Under Pressure x Queen

Presión
Aplastándome
presión aplastándote a ti
ningún hombre la pide.
Bajo presión
Ese fuego que
derriba un edificio
divide a una familia en dos,
pone a l gente en las calles.

La maldita máquina de matar x Billy Bond y la pesada del Rock and Roll

Tengo que derretir esa máquina de matar,
tengo que derretir esa maldita máquina de matar.
Para que nunca más vuelva
a destruir lo que hacemos con amor, amor.

Desencuentro x Almafuerte

Estás desorientado y no sabés,
qué bondi hay que tomar, para seguir.
Y en triste desencuentro con la fé,
querés cruzar el mar, y no podés.
La araña que salvaste te picó.
Qué vas a hacer.
Y el hombre que ayudaste te hizo mal,
dale que vá.
Y todo un carnaval, gritando pisoteó,
la mano fraternal que Dios te dió.

lunes, 31 de agosto de 2020

Un cuento acelerado

 Por 

En un lugar muy lejano o tal vez al doblar la esquina, vive gente acelerada que ya no disfruta la vida. Vive para trabajar y no para ser felices, vive del que dirán y no de sus sentimientos; escapan de sus sueños para vivir interminables pesadillas y lo peor de este cuento es que todos están conscientes de sus desgastadas vidas. Pero el tiempo pasa tan rápido que este cuento desandado terriblemente ha terminado.

jueves, 6 de agosto de 2020

TIK TOK CORAZÓN: ACÁ TENES MI VETO PARA EL FIN DE LA GLOBALIZACIÓN

 

Fuente: 

Cenital

por Juan Elman

Es tan fascinante como revelador lo que está pasando con TikTok, la aplicación del momento que tiene más de 800 millones de usuarios activos en todo el mundo y es particularmente atractiva en centennials. La semana pasada Trump anunció que la prohibiría en Estados Unidos por razones de seguridad nacional. El lunes pateó el veto por 45 días a condición de que Microsoft se haga con el control de la empresa en el país. 

TikTok, que es parte del grupo empresario ByteDance, es la primera red social de origen chino que se vuelve global y logra penetrar en Estados Unidos. Este es un primer punto para entender la dimensión del asunto. Dice bastante el hecho de que la única manera que ahora tiene la app para sobrevivir sea venderse a capitales estadounidenses. 

Hoy te propongo una mirada rápida sobre tres tableros en los que impacta el tema: Estados Unidos, China y el futuro de internet. 

  1. Libertad con asteriscos

“TikTok es para el Black Lives Matter lo que Twitter fue para la Primavera Árabe”, le dijo Kareem Rahma, un influencer que se hizo conocido por subir videos en pleno estallido en Minneapolis, al New York Times. TikTok, que tiene más de 160 millones de descargas en Estados Unidos, es un fenómeno cultural. Ocupó un lugar crucial en las protestas desatadas luego del asesinato de George Floyd y lo sigue haciendo en plena campaña electoral. No está de más recordar que fueron usuarios de la aplicación, mayormente adolescentes, quienes boicotearon lo que iba a ser el gran relanzamiento de la campaña de Trump en Tulsa, Oklahoma. Y es mucho más que una plataforma de activismo. 

La prohibición de una red social es algo sin precedentes en el país. De hecho no es claro cómo se llevaría a cabo: Estados Unidos no tiene leyes que indiquen cómo bloquear software, como sí tienen países como China, Rusia o India. Una alternativa podría ser impedirle a la empresa comerciar con compañías nacionales, la lista negra en la que ya se encuentra Huawei. Pero aún así no es claro cómo se avanzaría y cuánto éxito van a tener las maniobras judiciales que sin duda van a intentar bloquear el veto. 

El segundo escenario, la venta forzada, no es menos cuestionable. Por algo Microsoft y la Casa Blanca analizan incorporar a los inversores estadounidenses que forman parte de TikTok actualmente. El objetivo es matizar la interpretación de la maniobra, alejar la palabra que ya se está pronunciando: expropiación. Los dichos de Trump acerca de la tajada que se debe llevar el Estado ante un eventual acuerdo ciertamente no ayudan a la narrativa. 

Uno podría señalar la contradicción: el país que hace gala del libre mercado y la libertad de expresión forzando a la red social más exitosa y popular del momento a venderse o desaparecer en el país. Uno podría, insisto, empuñar la noticia contra libertarios, reflotar esas noticias del 2015 que comparaban a Trump con Chávez, etcéteras. O podría entender su lógica. No es un ataque contra las reglas de juego: las reglas de juego ya cambiaron. La ironía es doble: Estados Unidos está haciendo con TikTok lo mismo que hizo China con Facebook, Google o Twitter. Trump también está definiendo qué entiende por soberanía digital. 

