Under Pressure x Queen

Presión
Aplastándome
presión aplastándote a ti
ningún hombre la pide.
Bajo presión
Ese fuego que
derriba un edificio
divide a una familia en dos,
pone a l gente en las calles.

La maldita máquina de matar x Billy Bond y la pesada del Rock and Roll

Tengo que derretir esa máquina de matar,
tengo que derretir esa maldita máquina de matar.
Para que nunca más vuelva
a destruir lo que hacemos con amor, amor.

Desencuentro x Almafuerte

Estás desorientado y no sabés,
qué bondi hay que tomar, para seguir.
Y en triste desencuentro con la fé,
querés cruzar el mar, y no podés.
La araña que salvaste te picó.
Qué vas a hacer.
Y el hombre que ayudaste te hizo mal,
dale que vá.
Y todo un carnaval, gritando pisoteó,
la mano fraternal que Dios te dió.

martes, 22 de marzo de 2011

Cronograma de lecturas 1er. cuatrimestre 2011

Ramonet, Ignacio: El poder mediático



theiner, irene; "la representación de los actores en el discurso político"

Irene Theiner
LA REPRESENTACIÓN DE LOS ACTORES SOCIALES EN EL
DISCURSO POLÍTICO

“Pero si yo siempre fui peronista…, nunca me metí
en política” Soriano (1985).

1. Introducción

Todos somos “blancos” de discursos políticos, cada vez más amplificados
por las cajas de resonancia de los medios de comunicación
de masas. Por lo tanto, se vuelve cada vez más necesario emplear instrumentos
de análisis capaces de revelar los (ab)usos de la lengua
que legitiman posiciones de poder, tarea que requiere un abordaje
interdisciplinario.
La antropología del lenguaje aporta la concepción del discurso no
sólo como modelo de pensamiento, sino también como práctica cultural,
es decir, como forma de acción (Durante: 2002). Dentro del
marco de la teoría de las representaciones sociales (Raiter: 1999,
2002, 2003; Grande: 2005) las palabras se conciben como estímulos
lingüísticos, que activando circuitos de nuestros sistemas de creencias,
se objetivan en imágenes – es decir, se cosifican – para dar lugar
a las representaciones que van a anclarse en las redes de significaciones
preexistentes, dentro de las cuales se les podrá asignar un sentido,
es decir, un valor.
Ya Foucault (1969: 66) concebía el discurso como práctica constituyente
del orden social que se debe abordar desde una perspectiva
relacional e histórica. Bourdieu (1982, 1984/2001) contribuyó con el
concepto de habitus a explicar los mecanismos mediante los cuales
un grupo humano llega a percibir como naturales, universales y permanentes
características y valores construidos socialmente durante el
curso de la historia. Justamente planteó qué papel desempeñan las
palabras en la construcción de “choses sociales” en la lucha por constituir
e imponer las categorías de clasificación. Sobre todo nombrar:
(…) en structurant la perception que les agents sociaux ont du monde so-
261
cial, (…) contribue à faire la structure de ce monde et d’autant plus profondément
qu’elle est plus largement reconnue, c’est-à-dire autorisée. Il n’est
pas d’agent social qui ne prétende, dans la mesure de ses moyens, à ce
pouvoir de nommer et de faire le monde en le nommant (…) (Bourdieu:
1982, 99).
La legitimación de dicho poder de nombrar se basa en valores
implícitos que se suponen compartidos, porque se los experimenta y
representa como si fueran naturales.
El análisis del discurso, sobre todo en su vertiente crítica (Fairclough,
Hodge y Kress, Raiter, van Dijk, van Leeuwen, Vasilachis de
Gialdino, Wodak), se propone articular las distintas disciplinas sociales
interesadas en las prácticas discursivas elaborando herramientas
que permiten actualmente una lectura más facetada, y por eso reveladora,
de las estrategias que instauran un discurso como hegemónico
o resistente dentro de una red.
Van Leeuwen (1996: 32-33), en particular, elaboró un “sociosemantic
inventory”1 para estudiar la representación de los actores sociales
en el discurso, estableciendo primero la relevancia sociológica
y crítica de sus categorías para pasar luego a indagar en su realización
lingüística. Las dos razones que motivan este itinerario son: “the
lack of bi-uniqueness of language” y el presupuesto de que “meaning
belongs to culture rather than to language”.
El presente estudio se plantea la cuestión del papel que le cupo
al discurso en el fenómeno peronista, que tanto peso tuvo y sigue teniendo
en Argentina. El análisis se basa en la representación de los
actores sociales siguiendo el “sociosemantic inventory” de van Leeuwen,
así como en la modalidad y la valoración porque, como bien
señala Fairclough (2003: 164), también los compromisos que un actor
social asume con respecto a la verdad y a la necesidad (modali-

262

1 Las categorías fundamentales son (van Leeuwen: 1996, 32-69): la exclusión o la inclusión
(con varios niveles); el papel activo o pasivo (que se pueden realizar mediante
el rol gramatical de participante (participación), con complementos introducidos por
preposiciones o locuciones preposicionales (circunstancialización) y con adjetivos o pronombres
posesivos (posesivización); la impersonalización y la personalización, con sus
subcategorías, entre las cuales tenemos:
• para la impersonalización: abstracción, objetivación;
• para la personalización: nominación (con diferentes grados de formalidad, comprendiendo
la titulación), categorización (por funciones, identificación [clasificación,
identificación relacional, identificación física], valoración), sobredeterminación,
asociación y disociación;
• para ambas: generalización, especificación (individualización o asimiliación – como
colectivización o agregación).

dades epistémica y deóntica) y con respecto a los valores (modalidad
apreciativa) forman parte de la trama de su identidad. Durante el curso
del trabajo surgió la necesidad de reservar un espacio aparte a la
sobredeterminación temporal y simbólica2, porque se refería no sólo
a los actores, sino sobre todo a las prácticas sociales.

2. El discurso peronista

La producción discursiva de Juan Domingo Perón (1895-1974) sigue
suscitando un gran interés entre los estudiosos argentinos. Sociólogos,
filósofos, historiadores, semiólogos y lingüistas (Emilio de Ipola,
Ernesto Laclau, José Pablo Feinman, Noemí Girbal-Blacha, Eliseo
Verón, Silvia Sigal, Graciela Reyes) se plantearon – desde los diferentes
observatorios de sus respectivas disciplinas – cuál fue la especificidad
del discurso peronista que le permitió instalarse y mantener
por tanto tiempo una posición dominante en Argentina3.
Cabe entonces preguntar, qué estrategias contribuyeron a objetivar
y anclar las representaciones sociales4 del peronismo o justicialismo
de modo duradero y cómo Perón libró discursivamente la pugna
por mantener la hegemonía en el momento en que ésta se vio cuestionada.
El trabajo se centrará en el análisis de tres discursos fundamentales
de Perón, que abarcan los casi treinta años que van desde el 17
de octubre de 1945 hasta su muerte, en 1974.
El punto de partida es el discurso que Perón pronunció el 21 de

