme que no es obvio: esto es la vanguardia. Sobre todo en términos de proponer cierta posibilidad de medir y comparar modelos. De hecho, no tenemos ejemplos de países que hayan logrado cumplir satisfactoriamente ambos objetivos.

Acá podés ver cómo les va a los diferentes países en este desafío. Más allá de las salvedades que hay que hacer respecto del índice de calidad democrática o que la medición de ingresos toma una vara súper baja de solo USD 1,90/día, es un ejercicio super interesante para, de un vistazo, tener una idea de qué tan justo y sustentable es el modelo de cada nación.

Te dejo acá, por ejemplo, la comparación entre Argentina y Alemania:

Y acá cómo se distribuyen los países en función del eje social y el ambiental:

Si te fijás, el cuadrante de arriba a la izquierda está prácticamente vacío (el único que más o menos está por ahí es Vietnam), lo cual denota la ausencia de modelos exitosos en este esquema de la dona.

¿Cuál es el punto de todo esto? En principio tres conclusiones: 

  1. ningún país tiene una receta;
  2. el desafío que enfrentamos es mayúsculo;
  3. si los países en desarrollo antes pensábamos que el camino era más o menos copiar la trayectoria de los desarrollados, hoy nos encontramos con que eso es imposible por motivos políticos, sociales y ambientales. 

Por lo tanto, pensar estas cosas desde Argentina se vuelve super desafiante y requiere construir respuestas interdisciplinarias a la altura del objetivo que nos planteamos. 

En los próximos correos vamos a ir llevando esta discusión tal vez más abstracta a debates y temas concretos y de agenda. 

Si te interesó la idea de la rosca para pensar los modelos de desarrollo, podés mirar la charla TED que dio Kate Raworth en 2014. También recomiendo su libro Doughnut Economics (2017). Se consigue, si no lo encontrás, pedímelo.

Federal y complejo: noticias ambientales argentinas

Naturalmente, así como sucede en todas las otras dimensiones de una Argentina hiperintensa, la agenda ambiental nacional no da respiro e involucra mil temas que iremos profundizando a lo largo del año. 

La noticia más reciente es que el jueves pasado la Legislatura de Chubut rechazó la iniciativa popular impulsada por la Unión de Asambleas Ciudadanas de la provincia. La iniciativa buscaba prohibir la minería metalífera con determinadas sustancias químicas y la minería de uranio, en el marco de la intención del gobierno provincial de avanzar con la explotación del proyecto Navidad, un yacimiento de plata, plomo y cobre que se ubica en la meseta chubutense. Es un conflicto histórico que no da para ahondar acá con la profundidad que merece, pero te recomiendo estas dos notas con miradas contrapuestas para que nos vayamos metiendo en la discusión. Por un lado, una de Maristella Svampa, y por el otro, una de la Red de Académicos por el Desarrollo de una Minería Sustentable

También te quería extender una invitación que va muy en línea con lo que decía sobre la construcción colectiva de respuestas: la semana que viene se lanza el Foro Legislativo Ambiental, una herramienta de participación ciudadana creada por la Cámara de Diputados, donde se van a discutir proyectos de ley vinculados a diferentes ejes, como Ordenamiento Territorial, Soberanía Alimentaria, Residuos y Justicia Ambiental. Te podés inscribir en este enlace

La participación ciudadana es un elemento clave en el proceso de construcción de derechos ambientales y, considerando que una de las pocas cosas buenas que nos da la pandemia es la infinidad de actividades virtuales que permiten la participación a distancia, vale aprovecharlo.

Qué se prendió fuego en el mundo: agenda ambiental global

El 22 de abril se celebró la Cumbre de Líderes sobre el Clima, un evento convocado por el presidente estadounidense Joe Biden que juntó a 40 jefes de Estado para acelerar las políticas y aumentar los compromisos en materia de lucha contra el cambio climático. Hagamos un mini repaso por los anuncios de los países relevantes.