TikTok se defiende con argumentos válidos: la política de recolección de datos es mucho menos agresiva que la de otras plataformas como Facebook. Apunta también a que la compañía ha abierto “centros de transparencia” en Los Ángeles y retirado servidores de China. Dice que es una empresa privada que jamás ha compartido información con el Partido Comunista Chino y que no lo haría si este lo solicitara. Nada de eso parece importar para el establishment de seguridad estadounidense, que recuerda: la empresa es mayoritariamente de capitales chinos y las leyes de seguridad nacional de Beijing hace que las compañías no se puedan negar a las demandas del Estado. TikTok habló con 2018 y le respondieron con el 2020.  

La disputa dentro de Estados Unidos no se limita a la esfera estatal. De concretarse la operación, Microsoft saltaría al mercado de redes sociales, un espacio en el que tiene una posición marginada pese a contar con Linkedin y Skype. No llama la atención por qué Mark Zuckerberg es uno de los principales lobbistas a favor de la prohibición. Esta semana Facebook presentó Reels, una función dentro de Instagram que busca posicionarse como una alternativa a TikTok. De los 4 CEOs que comparecieron ante el Congreso la semana pasada, Zuckerberg fue quien más hizo hincapié en el contrapeso que deben ejercer las Big Tech contra sus rivales chinos. 

Microsoft, que no fue invitado a participar en la audiencia de la semana pasada, es la compañía tecnológica mejor valorada en China. Pero no es seguro que vaya a lograrse un acuerdo. No hay consenso sobre cuánto vale TikTok, en parte porque Microsoft no compraría toda la empresa sino las operaciones de Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Eso también es un escollo para definir de qué manera va a seguir funcionando la aplicación, y si ese esquema va a satisfacer las demandas de seguridad nacional de la Administración. 

  1. Las lecciones en China

Beijing dijo que la maniobra de Estados Unidos expone sus “típicos dobles estándares”. Un editorial del estatal China Daily sostuvo que el país no va a aceptar el “robo” de TikTok y que tiene “muchas opciones para responder”.

Hay dos datos que desalientan una escalada fuerte. El primero es que, a diferencia del caso de los consulados, China no tiene medidas idénticas para tomar, dado que las redes yanquis ya están bloqueadas allá. Y Trump, abocado a una campaña electoral donde la disputa contra China es protagonista, plantea un juego demasiado riesgoso para un Partido que, como contamos la semana pasada, busca evitar una ruptura total del vínculo. ¿Por qué no esperar unos meses más a ver qué pasa ante un posible cambio de gobierno?

El segundo dato, más importante, es que TikTok no es Huawei. La empresa que lidera el desarrollo global en 5G juega un rol vital para su economía doméstica y sus proyectos de expansión. La relación con el Partido, además, es mucho más estrecha que en el caso de ByteDance, que ha tenido roces con el aparato de seguridad por contenido sensible políticamente. Ni TikTok ni su empresa madre son socios estratégicos de Beijing. Para China, la prohibición de TikTok no es comparable con los golpes que viene recibiendo Huawei desde hace unos meses. Es difícil esperar una reacción similar. 

Pero el caso deja una gran lección justamente para empresas como ByteDance, que buscaron un desarrollo por fuera de las fronteras chinas. TikTok, la primera red social que logra convertirse en un fenómeno global, lo intentó todo: contrató como CEO a un ejecutivo de Walt Disney, incorporó varios inversores estadounidenses a su board, sacó servidores y oficinas de China, abrió “centros de transparencia” en California y hasta se plegó al boicot de otras plataformas a la ley de seguridad en Hong Kong. No alcanzó. Para las empresas tecnológicas chinas, el problema no es únicamente la creciente barrera en el mercado estadounidense y apéndices: India, vital por su densidad poblacional, prohibió, además de TikTok, a otras 58 aplicaciones chinas, y el boicot a la importación de tecnología no muestra signos de agotamiento. La experiencia de TikTok, primera red social china que se vuelve global, quizás sea un debut y despedida. 

  1. El futuro de internet

Se dice, se repite, que uno de los riesgos ante estos conflictos geopolíticos es que la internet deje de ser interoperable y se divida en distintas esferas de influencia. Las discusiones sobre el futuro de la red han sido interpretadas como un modelo en miniatura del futuro de la globalización. TikTok es un gran caso de análisis. 

Pensemos en un escenario donde Microsoft adquiere las operaciones de TikTok en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, y aplica los cambios en la aplicación por los que pide Trump. ¿Cómo va a funcionar la aplicación, con un código y desarrollo particular para estos países y otro para el resto? ¿Va a ser la misma? No serían dos sino tres lógicas distintas: una para China, donde la app se llama Dou yin (抖音) y opera bajo reglas estrictas; otra para Estados Unidos y apéndices bajo el control de Microsoft; y luego el resto del mundo, donde todo seguiría igual. 

Me gustó como lo dijo Jimena Valdez: la globalización se mueve de maneras misteriosas.

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