263

2 “Overdetermination occurs when social actors are represented as participating, at
the same time, in more than one social practice. [It] is one of the ways in which texts can
legitimise practices.[…] Symbolisation, as I use the term here, occurs when a ‘fictional’
social actor or group of social actors stands for actors or groups in non- fictional social
practices. The ‘fictional’ actor often belongs to a mythical, distant past.” La sobredeterminación
temporal, que van Leeuwen llama anachronism, considerándola una forma de
“inversion”, consiste en proyectar a los actores sociales al pasado o al futuro (van Leeuwen:
1996, 61-62-64).
3 “(…) el discurso dominante es la parte de las referencias de una red que establece
las condiciones para construir la verosimilitud dentro de ésta; determina un “eje” que
califica a los otros discursos como opositores, marginales, aliados, pornográficos, policiales,
periodísticos, académicos, verdaderos, falsos” (Raiter: 1999. 48-49).
4 Me refiero aquí a los conceptos de objetivación y anclaje propios de la teoría de
las representaciones sociales. La objetivación es un proceso de selección y de estructuración
de los conocimientos que un grupo social posee sobre el objeto de una representación.
El anclaje consiste en la inserción de una nueva representación en el sistema de
creencias preexistente.

junio de 1973, difundido por todas las radios y televisiones del país,
al día siguiente de su regreso definitivo tras casi 18 años de exilio5.
Estaba previsto que Perón llegara al aeropuerto internacional de
Ezeiza y dirigiera desde un palco situado en el camino hacia Buenos
Aires un discurso a la multitud (que según los cálculos alcanzaba a
alrededor de dos millones de personas). El ala derecha del peronismo,
capitaneada por el coronel Osinde, presidiaba el palco, mientras
las columnas de la Juventud Peronista, Montoneros y otras organizaciones
de la tendencia revolucionaria, pugnaban por romper el “cerco”
6 que se interponía entre ellos y Perón. Muchos militantes (de izquierda
sobre todo, pero no exclusivamente) cayeron muertos o heridos
bajo el tiroteo desencadenado por la derecha. Otros fueron torturados
en las inmediaciones. Ante semejante situación Perón no aterrizó
allí, sino en el aeropuerto militar de Morón y pronunció el discurso
ya no en presencia de la multitud, sino al día siguiente y filtrado
por la pantalla mediática.
El 21 de junio de 1973 Perón desplegó una serie de estrategias
para mantener la posición de actor discursivo dominante que había
logrado conservar durante casi 30 años. Por eso será necesario leerlo
contra el fondo del discurso del 17 de octubre de 19457 y en perspec-

264

5 Perón había sido derrocado el 16 de septiembre de 1955 y tras pasar por varios
países, se instaló en España. En noviembre de 1972 el entonces presidente, general Lanusse,
le permitió ingresar en el país, sin que por eso se levantara la restricción de presentarse
como candidato a la presidencia para las elecciones de marzo de 1973. Por eso,
a dichas elecciones se presentó la fórmula Cámpora (llamado “el tío”)- Solano Lima, que
ganó bajo el lema “Cámpora al gobierno, Perón al poder” y asumió sus funciones el 25
de mayo. La Juventud Peronista vivió por algún tiempo la ilusión de que se realizara el
“trasvasamiento generacional” consistente en la “actualización doctrinaria y el abandono
de los métodos burocráticos de conducción, organización y lucha”, tal como lo expresaron
en una conferencia de prensa los dirigentes de FAR-Montoneros (Sigal y Verón: 1985,
141) Perón mismo había fomentado durante su exilio esas ilusiones, así como las del ala
derecha, a través de prácticas discursivas que consistían, según palabras del propio Perón
en “no negar nada dentro de mi infalibilidad que, como todas las infalibilidades, está
basada precisamente en no decir ni hacer nada, única forma de poder asegurar esa infalibilidad.”(
Perón-Cooke, Correspondencia, T.II: 39 – carta del 22.11.1957). Debemos entender
“no decir ni hacer nada” definitivo o definitorio, porque ciertamente no faltaron
mensajes de Perón mediados a través de sus tantos portavoces. Pero – a falta de definición
– cada receptor podía recibir la confirmación de su propia posición.
6 Cuando la Juventud Peronista, Montoneros y las otras organizaciones comenzaron
a percatarse de la distancia entre sus posiciones y anhelos y los de Perón, atribuyeron la
incomprensión al “cerco” de intermediarios que supuestamente impedía al líder acercarse
al “verdadero” aís.
7 En el gobierno del presidente de facto Edelmiro Farrell (25.02.1944-04.06.1946),
Perón ocupaba los cargos de vicepresidente, ministro de Guerra y secretario de Trabajo
y Previsión. Ante una creciente oposición al gobierno militar y la preocupación de una

tiva del último discurso de la parábola de su poder, el del 1 de mayo
de 19748, dos meses antes de morir.
Las circunstancias de los discursos del 21 de junio de 1973 y del
17 de octubre de 1945 se parecen superficialmente porque en ambos
casos, Perón regresaba de un exilio impuesto por militares y poco
después sería elegido presidente de la Nación. Pero si en 1945 su poder
todavía debía afianzarse ante otros poderes externos a su grupo
de referencia, en 1973 ese poder mantenido aún durante el exilio debía
confrontarse con retos y reclamos que provenían de sus propias
filas. A las diferencias sustanciales, debidas a los momentos históricos,
se añade otra, de particular relevancia para las estrategias discursivas:
el discurso del 17 de octubre Perón lo pronunció en presencia
de sus destinatarios, mientras que el 21 de junio nadie pudo interactuar
con él. Los conflictos internos que hasta ese momento Perón había
logrado conciliar o neutralizar – gracias también a sus estrategias
discursivas – estallaron definitivamente el 1 de mayo de 1974, cuando
en la plaza de Mayo un sector le presentó sus reclamos.
En su exhaustivo estudio del discurso peronista Sigal y Verón
(1985: 232) concluyeron:
(…) Perón muestra, a lo largo de su historia, una continuidad sistemática,
una unidad profunda. Desde este punto de vista, los textos del líder revelan
una verdadera lógica discursiva, cuyos componentes dibujan una estructura
enunciativa invariante, capaz de ‘absorber’ los contenidos más diversos
(…).
Los elementos fundamentales [son]: posición del enunciador fuera del campo
de lo político y a distancia del pueblo (a quien el enunciador sólo pide
que mire las obras cumplidas); vaciamiento del campo político, cuya consecuencia
es el descentramiento del adversario, reducido a una suerte de

265

parte de los militares por la popularidad de Perón, Farrell cedió y alejó a Perón de todos
sus cargos y ordenó su detención en la isla Martín García. Los seguidores de Perón iniciaron
la movilización. La Confederación General del Trabajo convocó a una huelga general
y algunos gremios y militantes políticos anticiparon manifestaciones. Miles de personas
marcharon sobre Buenos Aires provenientes de diferentes puntos de la periferia
reclamando la libertad para el líder, que había sido trasladado de la isla Martín García al
Hospital Militar de Buenos Aires, por supuestos problemas de salud. Farrell se vio obligado
a liberar a Perón y hacerlo venir a la Casa Rosada, desde cuyo balcón se dirigió a
la multitud que lo aclamaba.
8 La Juventud Peronista esperaba finalmente romper el “cerco”, porque el mismo
Perón había anunciado en el discurso de asunción de su tercera presidencia
(12.10.1973), que “siguiendo la vieja costumbre peronista, los días primero de mayo de
cada año he de presentarme en este mismo lugar para preguntarle al pueblo aquí reunido
si está conforme con el gobierno que realizamos”.
‘residuo’; homología entre la posición del líder y la de los colectivos más
amplios (la Nación, la Patria), que convierte al líder en un enunciador abstracto,
único depositario de la verdad del colectivo ‘peronista’ y de una palabra
que sólo él posee; doble identificación tendencial entre ‘Perón’ y ‘Patria’,
por una parte, y entre ‘peronistas’ y ‘argentinos’, por la otra, operación
que expulsa al adversario hacia las zonas de sombra de la ‘antipatria’” (Sigal
y Verón: 1995, 232).

