Under Pressure x Queen

Presión
Aplastándome
presión aplastándote a ti
ningún hombre la pide.
Bajo presión
Ese fuego que
derriba un edificio
divide a una familia en dos,
pone a l gente en las calles.

La maldita máquina de matar x Billy Bond y la pesada del Rock and Roll

Tengo que derretir esa máquina de matar,
tengo que derretir esa maldita máquina de matar.
Para que nunca más vuelva
a destruir lo que hacemos con amor, amor.

Desencuentro x Almafuerte

Estás desorientado y no sabés,
qué bondi hay que tomar, para seguir.
Y en triste desencuentro con la fé,
querés cruzar el mar, y no podés.
La araña que salvaste te picó.
Qué vas a hacer.
Y el hombre que ayudaste te hizo mal,
dale que vá.
Y todo un carnaval, gritando pisoteó,
la mano fraternal que Dios te dió.

lunes, 29 de agosto de 2016

La socióloga española Capitolina Díaz, investigadora de la desigualdad entre varones y mujeres

“Para achicar la brecha de género no alcanza con las buenas intenciones”

La especialista señala que para reducir la disparidad en el ámbito laboral debe haber premios y castigos. Y cuenta cómo ese método logró avances en algunos países. Las desigualdades en el sistema científico y educativo. Un análisis de género del presupuesto de un país. Cómo la economía de una sociedad evidencia las diferencias.