  • Estados Unidos: anunció una nueva meta según la cual se propone alcanzar una reducción de 50-52% de sus emisiones para 2030 (respecto de los niveles de 2005).
  • China: no se habló sobre nuevas metas, sí que la reducción en el uso del carbón será parte del 15º Plan Quinquenal 2026-2030.
  • Unión Europea: se propone reducir sus emisiones en un 55% en 2030 (respecto a los niveles de 1990) y alcanzar la neutralidad en carbono en 2050.
  • Brasil: manifestó el compromiso de eliminar la deforestación ilegal a 2030 y alcanzar la neutralidad en carbono para 2050.
  • Argentina: presentó una meta ambiciosa, de un 27.7% más que la anunciada en 2016. A su vez, el Presidente se comprometió a alcanzar una matriz energética con un 30% de renovables para 2030 y pidió por el canje de deuda por acción climática o servicios ecosistémicos. Otro día nos metemos en este tema pero, para tener una primera idea sobre qué significa esto que menciona el Presidente, te sugiero esta nota de Fermín Koop y esta otra de Oscar Soria.

Las preguntas obvias que surgen a partir de estos nuevos compromisos, son: ¿cómo se van a alcanzar esas metas? y ¿es suficiente la ambición?

Respecto de las acciones concretas para cumplir los compromisos, en algunos casos hay un plan de acción un poco más claro que en otros. En nuestro país, particularmente, es algo que aún está por desarrollarse. De todas formas, cabe la noción de responsabilidades comunes pero diferenciadas, donde la urgencia y el foco están mucho más puesto en los grandes emisores, como Estados Unidos y China, que en nosotros.

Por el lado de si alcanza, lo dejamos responder a John Kerry, el enviado especial para el cambio climático del gobierno de Joe Biden: “No, pero es lo mejor que podemos hacer hoy y así demostrar que podemos empezar a avanzar". Cada cual sacará sus propias conclusiones.

Recomendaciones random, pero siempre verdes

Si tenés hijes, el lunes Paka Paka estrenó una nueva serie preciosa llamada “Inteligencia Animal”. Las personas que nos dedicamos a lo ambiental tenemos un mantra: “No se cuida aquello que no se conoce”. En ese sentido, el acercamiento desde pequeños a la naturaleza es una de las herramientas más poderosas que tenemos para proteger nuestro planeta. Podés ver el trailer acá.

En el mismo sentido, pero ya no especialmente para niñes, recomiendo muchísimo la película Mi Maestro el Pulpo. La encontrás en Netflix y creeme que yo también le tenía sospecha al principio pero me terminó atrapando.

Eso fue todo por hoy. Me despido, pero no sin antes preguntarte: ¿hay algún tema del desarrollo sostenible que te interese particularmente? Te invito a mandármelo. Lo mismo si te parece que falta una voz, un dato o una perspectiva. Como ya dije, creo firmemente que el desarrollo sustentable es una construcción colectiva e interdisciplinaria.

Nos leemos en dos semanas, te mando un abrazo y un agradecimiento por acompañarme en este camino.

domingo, 9 de mayo de 2021

Colombia y la digitación de las protestas sociales

 Las actuales manifestaciones en Colombia han puesto en primer plano, en consonancia con otros países de la región, severas desigualdades sociales, políticas y económicas en el marco de crisis signadas por medidas neoliberales.

Escribe: Leandro Soto (*)

Fuente: Revista Hamartia

Las actuales manifestaciones en Colombia han puesto en primer plano, en consonancia con otros países de la región, severas desigualdades sociales, políticas y económicas en el marco de crisis signadas por medidas neoliberales. Al mismo tiempo, renuevan las posibilidades de reflexionar sobre los usos y apropiaciones de las redes digitales en contextos de movimientos y lucha social.


Al momento de escribir esta nota, y según fuentes como la Defensoría del Pueblo de Colombia, la violenta represión policial contra quienes se manifiestan ha dejado, al menos, un saldo de 19 muertos y se estiman más de 800 heridos, una parte significativa con severos daños oculares. No solamente el gran número de lesionados une estas movilizaciones a hechos como los ocurridos recientemente en Chile. También lo hace, a grandes rasgos, porque las mismas ocurren en el marco de una severa crisis social, política y económica signada por las consecuencias de las medidas adoptadas por un gobierno neoliberal. Hecho que está en consonancia con otros países de la región de América Latina. Al mismo tiempo, la pandemia mundial causada por el Covid-19, ha acrecentado las consecuencias en múltiples áreas y diversas desigualdades estructurales.