3. La representación de los actores sociales

El estudio de la representación de los actores sociales en juego,
siguiendo el “sociosemantic inventory” propuesto por van Leeuwen
(véase nota 1) y la modalidad y la valoración según Fairclough
(2003) permitirá ver si, o en qué medida, esa estructura enunciativa
es invariante.
Tras un primer análisis general, se puede observar que – a diferencia
de otros enunciadores9 – Perón raras veces excluye completamente
a los actores recurriendo a nominalizaciones o a la elisión del
complemento agente de una forma pasiva.

3.1. La representación del enunciador10

3.1.1. Posicionamiento del enunciador en el campo discursivo

Sigal y Verón llamaron “modelo de la llegada”, la estrategia con
que Perón se coloca fuera de la escena, como una suerte de enunciador
omnisciente que desde lo alto ve una situación grave y “llega”
desde el exterior del campo político como un salvador que se “mezcla”
con los que sufren.
El 17 de octubre la patria constituye el medio, el puente que le

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9 Muy interesantes al respecto son los análisis que Fairclough (2000, 2003) lleva a
cabo de las estrategias discursivas de políticos británicos y de autoridades de instituciones
internacionales.
10 Según Verón (1987: 15-18) el discurso político se caracteriza por desarrollarse entre
un enunciador y tres destinatarios. “Hablar de ‘enunciador’ implica una modelización
abstracta que permite el «anclaje» de las operaciones discursivas a través de las cuales se
construye, en el discurso, la «imagen» del que habla” El prodestinatario es el “receptor
que participa de las mismas ideas, que adhiere a los mismos valores y persigue los mismos
objetivos que el enunciador: el destinatario positivo es antes que nada el partidario”.
El contradestinatario es el adversario, el otro negativo, mientras que el paradestinatario
representa al indeciso.

permite transitar desde el exterior – el cuartel – al encuentro con la
masa trabajadora:
(…) tenía tres honras en mi vida: la de ser soldado, la de ser un patriota
y la de ser el primer trabajador argentino11. (…).
Dejo el sagrado y honroso uniforme que me entregó la Patria para vestir
la casaca de civil y mezclarme en esa masa sufriente que elabora el
trabajo y la grandeza de la Patria (…).
El 21 de junio de 1973, Perón efectivamente llega desde el extranjero,
pero en el discurso, representa su llegada casi como si fuera
desde el más allá:
Llego desde el otro extremo del mundo (…)
Llego casi desencarnado.
Menos de un año más tarde (1.5.1974), Perón llega desde su propia
historia:
Hoy, hace veintiún años que en este mismo balcón y con un día luminoso
como el de hoy, hablé por última vez a los trabajadores argentinos.
Perón no se representa solamente como esa suerte de “redentor”
que actúa desde afuera. La primera sobredeterminación que salta a la
vista consiste en que Perón se descompone en varios enunciadores,
se representa como actor social múltiple, casi como si quisiera ocupar
todo el espacio disponible del campo discursivo. Sobre todo en
el discurso del 21 de junio de 1973 se percibe una necesidad o compulsión
por controlar lo que empieza a escapársele. Por eso se funde
con el prodestinatario en el colectivo “nosotros”, cuya referencia es
oscilante, cuando no incierta:

1) Nosotros = yo + ¿?:

(…) sólo pido a los argentinos que tengan fe en el gobierno justicialista
porque ése ha de ser el punto de partida para la larga marcha que iniciamos.
[nosotros = ¿yo + el gobierno justicialista (de Cámpora) o yo + los argentinos?]

2) Nosotros = yo + todos los argentinos:

Este problema, como ya lo he dicho muchas veces, o lo arreglamos entre

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11 En ésta, así como en las citas sucesivas, destaco en negrita las palabras claves.
Aquí es interesante observar el crescendo de determinación desde el primer nombre hasta
el tercero.
todos los argentinos o no lo arregla nadie.

3) Nosotros = yo + los peronistas:

Los peronistas tenemos que retornar a la conducción de nuestro Movimiento,
ponernos en marcha (…).

4) Nosotros = yo + los viejos peronistas:

Los viejos peronistas lo sabemos (…)
Omnipresente dentro del campo, suele posicionarse – incluso
dentro de una misma frase – en distintos roles:
Por eso deseo hacer un llamado a todos, al fin y al cabo hermanos, para
que comencemos a ponernos de acuerdo. (…)
Sólo necesito que los argentinos lo crean y nos [¿yo+ gobierno, yo+movimiento
peronista?] ayuden a cumplirlo.
Es más, sale y vuelve a entrar en el campo discursivo, pasando de
“director de escena” omnisciente a actor omnipresente:
(…) el justicialismo, que no ha sido nunca ni sectario ni excluyente, llama
hoy a todos los argentinos, sin distinción de banderías, para que todos
solidariamente nos pongamos en la perentoria tarea de la reconstrucción
nacional, sin la cual estaremos todos perdidos.
En el discurso del 17 de octubre de 1945 esa estrategia es mucho
más frecuente:
Y ahora llega la hora, como siempre para vuestro secretario de Trabajo
y Previsión, que fue y seguirá luchando al lado vuestro para ver coronada
esa era que es la ambición de mi vida: que todos los trabajadores sean un
poquito más felices.
El 1 de mayo de 1974, siendo presidente, se extraña de su propio
gobierno:
Compañeros, deseo que antes de terminar estas palabras lleven a toda la
clase trabajadora argentina el agradecimiento del gobierno por haber sostenido
un pacto social que será salvador para toda la República. (…)
Repito compañeros, que será para la reconstrucción del país y en esa tarea
está empeñado el gobierno a fondo (…)
No quiero terminar sin antes agradecer la cooperación que le llega al gobierno
de parte de todos los partidos políticos argentinos.

268

3.1.2. Categorización del enunciador

El 21 de junio de 1973, a la colectivización del enunciador “nosotros”,
se suman categorizaciones clasificatorias por nacionalidad “argentinos”,
afiliación “peronistas”, edad “viejos”. El enunciador individualizado
“yo” no está categorizado, sino representado metonímicamente
por: “corazón”, “el alma a flor de labios”, “mi espíritu”.
En el discurso del 17 de octubre de 1945 el enunciador, prevalecientemente
individualizado, aparece categorizado por su función12:
“soldado”, “coronel”, “secretario de Trabajo y Previsión”; clasificado
como “argentino”, “primer trabajador”, “humilde hombre” y “simple
ciudadano”; identificado por una relación de parentesco: “hermano
mayor”.
En cambio, el 1 de mayo de 1974 se observa sólo un leve predominio
del colectivo “nosotros”, cuyo referente es yo+ mis compañeros,
es decir, los peronistas.