Por Verónica Engler
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La socióloga española Capitolina Díaz trabaja desde hace años para achicar la desigualdad de género que existe entre varones y mujeres en ámbitos laborales y extra laborales, en beneficio de unos y en detrimento de otras. Lo ha hecho desde diversos lugares en su país, en cargos directivos en la Universidad de Oviedo, en el Ministerio de Educación y Ciencia, ante la Unión Europea y también en el Ministerio de Igualdad.
Como otras feministas, Díaz considera que los obstáculos que muchas mujeres pueden encontrar para desarrollar sus carreras profesionales tienen que ver básicamente con dos cuestiones: por un lado, la falta de corresponsabilidad de los varones para realizar el trabajo de cuidado para que cada día sea posible hacer girar la rueda de la vida en sociedad; y por el otro lado, la falta de corresponsabilidad de la sociedad en su conjunto para favorecer la sostenibilidad de la vida. A saber, esta desi- gualdad tiene que ver con que son mayoritariamente las mujeres las que se ocupan de cuidar a niños y niñas, a las personas mayores y a las dependientes en general (personas con discapacidad, por ejemplo); también son las mujeres las que suelen gestionar los engranajes hogareños para que no falte el pan de cada día, para que los impuestos se paguen en fecha, para que las compras sean hechas y para que cada quien acuda al médico cuando lo necesite. “Parece que la sostenibilidad de la vida es una cosa que las mujeres, arreglándoselas como puedan, y sacando fuerzas y tiempo de donde no hay, lo hacen, pero eso no parece que fuera un problema de políticas públicas, de responsabilidad de las instituciones”, apunta Díaz, que estuvo en el país para participar en múltiples actividades organizadas por la Red Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Género (RICTyG) en Buenos Aires.
–En el sistema científico y universitario español se da una situación parecida a la de Argentina: hay similar cantidad de varones y mujeres en la base y son muy pocas, menos del veinte por ciento, las que llegan a niveles superiores tanto en el escalafón de investigación como en puestos de directivos y de toma de decisiones en las instituciones científicas y educativas. ¿Qué lectura hace de esta situación?–La situación se modifica, pero muy lentamente. La modificación en Europa en diez años, desde que hemos empezado a medir esto, ha sido de un dos o tres por ciento de mejora, la situación es muy parecida a la de Argentina. Lo que sucede es que parece que las redes informales masculinas favorecen el nepotismo masculino, la selección de hombres por hombres. Y es una cosa que dificulta o ralentiza el progreso de las mujeres en la carrera científica. Y otro elemento que perjudica a las mujeres es que al comienzo de la carrera científica, en un momento de consolidación importante, se tropiezan con la maternidad. El problema es que no hay ni suficiente compensación en el sistema científico, que podría compensar a las mujeres que tengan un hijo con una extensión de tiempo para cualquier medición de méritos; ni socialmente tenemos estructuras para atender a las personas dependientes. No tenemos suficientes guarderías cerca del trabajo a precios asequibles, o centros de atención a personas mayores dependientes.
–En sus investigaciones usted ha señalado que en el caso de las mujeres en ciencia, como en otros ámbitos, se dan tres brechas en relación a los hombres: la salarial, la de cuidados y la de tiempo. ¿Me pueden explicar de qué manera se dan estas tres brechas?–La brecha salarial supone que las mujeres cobramos menos que los varones, y esto es cierto en términos generales. Es decir, en cada país, si tomamos todo el dinero que ganan todas las mujeres que trabajan y comparamos con el dinero que ganan todos los hombres de ese país, siempre ellos ganan más. Si comparamos por hora trabajada también ellos ganan más. Y si hacemos una comparación más fina, categoría a categoría y por hora trabajada, ellos también ganan más. Así que es obvio que en todos los países hay una brecha salarial, de género. Y siempre se habla de esto, así que hay el día nacional de la brecha salarial de género, que en Europa siempre se celebra en torno a finales de febrero porque la idea es que para que una mujer europea consiga el mismo dinero que consigue un hombre en un año, tiene que trabajar todo el año, igual que el hombre, y casi dos meses más. Entonces, el día que es cuando nosotras ganaríamos lo mismo, ese día se pone como día de la brecha salarial de género. Así que éste es un concepto como muy claro. Cuando nosotras empezamos a pensar sobre este concepto, descubrimos que una de las razones fuertes que hacía que hubiera esta brecha salarial era que las mujeres no tenían una libertad de contratarse como la que tienen los hombres, porque asumían las tareas de cuidado que les corresponden y las que les corresponderían a los hombres. Con esto, las mujeres tienen que dedicar parte de su tiempo, de sus energías mentales y de sus esfuerzos al trabajo de cuidados, y además con ello liberan a los hombres para ser más contratables.
–Entonces, los hombres tienen un salario mayor, y en buena medida esto es posible porque los hombres cuidan menos que las mujeres.–Claro. Un trabajo ideológico con los hombres y unas buenas políticas públicas debieran hacer que esta brecha se achicara, se redujera, para que los hombres fueran más responsables. Los hombres tienen un déficit en las tareas de cuidados. Hemos empezado a reformular todas las teorías acerca de la feminización de los cuidados desde el concepto de brecha, desde el concepto de cuánto menos los hombres cuidan, cuál es el déficit de los hombres en esa dirección. Y en ese proceso nos dimos cuenta de que, dado que las mujeres tenían que dedicar tanto tiempo a los cuidados, se quedaban sin tiempo propio. Entonces descubrimos que hay una enorme brecha de tiempo propio entre las mujeres y los hombres. Los hombres tienen su dedicación laboral, muchas mujeres tienen una dedicación laboral muy parecida, pero los hombres no tienen la dedicación del tiempo de cuidados, que en España es de dos horas quince menos que las mujeres cada día.
–Entonces el déficit de las mujeres es de tiempo propio, ¿verdad?–Y este déficit de tiempo propio es todavía mayor si cuando hablas de los cuidados consideras que parte de los cuidados son tareas físicas que realizan y que son visibles, pero otra parte de los cuidados, y esto es casi exclusivamente femenino, es latente, que es el cuidado que está en las mentes de las mujeres pensando cómo organizan y cómo funciona la casa. Un ejemplo: una parte es el trabajo de cocinar, pero otra parte es el trabajo de pensar qué cocinas y pensar qué tienes que comprar, dónde tienes que comprar, si tienes o no lo que necesitas. Todo ese tiempo de trabajo es un tiempo en el que los hombres tienen sus cabezas libres, como tiempo propio, y las mujeres no lo tenemos. Y por si fuera poco, le añadimos el otro tiempo, que a menudo parece que fuera tiempo libre y propio, que es el tiempo en que las mujeres están en casa sin realizar ni tareas físicas ni tareas de gestión explícita, sino que están en la casa porque hay alguien en casa que necesita que ellas estén presentes. Aunque sólo sea porque su hija o su hijo, si ella no está presente, no hace las tareas del colegio; o porque su bebé, aunque esté dormido, necesita que ella esté en casa; o porque la persona anciana con Alzheimer que tiene en casa, aunque no tenga que cuidarla físicamente, si la deja sola puede abrir la puerta y salir a la calle o quemarse. Todos esos tiempos son de manera exclusiva femeninos, por lo tanto los hombres tienen un tiempo libre enorme para sus propias cosas, que las mujeres no tenemos. Por tanto la brecha de tiempo libre entre hombres y mujeres es enorme.