En el marco de las actuales protestas en Colombia, un recorrido general por diversos hashtags como #ParoNacional2M en Twitter, permite observar las diversas consignas contra la reforma tributaria pero además las múltiples demandas que, con el correr de los días, han encauzado las manifestaciones. Por ejemplo, en materia de acceso a la salud, trabajo y otras áreas de primera necesidad. Asimismo, videos en la red social Instagram, muchos de ellos en vivo, cubrieron parte de las detenciones y situaciones de extrema violencia policial. También se registraron escenas, que luego fueron virales, como acciones performáticas en la vía pública durante las manifestaciones.

En dichas movilizaciones, se han dado factores que pueden inscribirse en una serie de características propias de los movimientos más recientes: la gran presencia de juventudes, disidencias y diversos grupos étnicos, el desencanto contra las formas tradicionales y conservadoras de la política, la critica a determinadas instituciones de poder como los medios masivos de comunicación tradicionales y la centralidad de las redes digitales como forma de organización y difusión de contenidos.

Al respecto, interesa especialmente observar los usos y apropiaciones de las redes digitales en relación a las protestas sociopolíticas. Aquí no deben perderse de vista factores elementales como, por ejemplo, que los usuarios tienden a compartir contenidos coherentes con su propio esquema de percepción o que en las redes digitales las producciones de ciertos usuarios poseen mayor entidad y alcance. Otro factor importante, reside en las corrientes de desinformación, un aspecto recurrente en el marco de ciertas movilizaciones, sobre todo para desacreditar a los manifestantes y sus demandas. Si bien dicho fenómeno no reviste absoluta novedad para el momento actual -pueden revisarse diversos casos de noticias falsas en la plena hegemonía de los medios masivos tradicionales- si lo es respecto a la complejidad y masificación que han alcanzado con el advenimiento digital. Al respecto, es necesario no perder de vista la instalación de tendencias en las redes o, incluso, la actividad coordinada para simular la existencia de corrientes en apoyo u oposición a ciertas acciones relacionadas a la política.

Con estos factores en mente, es posible afirmar que de un tiempo a esta parte el activismo comunicativo con base en las redes y dispositivos móviles ha mutado notablemente. Recapitulando en el tiempo, ciertas posturas teóricas, muchas de ellas cuentan aún con gran aceptación, han observado en los movimientos sociales del año 2010 el protagonismo de ciudadanos – sin una conducción política visible y con cierta autonomía en sus decisiones- que movilizados por la indignación contra sectores de poder concentrados pasaron de la indignación a la acción colectiva. Fue, entonces, que encontraron en las redes digitales un modo de hacer masivo su descontento político y, al mismo tiempo, una forma de organización para traducir su “cibermilitancia” acotada a la opinión en las redes, a la acción en las calles y plazas.

En la actualidad, el límite entre la participación en el espacio público real y el espacio digital, ha puesto en tensión la problematización sobre los movimientos sociales. Al mismo tiempo, han surgido nuevos interrogantes, como por ejemplo: ¿sucede para la opinión pública una movilización sin ningún tipo de presencia en las redes digitales? Si bien es un interrogante sin una respuesta sencilla, gran parte de las actuales manifestaciones, como el caso de Colombia, permiten observar la centralidad de la digitalización. Mediante el uso de las redes, ciertas consignas de las manifestaciones alcanzan los grandes medios de comunicación y además tienden a disputar la mediación de la prensa tradicional. Tal es el caso de las coberturas amateurs o los vivos de Instagram en donde se observa, desde la mirada de los manifestantes, la brutalidad policial.

En diversas partes del mundo usuarios con gran visibilidad comparten contenidos y llevan adelante campañas de divulgación como el caso de “S.O.S Colombia”. Frente a ello, es importante no perder de vista que las redes digitales constituyen una forma de poder, controlada por un puñado de empresas, que si bien no democratizan realmente el acceso a la palabra, han modificado la visibilidad pública. También han afectado las formas de resistencia para públicos que acceden con mayor facilidad a la difusión de sus demandadas. Todo ello constituye un complejo escenario en continua disputa y transformación, más aún para América Latina.

(*) Maestrando en Periodismo (UBA- IEALC)

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