3.1.3. Modalidad y valoración

El enunciador, sobredeterminado y generalmente activado13, se
representa como legitimado para exigir y prescribir comportamientos
a los otros actores sociales que, incluso cuando son sujetos gramaticales
de las acciones solicitadas, no tienen espacio más que para actividades
receptivas o auxiliares:
(…) y recuerden trabajadores, únanse y sean más hermanos que nunca.
(…)
Por eso les pido, como un hermano mayor, que retornen tranquilos a su
trabajo y piensen. Y hoy les pido que retornen tranquilos a sus casas
(…)14 (17.10.1945).
(…)[yo] deseo también que [¿ustedes/ellos?] me escuchen con el mismo estado
de ánimos. (…)
Por eso deseo hacer un llamado a todos al fin y al cabo hermanos, para que

269

12 “Functionalisation occurs when social actors are referred to in terms of an activity, in
terms of something they do, for instance an occupation or role” (van Leeuwen: 1996, 54).
13 “Activation occurs when social actors are represented as the active, dynamic forces
in an activity, passivation when they are represented as ‘undergoing’ the activity, or
as being ‘at the receiving end of it’” (van Leeuwen: 1996, 43-44).
14 Perón anuncia lo que llegará a ser el bien conocido “apotegma de nuestra creación:
de casa al trabajo y del trabajo a casa” que no deja de recordar a sus partidarios el
21 de junio de 1973.

comencemos a ponernos de acuerdo (…)
Así aconsejo a todos ellos [los que tratan de infiltrarse en los estamentos
populares o estatales, es decir, las corrientes de izquierda] tomar el único
camino genuinamente nacional; cumplir con nuestro deber de argentinos
sin dobleces ni designios inconfesables (…)
Sólo necesito que los argentinos lo crean y nos ayuden a cumplirlo (…)
un gran movimiento nacional y popular que pueda respaldarlo [al Movimiento]
(21.06.1973).
(…) les recomendé que ajustasen sus organizaciones (…)
Compañeros, anhelamos que nuestro movimiento sepa ponerse a tono
con el momento que vivimos.
(…) deseo que (…) lleven a toda la clase trabajadora argentina el agradecimiento
del gobierno (…) (01.05.1974).
El actor social legitimado a prescribir es también el que se constituye
como fuente de verdad. Las cláusulas desmodalizadas que expresan
procesos de tipo relacional o existencial, con los verbos en
tiempo presente, producen un efecto de objetividad y confieren validez
universal a lo aseverado15. Al mismo tiempo el léxico (aquí subrayado)
activa valoraciones positivas o negativas que se suponen
compartidas:
(…) esa institución que es el puntal de la Patria: el Ejército (…)
Esto es pueblo (17.10.1945).
No hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doctrina y a nuestra ideología
(…)
La inoperancia en los momentos que tenemos que vivir es un crimen de
lesa patria (21.06.1973).
El 1 de mayo de 1974, Perón ya no está en condiciones de enunciar
verdades.

3.2. La representación de los destinatarios positivos

Perón nunca nombra a los otros actores sociales, con la única excepción
de Eva16. Los representa funcionalizados (véase nota 12),

270

15 Corresponde a lo que Verón (1987: 21-22) llama componentes prescriptivo y didáctico
respectivamente.
16 Significativamente lo hace el 1 de mayo ante los Montoneros que se proclamaban
los verdaderos herederos de Evita.

clasificados (por origen, afiliación, edad, clase), identificados por su
relación con otros o por sus características físicas, o bien calificados
por sus cualidades17.
El 17 de octubre de 1945, los actores sociales que corresponden
al prodestinatario y al paradestinatario18 según la distinción de Verón,
son los colectivos “pueblo” y “masa”. “Trabajadores” lo interpreto
aquí como una clasificación por clase y no como una funcionalización
por actividad.
El 1 de mayo de 1974, a la funcionalización del ala derecha del
peronismo como “esos dirigentes [sindicales] sabios y prudentes”, en
la plaza, la Juventud Peronista y Montoneros responden cantando:
“se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical”. Y Perón recurre
entonces a clasificaciones que remiten al discurso fundacional del
17 de octubre: “la clase trabajadora argentina” (con el añadido significativo
de “clase” y “argentina”) y “hombres de trabajo” (el 17 de octubre
de 1945, “hombres que vienen del trabajo”).
El 21 de junio de 1973, el actor social destinatario está clasificado
sobre todo por su pertenencia nacional: “los argentinos”, tanto agregado
en “todos los argentinos”, como individualizado en “cada argentino”
o “un solo argentino”19. La oscilación entre “todos” y “cada
uno” representa esa intención populista de establecer una relación
directa líder-pueblo, sin intermediación de otras instancias. Pero además,
el destinatario está sobredeterminado por su identidad relacional
de “hermanos”. El colectivo “pueblo” es proporcionalmente mucho
menos frecuente que en el discurso del 17 de octubre. Y en lugar
de categorizaciones que clasifican por la pertenencia a una clase,
Perón convoca en una interesante asociación20 policlasista:
Los científicos, los técnicos, los artesanos y los obreros que estén fuera
del país deben retornar a él a fin de ayudarnos en la reconstrucción que
estamos planificando (…).

271

17 “(…) social actors are appraised when they are referred to in terms which evaluate
them, as good or bad, loved or hated, admired or pitied” (van Leeuwen: 1996, 58).
18 “El discurso político es un discurso de refuerzo respecto del prodestinatario, de
polémica respecto del contradestinatario, y de persuasión sólo en lo que concierne al
paradestinatario” (Verón: 1987, 18).
19 “(…) aggregation (…) quantifies groups of participants […and ] is often used to
regulate practice and to manufacture consensus opinion” (van Leeuwen: 1996, 49).
20 “Association, in the sens I shall use the term here, refers to groups formed by social

actors and/or groups of social actors (…) which are never labelled in the text (although
the actors or groups who make up the association may of course themselves be
named and/or categorised)” (van Leeuwen: 1996, 50).
Uno de los fragmentos más interesantes muestra cómo Perón sobredetermina
a los actores sociales para forzar una conciliación (además
de la sintaxis) ciertamente difícil – si no imposible – en la Argentina:
Si en las Fuerzas Armadas de la República, cada ciudadano, de general
a soldado, está dispuesto a morir en la defensa de la soberanía nacional
como del orden constitucional establecido, tarde o temprano, han de integrarse
al pueblo, que ha de esperarlas con los brazos abiertos como se espera
a un hermano que retorna al hogar solidario de los argentinos.
O sea, que establece las siguientes equivalencias: Fuerzas Armadas
= hermano, ciudadano = militares, pueblo = argentinos.
Los actores sociales se objetivan también en somatizaciones21. La
representación metonímica por partes de sus cuerpos, está enraizada
en la concepción organicista de Perón, para quien la sociedad era un
organismo que no debía “deformarse”, en aras de mantener el orden
y la jerarquía:
Ordenemos primero nuestras cabezas y nuestros espíritus (…)
Que cada argentino sepa defender esa paz salvadora por todos los medios,
y si alguno pretendiera alterarla con cualquier pretexto, que se le opongan
millones de pechos y se alcen millones de brazos para sustentarla por los
medios que sean precisos (21.06.1973).
No quiero terminar sin lanzar mi recuerdo cariñoso y fraternal a nuestros
hermanos del interior, que se mueven y palpitan al unísono con nuestros
corazones desde todas las extensiones de la Patria (17.10.1945).
Queda a discreción del “buen entendedor” recuperar al actor social
elidido cuando se abstraen características que constituyen acusaciones:
(…) ni en la anarquía que la debilidad [X = ¿los viejos peronistas? son débiles]
provoca o la lucha que la intolerancia [Y= ¿nuestros muchachos?
son intolerantes] desata (21.06.1973).