–Usted con su grupo de investigación Género en Ciencia están trabajando en la Universidad de Valencia con la idea de promover presupuestos y proyectos científicos con perspectiva de género. ¿Cuáles son los parámetros que utilizan para analizar si se aplica la perspectiva de género?–Respecto de presupuestos, que nos es mi campo específico sino el de una colega, hay ya una línea de estudios de presupuestos en general con perspectiva de género que lleva la Comisión Europea, y en España está bastante avanzada en Andalucía y en el país Vasco. El elemento principal de este parámetro es ver si cada unidad monetaria de los presupuestos va a tener el mismo impacto en mujeres que en hombres. Por ejemplo, si hay mil millones de euros para prolongar alguna carretera, la pregunta sería: ¿cuál es el impacto potencial en mujeres y en varones de esa medida? O mil millones de euros para reducir las listas de espera en los hospitales, ¿qué impacto de género puede tener esa medida? Básicamente se trata de preguntar a cada uno de los rubros de los presupuestos nacionales si el impacto para mujeres y hombres es diferente.
–¿Y en el caso de proyectos de investigación?–En el caso de proyectos de investigación intentamos mirar los tres ámbitos que marca la Comisión Europea como Horizonte 2020. Entonces, observamos si el número de mujeres y hombres es equivalente en cada proyecto; si los investigadores principales son siempre hombres o son también mujeres o, puesto que ahora se permite dos investigadores principales, ver si uno es mujer y otro es hombre; si el reparto de tareas dentro del equipo de investigación es equivalente; si se han planteado el impacto de género de la investigación; si se han planteado que la muestra, si es de población, sea representativo de las mujeres y los hombres. Y lo otro nuevo es la perspectiva de género en la docencia, que es el nuevo campo en el que vamos a empezar a trabajar. La idea es que los y las docentes puedan revisar sus asignaturas desde la perspectiva de género, en todos los sentidos: los objetivos docentes que se persiguen con la asignatura, el tipo de competencias que debe adquirir un o una estudiante para aprobar, cómo se enfoca, los ejemplos que se utilizan, las prácticas que se hacen, los manuales que se utilizan.
–Los datos muestran que la desigualdad de género sigue siendo un fenómeno persistente, que no se reduce ni de forma espontánea a lo largo del tiempo, ni con normativas que no vayan al corazón del problema. Ustedes en Europa realizan periódicamente los informes She Figures, que hasta el momento han evidenciado los limitados efectos de las políticas de Investigación y Desarrollo europeas sobre la igualdad de género. En el año 2005, el Consejo Europeo estableció la meta del 25 por ciento de mujeres en los puestos de toma de decisión en la investigación en el sector público, pero en el año 2010 sólo el 10 por ciento de los rectorados estaban ocupados por mujeres y eran sólo el 15 por ciento en las direcciones de instituciones de investigación. ¿Qué lectura hace de esta persistencia del viejo modelo y la dificultad para modificar ese statu quo en el que las mujeres pocas veces llegan a ocupar puestos jerárquicos, en los que tienen mayor poder de decisión?–Hay una resistencia feroz por los años que llevamos teniendo las instituciones científicas controladas, dominadas y gestionadas por varones. Hay una resistencia muy grande a cambiarlas, los propios varones cooptan varones, y las mujeres tampoco presionan porque si lo hacen puede que en muchos casos fuera en contra de ellas. El problema es que no hay medidas ni de premio ni de castigo por no hacer esto. No es suficiente con decir que el objetivo de la Comisión Europea es alcanzar tal porcentaje de mujeres en puestos de toma de decisión en la ciencia. No, tiene que decir “aquellas instituciones que alcancen esto y lo superen les premiaremos, y aquellas que no lo alcancen les penalizaremos”. Y no hay medidas de este tipo. Sólo hay buenas intenciones. Y sabemos que si hay premios y castigos las cosas funcionan, porque tenemos el modelo de Noruega, que ha exigido que al menos el 40 por ciento de los integrantes en los consejos de administración de las empresas que cotizan en bolsa fueran mujeres, y les dio dos o tres años a las empresas para cumplir esto, y las que no lo cumplieran, el gobierno disolvería el consejo de administración. Pues ante el temor de que todos los varones del consejo de administración se quedaran fuera han preferido que al menos el 60 por ciento se quedara dentro y sustituir al otro 40 por ciento con mujeres. Y lo han hecho, en dos años todas las empresas noruegas que cotizan en bolsa tienen al menos un 40 por ciento de mujeres en sus consejos de administración. Creo que lo que nos falta son medidas de este tipo.
–Actualmente usted es presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) de España. ¿Cuáles son los objetivos que tiene esta organización y cuáles son los temas en los que están trabajando?–El objetivo principal de AMIT es que las mujeres científicas en España ocupen el lugar que les corresponde, que la proporción de mujeres científicas en España estén representadas en el nivel que corresponde a sus conocimientos, tanto numéricamente como en puestos de toma de decisión. Entonces, hacemos todo lo posible para conseguir eso. Cuando podemos somos interlocutores de los gobiernos y les hacemos propuestas, siempre que podemos y que nos escuchen. Apoyamos a todas aquellas que nos hacen una denuncia porque encuentran que han sido tratadas de manera discriminatoria, recopilamos datos e información acerca de cuál es la situación. Por ejemplo, hemos estudiado todos los premios científicos en España y hemos estudiado la composición por sexo de los jurados, de las personas candidatas, y la composición por sexo de las personas premiadas. Y hemos podido ver que las mujeres son entre el 10 y 15 por ciento de las personas premiadas en ciencia, y que el número de mujeres premiadas disminuye a medida que aumenta la cuantía del premio. Nada sorpresivo, ¿verdad? Sobre esto hemos hecho unas recomendaciones y el Ministerio responsable de la investigación ha distribuido nuestro informe a todas las entidades que dan premios, públicas y privadas. Así que, por lo menos, pueden ponerse colorados de ver lo mal que lo hacen.
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jueves, 25 de agosto de 2016