272

21 “Objectivation occurs when social actors are represented by means of reference to
a place or thing closely associated either with their person or with the activity ther are represented

as being engaged in. In other words, objectivation is realised by metonymical
reference. (…) Somatisation, finally, is a form of objectivation in which social actors are
represented by means of reference to a part of their body (…)” (van Leeuwen: 1996, 59-
60).
o cuando la acción se atribuye a una autoridad impersonal, atemporal:
El Movimiento Justicialista (…) jugará su destino dentro de la escala de valores
establecida [X ¿establece/estableció? la escala de valores] (…)
(21.06.1973)
En general, Perón prefiere recurrir al actor social indeterminado:
La situación del país es de tal gravedad que nadie puede pensar en una reconstrucción
en la que no deba participar y colaborar. (…)
Nadie ha de ser unilateralmente perjudicado, pero tampoco ninguno ha
de pretender medrar con el perjuicio o la desgracia ajena. No son estos días
para enriquecerse desaprensivamente, sino para reconstruir la riqueza
común, realizando una comunidad donde cada uno tenga la posibilidad de
realizarse (21.06.1973).

3.3. La representación del adversario

El 17 de octubre de 1945 Perón se limita a descalificaciones morales.
En el primer ejemplo el actor social adversario aparece representado
solamente a través de la abstracción de sus características:
(…) no habrá perfidia ni maldad humana que pueda estremecer a este
pueblo (…).
En el segundo caso, está categorizado por su (des)valor:
Que sepan los indignos farsantes que este pueblo no engaña a quien lo
ayuda.
El 21 de junio de 1973 la necesidad de conciliación hace que el
adversario político externo al justicialismo (los otros partidos), deje
de serlo:
A los que fueron nuestros adversarios, que acepten la soberanía del pueblo
(…).
El adversario interno se desmaterializa en actores sociales indeterminados,
que habitan el ámbito de las sombras y de la falsedad:
Quien altere este principio de la convivencia, sea de un lado o de otro,
será el enemigo común que debemos combatir sin tregua. (…)
Los que pretextan lo inconfesable, aunque cubran sus falsos designios

273

con gritos engañosos o se empeñen en peleas descabelladas no pueden
engañar a nadie.
Este actor social es el que puede quedar excluido del proceso representado:
Estamos viviendo las consecuencias de una posguerra civil que aunque
desarrollada [X ha/han desarrollado una guerra civil] embozadamente no
por eso ha dejado de existir, a lo que se suman las perversas intenciones
de los factores ocultos que desde las sombras trabajan sin cesar tras designios
no por inconfesables menos reales.
Perón no intenta persuadir a sus adversarios mediante una argumentación.
Aún los nexos formalmente causales están usados con
valor consecutivo para proferir amenazas:
A los enemigos embozados y encubiertos o disimulados les aconsejo que
cesen en sus intentos porque cuando los pueblos [¿o los “viejos peronistas”,
entre los cuales – obviamente – está él mismo?] agotan su paciencia
suelen hacer tronar el escarmiento.
Quienes eran “nuestros muchachos” el 21 de junio, pasan a ser,
menos de un año más tarde, “estos estúpidos que gritan”, “algunos
imberbes”, “algunos que todavía no están conformes” y en una escalada
de cólera22, “estos infiltrados”, “mercenarios”.
Hasta aquí hemos visto cómo Perón va categorizando u objetivando
a los actores sociales en su representación de la escena desde
un rol omnipresente, que intenta controlar todo, manipulando su
propia identidad y la de los demás para activar la mayor cantidad de
circuitos de los sistemas de creencias.
4. La sobredeterminación temporal
Es otra estrategia importante para legitimarse como enunciador
hegemónico.
Con la intención de expulsar del campo político todo conflicto,

274

22 La Juventud Peronista y Montoneros comenzaron interrumpiendo el discurso con
cantitos como “¿Qué pasa, qué pasa, qué pasa General, que está lleno de gorilas el gobierno

popular? (…) Conformes, conformes, conformes General; conformes los gorilas,
el pueblo va a luchar. (…)” Estos grupos – al abandonar la plaza cantando: “aserrín, aserrán
es el pueblo el que se va” – pusieron en escena su resistencia al intento de neutralización
de Perón.
confina en el pasado los enfrentamientos (tanto con los otros partidos
políticos, como – sobre todo – dentro de su propio movimiento),
reduciéndolos incluso a “malos recuerdos”:
(…) les pido que no me pregunten ni me recuerden lo que hoy ya he olvidado
(…) no quiero empañar este acto con ningún mal recuerdo23
(17.10.1945).
A los que fueron nuestros adversarios que acepten la soberanía del pueblo
(…)
Finalmente deseo exhortar a todos mis compañeros peronistas, para que
obrando con la mayor grandeza, echen a la espalda los malos recuerdos
(…)
Estamos viviendo las consecuencias de una posguerra civil (…)24
(21.10.1945).
El 1 de mayo de 1974, ante la imposibilidad de negar el conflicto,
recurre a los buenos recuerdos para diseñar el futuro:
Por eso compañeros, esta reunión, en esta plaza, como en los buenos
tiempos debe afirmar decisión absoluta para que en el futuro cada uno
ocupe el lugar que corresponde en la lucha que, si los malvados no cejan,
hemos de hacer.
Otra operación de sobredeterminación temporal consiste en anclarse
en la historia fundacional argentina:
Es el mismo pueblo que en esta histórica plaza pidió frente al Congreso
que se respetara su voluntad y su derecho (17.10.1945).
“Cada uno será lo que deba ser o si no, no será nada”
(21.06.1973) adapta la máxima del general San Martín que todos los
argentinos aprenden desde niños en la escuela25.
El 1 de mayo de 1974 se limita a la historia del peronismo:

275

23 La multitud en la plaza de Mayo le pedía explicaciones sobre su renuncia y prisión
y Perón no tenía ninguna intención de explicar de qué manera, gracias a qué negociaciones
y compromisos, había obtenido su liberación.
24 Son notables estas palabras tras años de sanguinarios atentados y numerosos
muertos dentro de las filas del peronismo y al día siguiente de la masacre de Ezeiza. En
cambio, un año después, menciona explícitamente “los dirigentes asesinados” de las organizaciones
sindicales.
25 “Serás lo que debas ser o si no, no serás nada”.

Decía que a través de estos veintiún años, las organizaciones sindicales
se han mantenido inconmovibles (…)
Compañeros, nos hemos reunido nueve años [1946-1955] en esta misma
plaza (…).

5. La sobredeterminación simbólica

Al anclaje en el mundo físico (somatizaciones), en las relaciones
primarias (identificación relacional) y en la historia argentina, Perón
añade analogías con lo sobrenatural, que – como dice Mary Douglas
(1990: 90) – tienen el poder de naturalizar, de hacer entrar un nuevo
objeto dentro del orden del universo conocido, tras lo cual podrá
funcionar como base de nuevas argumentaciones.
También en este caso observamos alguna que otra referencia en
el primero de nuestros discursos:
Dejo el sagrado y honroso uniforme (…)
Es el mismo pueblo que ha de ser inmortal (…)
(…) puede hacer grande e inmortal a la Patria (…)
(…) estuve realizando un sacrificio (…) (17.10.1945).
una mayor explicitación en el segundo:
(…) cruzada de Reconstrucción y Liberación del país (…)
(…) sólo el trabajo podrá redimirnos (…)
Cada argentino ha de recibir una misión en el esfuerzo de conjunto. Esa
misión será sagrada.
Que cada argentino sepa defender esa paz salvadora (…)
(…) la salvación de la patria (…)
(…) manteniendo el credo por el cual luchamos (…)
Dios nos ayude si somos capaces de ayudar a Dios (21.06.1973).
Por el contrario, el discurso del 1 de mayo ya no contiene ninguna
referencia a lo sobrenatural.