Colombia avanza hacia la paz en medio de conflictos sociales


El preacuerdo de paz debe ser debatido en el Congreso y posteriormente sometido a plebiscito en Colombia.

Mientras el Gobierno y las FARC-EP avanzan hacia la paz, los colombianos exigen respuestas sobre temas pendientes. 

El Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP) anunciaron el pasado martes 23 de agosto que han dado por concluidas las negociaciones para lograr un acuerdo de paz después de cuatro años de conversaciones en La Habana, Cuba
Los representantes de la mesa de diálogo informaron que el anuncio oficial se hará este miércoles desde la capital cubana. El finalizar las negociaciones implica que el fin del conflicto colombiano entre el Gobierno y las FARC-EP está cerca.
El anuncio de que se han concluido las negociaciones no significa que se vaya a firmar el acuerdo definitivo este miércoles. Según lo acordado por las delegaciones en La  Habana, la firma del acuerdo final se hará luego de que el texto sea refrendado por el pueblo colombiano en un plebiscito por la paz.
¿Cómo se llegó al fin de las negociaciones?
Los diálogos entre el Gobierno y las FARC-EP comenzaron en la capital cubana el 19 de noviembre de 2012 en una agenda de cinco puntos (tierras y desarrollo rural,  participación política, drogas ilícitas, justicia transicional y fin del conflicto).
Las discusiones sobre los puntos de la agenda concluyeron el pasado 23 de junio, dejando pendientes para las últimas semanas los llamados “flecos” de cada acuerdo parcial.
Las condiciones sobre cómo será la amnistía de los guerrilleros, su futura participación política y la reincorporación a la vida civil, han sido los últimos temas en concretarse. Tras finiquitar estos puntos las delegaciones del Gobierno y la insurgencia anunciaron el fin de las negociaciones.
¿Qué sigue al finalizar las negociaciones?
Con el cese de las conversaciones, los negociadores por parte del Gobierno y las FARC-EP  le estamparán  su firma al texto final para que se pueda enviar al Congreso en el transcurso de la próxima semana.
El texto definitivo será analizado por una directiva del Senado para que sea convocado el plebiscito para que los colombianos refrenden o no el Acuerdo a finales de septiembre o los primeros días de octubre.
Las FARC-EP llevará el acuerdo final a un congreso interno, lo que se conoce como Décima Conferencia, en la que las bases guerrilleras darán el visto bueno a lo negociado en La Habana desde noviembre de 2012.
De triunfar el Sí, el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos y el líder de la guerrilla, Timochenko, firmarán el Acuerdo Final con decenas de presidentes extranjeros para celebrar la Paz en Colombia.
La firma del Acuerdo de Paz llevaría a una nueva etapa política, social y económica dejando atrás las causas que llevaron a más de 50 años de enfrentamientos entre colombianos.
El fin de las negociaciones, la celebración del plebiscito y la firma del acuerdo de paz son solo pasos que llevarían hacia el final del conflicto colombiano, la verificación  y respeto a todos los puntos de la agenda discutida por más de tres años en La Habana es lo que conduciría hacia una paz duradera en Colombia.

miércoles, 24 de agosto de 2016

El despido disciplinador

Cuatro especialistas proyectan crecientes dificultades en el mercado laboral

El crecimiento del desempleo se concentró en los centros industriales, un reflejo de la menor actividad pero también de la necesidad de la política económica de mantener bajo control al movimiento obrero, coincidieron varios especialistas consultados por Página/12.