6. Conclusiones

Articulando y desarticulando posicionamientos, Perón mueve las
fronteras entre lo que Verón (1987) identificaba como enunciador,
pro, para y contradestinatario. Dicho en términos de van Leeuwen
(1996), asociaciones, disociaciones y sobredeterminaciones crean
una imagen movediza – cuando no desenfocada – de los actores sociales
representados. El paradestinatario es difícil de identificar, por-

276

que aparece prácticamente englobado en el prodestinatario, en la
medida en que Perón – manipulando el tiempo – intenta presentarlo
como ya dentro del propio campo. El contradestinatario, o es un ex
adversario, que se confunde con el paradestinatario, o no es un adversario
digno de ocupar la arena política y se lo descalifica moralmente.
El enunciador se representa como un hábil titiritero que entra
y sale del campo, se mezcla con los destinatarios, intentando controlar
todo desde adentro y desde afuera.
El conflicto se disuelve en la representación de una unión ya
existente o anhelada. En el intento de suspender toda diferencia, siguiendo
la lógica de la equivalencia (Laclau 2005), Perón opone las
“divisiones inútiles, inoperantes e intrascendentes”26 a la unidad de
“todos los argentinos, sin distinción de banderías”27. El 21 de junio
Perón no da lugar en su discurso a la explosión de violencia del día
anterior, limitándose a mencionar “las circunstancias conocidas”. El
redoblado empleo de la sobredeterminación a lo largo de todo ese
discurso revela la urgencia que siente por volver a controlar todos
los puntos nodales de las redes. Pero estas conciliaciones forzadas
van a estallar – incluso discursivamente – el 1 de mayo siguiente.
Coincido con Sigal y Verón (1985) en que es posible reconocer
invariantes en la producción discursiva de Perón. Sin embargo, no
me parece que consistan tanto en la colocación del enunciador siempre
fuera del campo de lo político, ni en un permanente descentramiento
del adversario, ni tampoco en “homologías” o identificaciones
fijas. Más bien identifico como invariantes la manipulación de los
posicionamientos y las diversas modalidades de sobredeterminación,
con que realiza la objetivación y el anclaje de lo nuevo en las redes
de significación ya consolidadas (familia, patria, historia, religión).
Hemos visto cómo estas estrategias se despliegan al máximo en el
momento del peligro, pero cuando todos los juegos parecen todavía
posibles (21.06.1973) y cómo un año después, la imposibilidad de
ejercer un control sobre la situación queda representada en un discurso
de limitadas sobredeterminaciones.
De ninguna manera pretendo que sólo el análisis crítico del discurso
pueda explicar por qué un actor social llega a ocupar una posición
hegemónica y de qué manera la defiende ante las acechanzas
de otros poderes. Pero sí creo que los resultados que se pueden obtener
con sus herramientas brindan valiosas contribuciones a la labor
común de lingüistas, semiólogos, historiadores, sociólogos y psicólo-

277

26 Discurso del 1.5.1974.
27 Discurso del 21.6.1973.

gos sociales en busca del sentido de las prácticas sociales en el curso
de la historia.

Apéndice

Discurso de Juan Domingo Perón del 21.06.1973

“Deseo comenzar estas palabras con un saludo muy afectuoso al pueblo
argentino, que ayer desgraciadamente no pude hacerlo en forma personal
por las circunstancias conocidas. Llego desde el otro extremo del mundo
con el corazón abierto a una sensibilidad patriótica que sólo la larga ausencia
y la distancia pueden avivar hasta su punto más álgido.
Por eso al hablarle a los argentinos lo hago con el alma a flor de labios
y deseo también que me escuchen con el mismo estado de ánimo.
Llego casi desencarnado. Nada puede perturbar mi espíritu porque retorno
sin rencores ni pasiones como no sea la que animó toda mi vida: servir
lealmente a la patria, y sólo pido a los argentinos que tengan fe en el gobierno
justicialista porque ése ha de ser el punto de partida para la larga
marcha que iniciamos.
Tal vez la iniciación de nuestra acción pueda parecer indecisa o imprecisa.
Pero hay que tener en cuenta las circunstancias en las que la iniciamos.
La situación del país es de tal gravedad que nadie puede pensar en
una reconstrucción en la que no deba participar y colaborar. Este problema,
como ya lo he dicho muchas veces, o lo arreglamos entre todos los argentinos
o no lo arregla nadie. Por eso deseo hacer un llamado a todos al fin y
al cabo hermanos, para que comencemos a ponernos de acuerdo.
Una deuda externa que pasa los seis mil millones de dólares y un déficit
cercano a los tres billones de pesos acumulados en estos años, no han
de cubrirse en meses sino en años. Nadie ha de ser unilateralmente perjudicado,
pero tampoco ninguno ha de pretender medrar con el perjuicio o la
desgracia ajena. No son estos días para enriquecerse desaprensivamente, sino
para reconstruir la riqueza común, realizando una comunidad donde cada
uno tenga la posibilidad de realizarse.
E1 Movimiento Justicialista, unido a todas las fuerzas políticas, sociales,
económicas y militares que quieran acompañarlo en su cruzada de Reconstrucción
y Liberación del país, jugará su destino dentro de la escala de valores
establecida: primero, la Patria; después, el Movimiento, y luego, los
hombres, en un gran movimiento nacional y popular que pueda respaldarlo.
Tenemos una revolución que realizar, pero para que ella sea válida ha
de ser una reconstrucción pacífica y sin que cueste la vida de un solo argentino.
No estamos en condiciones de seguir destruyendo frente a un destino
preñado de acechanzas y peligros. Es preciso volver a lo que fue en su
hora el apotegma de nuestra creación: de casa al trabajo y del trabajo a casa,
porque sólo el trabajo podrá redimirnos de los desatinos pasados. Orde-