Por Federico Kucher
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“Hubo estancamiento del empleo en los últimos años, pero ahora directamente se está destruyendo.”
La desocupación saltó a casi diez puntos en los primeros seis meses de la gestión de Mauricio Macri. Economistas consultados por Página/12 afirmaron que hubo un fuerte desgaste del mercado laboral en el primer semestre, debido al efecto recesivo de la devaluación, el recorte del gasto público, quita de subsidios, ajuste de personal en el sector público e incremento de la tasa de interés. Una ex viceministra de Trabajo, un ex director del Banco Central y dos analistas de sendos centros de investigación trazaron un panorama preocupante en relación al futuro inmediato del mercado laboral, dada la necesidad del modelo económico de disciplinar al movimiento obrero y los sindicatos a través de la desocupación, y la concentración de las tensiones en la rama industrial y, en particular, en las pequeñas y medianas empresas. Además, se refirieron a la extrema vulnerabilidad que impone la apertura comercial y financiera al impacto de shocks externos como ya ocurrió en los 90, según recordaron.
“El cierre de las industrias, sobre todo las pymes con menos de 50 empleados, está provocando un fuerte aumento del desempleo. Y es un fenómeno que llegó para quedarse, nada hace pensar que vaya a modificarse esta situación”, dijo la ex viceministra de Trabajo Noemí Rial. Agregó que, “en los últimos años, hubo cierto estancamiento en la creación de nuevos puestos de trabajo, pero ahora directamente se están destruyendo las fuentes de empleo. Todas las medidas de impulso al primer trabajo, con reducciones en las cargas sociales, son maquillaje. Lo único que puede dar vuelta este escenario de distorsión laboral es el crecimiento de la economía, pero con las medidas que se vienen tomando no parece que vaya a pasar”. Planteó además que lo que se viene es un incremento de la flexibilización laboral, al estilo de los noventa. “Son todas recetas que ya se probaron y no funcionaron”.
El investigador del Centro de Innovación de los Trabajadores (Citra-Umet), Pablo Wahren, planteó que la devaluación, el salto del proceso inflacionario y la suba de las tarifas generaron un fuerte impacto en el poder adquisitivo, lo que afectó la demanda local y, por tanto, el nivel de ocupación en el mercado interno. “La caída de la actividad se conjugó con la apertura de las importaciones. Entonces no sólo se vende menos sino que lo que se vende es importado. Este es uno de los fenómenos que está potenciando el aumento del desempleo”, precisó Wahren.
Aseguró que las dificultades en el mercado laboral continuarán en aumento en los próximos trimestres. “La idea del Gobierno es que ramas como textiles, calzados, juguetes, entre otros, no son competitivas y deben iniciar un proceso de reconversión. El problema es que estas industrias son mano de obra intensiva, o sea contratan muchos trabajadores, y se pretende reemplazarlas por actividad de servicios que no necesariamente demandan tanto trabajo. El resultado no puede ser otro que mayor desocupación”, advirtió. Pero adelantó que “la sociedad está más madura. Tras la crisis del 2001, la crisis del neoliberalismo, tiene que haber una respuesta social que le va a poner un freno a la desocupación. Es una sociedad que va a reaccionar mucho antes”.
En el Centro Cultural de la Cooperación (CCC) plantearon que la mayor desocupación es una pieza necesaria para el programa económico de Cambiemos. “La clave es el disciplinamiento del movimiento obrero, de los sindicatos”, dijo Martín Burgos, director del área de economía del CCC. “Estamos pasando de una grieta mediática a una grieta social. Al igual que ocurrió en los noventa, la gente que quede con trabajo va a tener buenos salarios, sobre todo si el tipo de cambio se sigue apreciando. Pero el gran problema es que las mayorías quedarán excluidas del mercado laboral. Es gente que va a estar precarizada y dispuesta a hacer cualquier tipo de tareas para tener un ingreso. Esto es lo que se viene”. Mencionó que “los niveles de desempleo van a ubicarse en torno de 10 y 12 por ciento, cifras que son suficientes para que el nuevo Gobierno pueda controlar a los sindicatos. Esta es una suba de la desocupación que forma parte de la estrategia del equipo económico, porque le permite contener la puja distributiva y bajar el poder de negociación de los sindicatos. Una desocupación en 15 o 20 por ciento ya no es útil para la gestión porque implicaría un fuerte descontrol social”.
Arnaldo Bocco, ex director del Banco Central, coincidió con la idea del disciplinamiento al trabajo. “Los conglomerados urbanos industriales ahora estás con tasas de desempleo de dos dígitos. Por ejemplo, Córdoba, donde están instaladas grandes fábricas del complejo automotriz; Rosario con la metalmecánica, Mar del Plata con pesca y turismo”, dijo. Aseguró que “estamos en un escenario semejante al pre tequila (fuerte contracción de la economía local a mediados de los noventa por el contagio de la crisis financiera en México). Si la Argentina llega a tener un cimbronazo fuerte desde Brasil o el resto del mundo, la tasa de desocupación puede llegar a tener un salto como en 1994-95, cuando se pasó del 12 al 18 por ciento en pocos meses”.
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lunes, 8 de agosto de 2016

Política y Sociedad Vol. 53, N°2 (2016)

Vol 53, No 2 (2016)

Crisis, precariedad e inseguridad

Tabla de contenidos

Presentación

PresentaciónPDF
Ramón Ramos Torre, Javier Callejo325-330

Monografía

Contar la crisis: materiales narrativos en la semántica social de la crisisPDF
Ramón Ramos Torre331-352
De la moral del sacrifi cio a la conciencia de la precariedad. Un análisis cualitativo de los discursos sobre la evolución de la crisis en EspañaPDF
Luis Enrique Alonso, Carlos Jesús Fernández Rodríguez, Rafael Ibáñez Rojo353-379
Buscando determinantes de la seguridad ontológica en la España de la crisisPDF
Javier Callejo381-412
Crisis, educación y precariedad-afluencia. El rol de la educación en las condiciones de vida de la población españolaPDF
Ramón Llopis Goig, Benjamín Tejerina413-442
La incertidumbre amorosa contemporánea. Estrategias de los jóvenesPDF
María Concepción Castrillo Bustamante443-462

Miscelánea

David Hume y el contractualismoPDF
José Fernández Santillán463-483
De pro Franquista a anti Gobierno. La evolución de "Sur" con respecto a la política nacional durante la transición española (1975-1978)PDF
Jezabel Martínez Fábregas485-507
La inmigración en España: ¿Una integración con pies de barro?PDF
Sara Moreno Colom, Ramon De Alós509-528
Mujeres, consumo de drogas y encarcelamiento. Una aproximación interseccionalPDF
Estibaliz de Miguel Calvo529-549
Consumos de riesgo: menores y juegos de azar online. El problema del “juego responsable”.PDF
Pablo García Ruiz, Pilar Buil, María José Solé Moratilla551-575
Los números cuentan. Sub-representación de la obra artística de mujeres creadoras en museos y centros de arte contemporáneosPDF
Esmeralda Ballesteros Doncel577-602
Relaciones de poder y guerraPDF
Alfredo Langa Herrero603-620
ATCI vs. BRICS: consecuencias sobre la geopolítica y las relaciones internacionales del siglo XXIPDF
Santiago Armesilla Conde621-637