278

nemos primero nuestras cabezas y nuestros espíritus.
Reorganicemos el país y dentro de él, al Estado, que preconcebidamente
se ha pretendido destruir, y que debemos aspirar que sea lo mejor que
tengamos para corresponder a un pueblo que ha demostrado ser maravilloso.
Para ello elijamos los mejores hombres, provengan de donde provinieren.
Acopiemos la mayor cantidad de materia gris, todos juzgados por sus
genuinos valores en plenitud y no por subalternos intereses políticos, influencias
personales o bastardas concupiscencias. Cada argentino ha de recibir
una misión en el esfuerzo de conjunto. Esa misión será sagrada para
cada uno y su importancia estará más que nada en su cumplimiento.
En situaciones como las que vivimos todos pueden tener influencia decisiva
y así como los cargos honran al ciudadano, éste también debe ennoblecer
a los cargos.
Si en las Fuerzas Armadas de la República cada ciudadano, de general a
soldado, está dispuesto a morir en la defensa de la soberanía nacional como
del orden constitucional establecido, tarde o temprano han de integrarse
al pueblo, que ha de esperarlas con los brazos abiertos como se espera
a un hermano que retorna al hogar solidario de los argentinos.
Necesitamos la paz constructiva, sin la cual podemos sucumbir como
Nación. Que cada argentino sepa defender esa paz salvadora por todos los
medios, y si alguno pretendiera alterarla con cualquier pretexto, que se le
opongan millones de pechos y se alcen millones de brazos para sustentarla
por los medios que sean precisos. Sólo así podremos cumplir nuestro destino.
Hay que volver al orden legal y constitucional como única garantía de
libertad y justicia. En la función pública no ha de haber cotos cerrados de
ninguna clase y el que acepte la responsabilidad, ha de exigir la autoridad
que necesita para defenderla dignamente. Cuando el deber está de por medio
los hombres no cuentan sino en la medida que sirven mejor a ese deber.
La responsabilidad no puede ser patrimonio de los amanuenses.
Cada argentino, piense como piense, y sienta como sienta, tiene el inalienable
derecho de vivir en seguridad y pacíficamente.
El gobierno tiene la insoslayable obligación de asegurarlo.
Quien altere este principio de la convivencia, sea de un lado o de otro,
será el enemigo común que debemos combatir sin tregua, porque no ha de
poderse hacer ni en la anarquía que la debilidad provoca o la lucha que la
intolerancia desata.
Conozco perfectamente lo que está ocurriendo en el país. Los que creen
lo contrario se equivocan. Estamos viviendo las consecuencias de una
posguerra civil que aunque desarrollada embozadamente no por eso ha dejado
de existir, a lo que se suman las perversas intenciones de los factores
ocultos que desde las sombras trabajan sin cesar tras designios no por inconfesables
menos reales. Nadie puede pretender que todo esto cese de la
noche a la mañana. Pero todos tenemos el deber ineludible de enfrentar activamente
a esos enemigos si no queremos perecer en el infortunio de
nuestra desaprensión e incapacidad culposa.

279

Pero el Movimiento Peronista, que tiene una trayectoria y una tradición
no permanecerá inactivo frente a tales intentos, y nadie podrá cambiarlos a
espaldas del pueblo, que las ha afirmado en fechas muy recientes y ante la
ciudadanía que comprende también cuál es el camino que mejor conviene
a la Nación Argentina. Cada uno será lo que deba ser o no será nada. Así
como antes llamamos a nuestros compatriotas en la Hora del Pueblo, el
Frente Cívico de Liberación y el Frente Justicialista de Liberación para que
mancomunados nuestros ideales y nuestros esfuerzos pudiéramos pujar por
una Argentina mejor, el justicialismo, que no ha sido nunca ni sectario ni
excluyente, llama hoy a todos los argentinos, sin distinción de banderías,
para que todos solidariamente nos pongamos en la perentoria tarea de la
reconstrucción nacional, sin la cual estaremos todos perdidos.
Es preciso llegar así, y cuanto antes a una sola clase de argentinos, los
que luchan por la salvación de la Patria, gravemente comprometida en su
destino por los enemigos de afuera y de adentro.
Los peronistas tenemos que retornar a la conducción de nuestro Movimiento,
ponernos en marcha y neutralizar a los que pretenden deformarlo
desde abajo y desde arriba. Nosotros somos justicialistas, levantamos una
bandera tan distante de uno como de otro de los imperialismos dominantes.
No creo que haya un argentino que no sepa lo que ellos significan. No
hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doctrina y a nuestra ideología.
Somos lo que las veinte verdades peronistas dicen. No es gritando la vida
por Perón que se hace patria, sino manteniendo el credo por el cual luchamos.
Los viejos peronistas lo sabemos. Tampoco lo ignoran nuestros
muchachos que levantan banderas revolucionarias.
Los que pretextan lo inconfesable aunque cubran sus falsos designios
con gritos engañosos o se empeñen en peleas descabelladas no pueden engañar
a nadie. Los que no comparten nuestras premisas si se subordinan al
veredicto de las urnas tienen un camino honesto que seguir en la lucha que
ha de ser para el bien y la grandeza de la patria y no para su desgracia. Los
que ingenuamente piensan que pueden copar nuestro Movimiento o tomar
el poder que el pueblo ha reconquistado se equivocan. Ninguna simulación
o encubrimiento por ingeniosos que sean podrán engañar a un pueblo que
ha sufrido lo que el nuestro y que está animado por una firme voluntad de
vencer.
Por eso deseo advertir a los que tratan de infiltrarse en los estamentos
populares o estatales que por ese camino van mal. Así aconsejo a todos
ellos tomar el único camino genuinamente nacional; cumplir con nuestro
deber de argentinos sin dobleces ni designios inconfesables. Nadie puede
ya escapar a la tremenda experiencia que los años, el dolor y el sacrificio
han grabado a fuego en nuestras almas y para siempre.
Tenemos un país que a pesar de todo no han podido destruir, rico en
hombres y rico en bienes. Vamos a ordenar el Estado y todo lo que de él
dependa que pueda haber sufrido depredaciones u olvido. Esa será la principal
tarea del gobierno. El resto lo hará el pueblo argentino, que en los
años que corren ha demostrado una madurez y una capacidad superior a

280

toda ponderación.
En el final de este camino está la Argentina potencia, en plena prosperidad
con habitantes que puedan gozar del más alto standard de vida, que
la tenemos en germen y que sólo debemos realizarla. Yo quiero ofrecer mis
últimos años de vida a un logro que es toda mi ambición. Sólo necesito que
los argentinos lo crean y nos ayuden a cumplirlo.
La inoperancia en los momentos que tenemos que vivir es un crimen de
lesa patria. Los que estamos en el país tenemos el deber de producir por lo
menos lo que consumimos. Esta no es hora de vagos ni de inoperantes.
Los científicos, los técnicos, los artesanos y los obreros que estén fuera
del país deben retornar a él a fin de ayudarnos en la reconstrucción que estamos
planificando y que hemos de poner en ejecución en el menor plazo.
Finalmente deseo exhortar a todos mis compañeros peronistas para que
obrando con la mayor grandeza echen a la espalda los malos recuerdos y
se dediquen a pensar en la futura grandeza de la patria que bien puede estar
en nuestras propias manos y en nuestros propios esfuerzos.
A los que fueron nuestros adversarios que acepten la soberanía del pueblo,
que es la verdadera soberanía. Cuando se quieran alejar los fantasmas
del vasallaje foráneo siempre más indignos y más costosos.
A los enemigos embozados y encubiertos o disimulados, les aconsejo
que cesen en sus intentos porque cuando los pueblos agotan su paciencia
suelen hacer tronar el escarmiento. Dios nos ayude si somos capaces de
ayudar a Dios. La oportunidad suele pasar muy quedo, guay de los que carecen
de sensibilidad e imaginación para no percibirla. Un grande y cariñoso
abrazo para todos mis compañeros y un saludo afectuoso y lleno de respeto
para el resto de los argentinos”.
http://www.lucheyvuelve.com.ar/Discursos/mensaje210673.htm

281

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283

Teorías críticas de los Medios de Comunicación

La teoría de la sociedad de masas, destaca la interdependencia entre las instituciones que detentan el poder y sostiene que, los medios de comunicación se integran a las fuentes de poder y autoridad sociales. En esta línea, es probable considerar que el contenido de los mensajes se encuentre al servicio de quienes poseen el poder político y económico. De esta forma, la versión del mundo que los medios exhiban, será a fin de colaborar en la subordinación de las audiencias al poder. Es posible ver en los mensajes mediáticos, una interpretación irreal del mundo, de manera tal que, actuando como instrumento de manipulación, ayuda a las masas a sobrevivir en condiciones difíciles.