Reseñas

González, M. J. y T. Jurado Guerrero (2015): "Padres y madres corresponsables. Una utopía real. Madrid", Catarata.PDF
Irina Fernández Lozano639-642
León, M. (2014): "The transformation of care in European Societies", New York, Palgrave Macmillan. 346 págs.PDF
Almudena Moreno Mínguez Moreno643-645
Bergua Amores, J. A. (2015): "Postpolítica. Elogio del gentío", Madrid, Biblioteca Nueva. 256 págs.PDF
Matías Morales Beascoechea647-650
Horowitz, J. (2015): "El radicalismo y el movimiento popular (1916-1930)", Buenos Aires, Edhasa, 320 páginas.PDF
Marcela García Sebastiani651-653
Prieto, C. (coord.) (2015): "Trabajo, cuidados, tiempo libre y relaciones de género en la sociedad española", Madrid, Ediciones Cinca. 315 págs.PDF
Sara Moreno Colom655-659
Breves reseñas biográficasPDF
 661-667



Política y Sociedad
ISSN 1130-8001
ISSN-e 1988-3129
© 2016. Universidad Complutense de MadridBiblioteca Complutense | Ediciones Complutense

domingo, 7 de agosto de 2016

El aluvión pokezoológico

CUANDO LA REALIDAD AUMENTADA FORMA PARTE DE LA VIDA COTIDIANA

Desde el miércoles por la noche, cuando fue lanzado en Latinoamérica, Pokémon Go –el juego que consiste en cazar en la realidad material animalitos fantásticos de la realidad virtual– invadió calles y conversaciones. Además de fanáticos, la llegada despertó polémicas (que recién comienzan) y nuevas preguntas.

Por Soledad Vallejos
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La Casa Rosada, convertida en gimnasio para jugadores avanzados.
Alcanzaron una noche y un par de mañanas para que en la calle fuera evidente la masividad de algo que es tan real como una imagen y que, sin embargo, tiene historia(s) para distintas generaciones. A menos de un mes de los lanzamientos escalonados en Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Europa, quedó habilitado para su descarga en Latinoamérica el juego de realidad aumentada (RA) Pokémon Go, con más de 100 millones de usuarios en todo el mundo y tema de conversación global en redes sociales, bares, colegios, grupos de amigos. Gratuita y sin más requisitos que el acceso a un smartphone conectado a un servicio de datos y con GPS habilitado (algo mucho más económico, todavía, que una consola doméstica), la aplicación es fácil de detectar por la ciudad: está activa allí donde un grupo de adolescentes (y no tanto) avanza por Plaza San Martín mientras la observan a través de sus teléfonos; donde un señor formal interpone su celular entre su asiento y el pasillo del vagón del subte de noche; donde dos hermanos se quedaron detenidos, congelados, de repente, por avenida Corrientes mientras alrededor transcurre una hora pico, o donde un chico salió del aula para correr al patio sin avisar nada a su maestra, que lo vio incrédula abandonar la clase sin decir ni mú. A través de la pantalla, el territorio es más territorio. Para los usuarios de la RA es atravesar el mundo conocido de todos los días pero con magia y desconcierto. Para las empresas detrás de la RA, en cambio, esas disrupciones abren el universo de los datos: su reino, por la información de usuarios ansiosos por jugar (ver aparte).

El factor humano

Participar es sencillo: quien quiera ser usuario debe descargar la aplicación en el teléfono, algo que requiere permitir que Niantic –la firma co-propietaria de Pokémon Go– acceda a toda la información de su cuenta Google y su correo electrónico asociado. El jugador se convierte en “entrenador” con un personaje virtual más o menos personalizado que lo encarna (mujer o varón, con ropa de tal color o tal otro, con esta o aquella mochila); mientras camina por la calle en la vida real, y siempre y cuando lleve la aplicación abierta en su teléfono –y vaya viéndolo–, su alter ego virtual recorre las mismas calles a la misma velocidad. Sobre la vereda, o mientras no avanza la cola del supermercado, o al pasar por un monumento, la aplicación alertará que hay un pokémon; un botoncito en la pantalla habilitará la modalidad RA: la realidad virtual se sobreimprimirá –pantalla mediante– en la realidad material, y empezará la cacería con las “pokébolas” (en las que quedarán atrapados los personajes a domesticar). Recorrer la ciudad es encontrar un mundo paralelo: “poképaradas” (donde hay ítems especiales para los personajes) y “gimnasios” (lugares clave, generalmente sitios públicos, para entrenar personajes).
El juego toma de base al mundo, pero el mundo tiene su historia y sus reglas, que son otras. Por eso, en estas semanas empezaron los roces entre las realidades paralelas. En Buenos Aires, en estos días, entrenadoras y entrenadores aprovecharon las redes sociales para compartir sorpresas como que el edificio de la Ex Esma es poképarada, al igual que señalamientos urbanos vinculados a la memoria de desaparecidos por la última dictadura (pero no solamente esas placas). La Casa Rosada y la Pirámide de Mayo son gimnasios; en el mausoleo de San Martín, en la Catedral, en el cementerio de Chacarita, hospitales y universidades la pokéactividad es intensa. No pasa solamente aquí. Alguien buscó y encontró un pokemon en Auschwitz (y en Dachau, y en Sachsenhausen); en Ground Zero, donde estuvieron las Torres Gemelas hasta el 11 de septiembre de 2001, abundan las poképaradas, lo mismo que en los alrededores de la zona de Hiroshima donde fue arrojada la bomba atómica. Desde los hallazgos, las autoridades de muchos de esos espacios piden a los desarrolladores que los excluyan de la RA. De momento, no hay respuestas.
La RA de este juego tomó como base para vincularse con el territorio el mapa de Ingress, una aplicación anterior, también lúdica y de RA, que estuvo lejos de conocer la masividad de Pokémon Go pero sentó sus bases. En Ingress, los jugadores integraban equipos que combatían por el control de “portales”, que eran establecidos en lugares destacados de la ciudad (también en ese juego importaban los datos del GPS de los usuarios); algunos portales fueron propuestos por los desarrolladores del juego, otros, por los usuarios, lo que terminó generando un territorio colaborativo.
En estos juegos de RA, no hay espacios sagrados, restricciones, historia. “Tal vez para el juego el territorio se vuelva sagrado después de la restricción, pero hasta entonces no lo es”, reflexiona el sociólogo y becario doctoral del Conicet Martín Gendler, que hizo de estos temas –tan nuevos, pero a la vez tan urgentes por el impacto y la velocidad que les son propias– eje de sus investigaciones. Gendler sostiene que, aún cuando las bases de estos mundos hayan sido dispuestas por humanos más o menos inmersos en la realidad alrededor, la lógica que subyace en ellos “no es la tradicional”. “Cuando uno circula con Google Maps o GPS, el programa avisa si entrás en zona peligrosa. Y sin embargo en Estados Unidos, por ejemplo, hay casos de personas que se han metido en ghettos conflictivos sin notarlo, porque el juego no avisó” mientras el usuario cazaba. Ni siquiera ahora el territorio es, palmo a palmo, el mapa. “Sucede que siempre, en su interacción, las personas generan cosas que no estaban previstas en el juego”.
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jueves, 4 de agosto de 2016

SE LANZO EN LA REGION EL JUEGO DE REALIDAD AUMENTADA QUE ES FUROR MUNDIAL

Fiebre de miércoles por la noche

Habilitaron en Latinoamérica la descarga de Pokémon Go, el juego para móviles con más de 100 millones de usuarios en todo el mundo. Fue el principal tema de conversación en redes sociales y empezaron a verse jugadores en busca de pokemones por las calles.

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Los pokemones aparecen en entornos reales en los que se encuentra el usuario.
“Preparen las zapatillas y las Pokébolas, y dispónganse a explorar el mundo alrededor. ¡Estamos felices de poner oficialmente Pokémon Go en manos de nuestros fanáticos latinoamericanos, visitantes y los atletas olímpicos en Río!”, anunció al caer la tarde de ayer en su perfil oficial de Facebook la empresa responsable del juego para teléfonos celulares, y la noticia corrió como viral por las redes sociales. No trascendió cuántas descargas se realizaron en la región en las primeras horas de la noche, pero la aplicación, que esta semana alcanzó los 100 millones de descargas en todo el mundo, fue el tema de conversación con más menciones en el ranking de Twitter en Argentina, con más de 600 mil tuits involucrados.
El acceso al juego es gratuito, pero a cambio de que el usuario permita el acceso de la aplicación a información personal de su cuenta Google y su correo electrónico asociado.
El videojuego de realidad aumentada que se puede usar en móviles con sistema operativo Android o IOS tuvo su lanzamiento mundial el 6 de julio, aunque su llegada a distintos mercados se dio de forma escalonada. Inicialmente, la aplicación desarrollada por la empresa norteamericana Niantic y distribuida por la japonesa Nintendo se lanzó en Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, y luego en casi toda Europa.
Aunque hace algunas semanas la aplicación pudo ser descargada en algunas zonas de Patagonia, recién ayer fue puesta a disposición de forma oficial en América Central y del Sur. Horas después, por Twitter, flamantes usuarios daban cuenta de distintos puntos de la ciudad en los que podían encontrarse personajes (pokémones), sus “gimnasios” (lugares claves, generalmente sitios públicos, en los que pueden ser entrenados los pokémones cazados) y las “poképaradas” (en las que los jugadores, llamados “entrenadores” en la jerga de la aplicación, pueden dar con ítems especiales para los personajes y las pokébolas necesarias para cazarlos).
Esta semana, el sitio web especializado TechCrunch informó, en base a datos de un estudio de la consultora App Annie, que la aplicación ya generó ganancias de alrededor de 10 millones de dólares por día para sus creadores.
La aplicación involucra lo que los diseñadores de videojuegos denominan “realidad aumentada”, que permite ubicar elementos virtuales en el mundo real, a partir del acceso del programa en particular a datos de ubicación geográfica del usuario (a partir del GPS) y la cámara del teléfono celular. A partir de eso, la aplicación demanda al jugador que se desplace por la ciudad para ir capturando los pokemones que detecta a partir de la ubicación del usuario en la ciudad. El jugador debe recorrer calles, plazas o puertos para dar con alguno de los 151 personajes del universo ficcional derivado del dibujo animado japonés de los 90 Pokémon, su saga y sus derivados.
La habilitación de las descargas del juego en Latinoamérica coincide con el inicio de los Juegos Olímpicos en Brasil, con lo que su realización implica tanto en lo referido a viajeros que llegan a la región como en cuanto a concentración de personas en entornos urbanos. Quienes ya tenían habilitado el juego previamente y llegaron a Rio pudieron seguir jugando allí, como el atleta japonés –cinco veces medallista en gimnasia– Kohei Uchimura, a quien esta semana le llegó una factura telefónica de medio millón de yenes (más de 72.000 pesos argentinos) porque hizo uso intensivo del roaming para jugar Pokémon Go en Brasil mientras espera el inicio de la competencia.
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miércoles, 3 de agosto de 2016

Redes, usos y efectos

Roberto Samar plantea que las redes sociales digitales crean la ilusión de la diversidad mientras nos homogeneizamos como consumidores, pero invita a usar la tecnología para desarrollar discursos inclusivos.

Por Roberto Samar *
Desde Neuquén
Según el vicepresidente para América latina de la red social Twitter, Guilherme Ribenboim, “en la Argentina ya tenemos 11,8 millones de usuarios de Twitter”. Paralelamente, en el 2014 Facebook anunciaba que en la Argentina hay 24 millones de usuarios activos.
¿Qué efectos tiene esta penetración?
Producimos y compartimos mensajes. Ampliamos nuestra cantidad de “amigos” y de “seguidores”. Sentimos que estamos conectados con cientos o miles de personas. Con múltiples puntos de vista; que crecemos en la diversidad. Sin embargo tendemos a comunicarnos y vernos entre quienes tienen gustos parecidos. Con la ilusión de la diversidad, nos homogenizamos como consumidores.
Como sostiene el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman, “cuando uno camina por la calle no puede evitar encontrarse con la diversidad de las personas. Uno debe negociar la cohabitación con esa gente de distinto color de piel, de diferentes religiones, diferentes idiomas. No se puede evitar. Pero sí se puede esquivar en Internet. Ahí hay una solución mágica a nuestros problemas. Uno oprime el botón ‘borrar’ y las sensaciones desagradables desaparecen.”
En ese sentido, para Bauman “entre los daños más analizados y teóricamente más nocivos de la vida online están la dispersión de la atención, el deterioro de la capacidad de escuchar y de la facultad de comprender, que llevan al empobrecimiento de la capacidad de dialogar, una forma de comunicación de vital importancia en el mundo offline”.
Desde ese punto de vista la superficialidad de los mensajes nos impide entender la complejidad de los problemas. Noticias de impacto, con golpes de efecto sintetizadas en pocos caracteres nos atraviesan.
Mientras reproducimos lo sensacional, olvidamos chequear las fuentes de información. Muchas veces fortaleciendo las confusiones, y generando más desinformación y violencia.
La estigmatización de grupos históricamente vulnerados y el odio son lugares comunes que se viralizan con las nuevas tecnologías: “Chile es mierda”, “Ladrones y escorias” y “Putos de Mierda” son grupos presentes en Facebook. Imágenes en jpg con falsos subsidios a personas detenidas o pobres, supuestas estadísticas de embarazos adolescentes, chistes homofóbicos, mujeres cosificadas, son discursos que refuerzan miradas dominantes y discriminatorias.
En varias oportunidades, esta forma de comunicación, superficial y de impacto, apela a imaginarios colectivos que terminan aumentando la confusión y los prejuicios. En consecuencia, se profundiza la fragmentación social y por ende la violencia.
Paralelamente las mismas redes nos permiten romper el cerco informativo de los medios hegemónicos e instalar otras agendas: La campaña “ni una menos” se viralizó en el Twitter, la represión de Gendarmería a la murga en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores no se hubiera visibilizado sin las redes o bien el proyecto comunicacional “La García”, que dirige la periodista Cynthia García, donde se busca construir una agenda informativa tuvo coberturas con más de un millón de visualizaciones.
Según Michel Serres en el libro Pulgarcita, “por primera vez en la historia, se puede oír la voz de todos. La palabra humana zumba por el espacio y el tiempo”.
Como ciudadanos deberíamos continuar apropiándonos de estas redes, usar la tecnología para desarrollar discursos inclusivos y visibilizar una agenda que responda a los intereses de los pueblos. Pero no debemos perder de vista que estas redes son desarrolladas por empresas que pueden condicionar nuestros mensajes. Asimismo, el tipo de relato emotivo, visual y breve que nos permiten desarrollar también incidirá en nuestra forma de ver el mundo.
* Licenciado en Comunicación Social UNLZ. Docente de Comunicación Social y Seguridad Ciudadana, UNRN.
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