Más allá de la teoría pesimista de la sociedad de masas, se encuentran las teorías de origen estrictamente marxista, que se diferencian de las anteriores por poseer un perfil ideológico más definido.

En La ideología Alemana Marx afirma que "las ideas de la clase dominante son en todas las épocas, las ideas dominantes. Este postulado, si bien hay que aplicarlo actualmente a instituciones que, en tiempos de Marx, tenían una existencia limitada, sería el punto de partida para un cuerpo teórico predictivo a respecto a los medios cuyo supuesto fundamental es la unidad de la "elite" de la sociedad, así como una subordinación de los demás sectores sociales a los intereses de la clase dominante.

Los medios de comunicación social, son una institución característica de la sociedad de clases, de acuerdo a estos enfoques, la visión del mundo que estos transmitirán, será acorde a los intereses y a la ideología de la clase dominante. De esta forma, la tendencia ideológica será la de evitar que otras fuerzas puedan crecer y ganar legitimidad al tiempo que las audiencias recibirán aquello que deseen dentro de los límites marcados por lo que no pueda considerarse peligroso para que continúe el predominio de la clase dominante. Este particular punto de vista, transforma al estudio de la comunicación de masas en un trabajo cuyo objeto central es descubrir los complicados mecanismos subyacentes a través de los cuales la sociedad capitalista controla la producción, la distribución, el consumo y la ideología sin la necesidad de recurrir al poder coactivo del estado.

Entre los enfoques marxistas tradicionales, se destacan:

1. La teoría político-económica de los medios de comunicación
2. La teoría de la hegemonía de los medios de comunicación
3. La escuela de Frankfurt
4. El enfoque sociocultural (Escuela de Birmingham)

Teoría político-económica de los medios de comunicación

"... las voces que sobreviven pertenecerán en buena medida a quienes es menos probable que critiquen la distribución prevaleciente de la riqueza y del poder. Y al revés, quienes es más probable que pongan en duda estas reparticiones no pueden hacer público su desacuerdo u oposición porque no disponen de los recursos necesarios para comunicarse eficazmente con una gran audiencia" Murdock y Golding (1977)

Desde esta perspectiva, se enfatiza la estructura económica por sobre el contenido ideológico de los mensajes. La institución de los medios de comunicación, es considerada un parte del sistema económico aunque estrechamente vinculada al sistema político.
Los medios, bajo la presión de expandir sus mercados e impulsados por los intereses económicos de fondo de los propietarios, generan la necesidad de obtener beneficios a través de los medios de comunicación propiciando tendencias monopólicas de integración vertical y horizontal. En consecuencia, se reducen las fuentes independientes y se marginan sectores minoritarios y de bajo nivel adquisitivo.

Teoría de la hegemonía

"Aquel concepto de predominio que significaba la imposición directa de un sistema, por la fuerza abierta o por la compulsión ideológica, a la clase subordinada, no estaba lo bastante elaborado para afrontar las dificultades del caso. También había que considerar que el predominio se realizaba en el plano inconsciente tanto como en el consciente: verlo como una propiedad del sistema de relaciones incluso en la misma actividad normativa y selectiva que opera a través del lenguaje y del discurso, más bien que como distorsiones manifiestas e intencionadas de los individuos." Hall (1982)

Gramsci utilizará el término "hegemonía" para referirse a la cultura dominante, de esta forma, a muy grandes rasgos, puede describirse una segunda línea teórica dentro del marxismo, la cual no se centra ya en los determinantes económicos como en la ideología misma, sus formas de expresión, sus sistemas de significación y los mecanismos a través de los cuales la clase oprimida, sobrevive en aparente conformidad, puesto que su conciencia se halla invadida y apta para la manipulación.

La escuela de Frankfurt

Adorno, Horkheimer, Marcuse.

Los teóricos de la escuela de Frankfurt trabajaron durante la Alemania de Weimar y fueron dispersados luego del ascenso del Nacional Socialismo al poder. Muchos de ellos continuaron su trabajo en los EEUU. La problemática central de sus trabajos es el aparente fracaso de las predicciones revolucionarias de Marx y para explicar el fracaso, consideraron la capacidad de la superestructura especialmente a través de los medios de comunicación masivos para manipular el proceso histórico de cambio económico. En otras palabras, la ideología de la clase dominante, habría llegado a condicionar la base económica a través de un proceso de asimilación de la masa obrera.

La cultura de masas es el principal medio gracias al cual el capital habría alcanzado su mayor éxito. Entonces, todo el sistema de producción en masa de bienes, servicios e ideas habría hecho aceptar, en términos generales, el modelo propuesto por el sistema capitalista, de la mano del tecnologismo, el consumismo y la satisfacción a corto plazo. El principal instrumento ideológico de este proceso son las mercancías en la que hasta el arte (incluso la cultura crítica) puede comercializarse. La misma oposición puede ingresar en el sistema buscando beneficios, aún pagando el precio de perder su fuerza crítica.

La escuela de Frankfurt afirma que la gente (y la clase) se subordina a la determinación de las imágenes y a los planteos habituales del sistema dominante. En sintonía con la teoría de la sociedad de masas, Marcuse dirá que la sociedad es unidimensional y que su creación se debe a la industria cultural. Los medios de comunicación son pues, un poderoso mecanismo que pretende contener el cambio que se vincula al modelo hegemónico.

El enfoque sociocultural (Escuela de Birmingham)

Este enfoque está relacionado con los aportes de la Escuela de Frankfurt, así también como con otras escuelas de tradición humanista y de crítica literaria.

Postula una visión realista de los productos de la cultura de masa en tanto que pretende comprender el significado y el lugar que ocupa la cultura popular dentro de las vivencias de los diferentes grupos sociales, la juventud, las minorías étnicas, la clase obrera, las clases marginales, etc. De esta forma, se aspira a explicar el rol de la cultura de masas al integrar y someter a sectores sociales potencialmente inconformistas.

Es representante de la Escuela de Birmingham, Stuart Hall, quien se opone al papel residual y meramente 'reflejo' asignado a lo cultural. Concebirá entonces a la cultura como formas normales del comportamiento humano mientas que evita formular relaciones entre fueras espirituales y martiriales según el modelo base-superestructura, especialmente cuando la base es determinada por lo económico en sentido simplista. Definirá a la 'cultura' como recursos y valores que surgen en los grupos sociales a partir de relaciones concretas así como las condiciones históricas mediante las cuales se 'manejan' y reaccionan las condiciones de la existencia.

Si bien sería un error considerar marxistas a los autores que se ubican dentro de esta línea, es prudente observar que todos ellos coinciden en que las estructuras globales de la sociedad y las concretas circunstancias históricas tienen una importancia esencial para comprender el funcionamiento de los medios de comunicación.

miércoles, 9 de marzo de 2011

salazar echeagaray, melissa; "miedo y terror en los medios de comunicación"

Fuente: Arquitectura política del miedo / Flabián Nievas... [et.al.]; compilado por Flabián Nievas; dirigido por Robinson Salazar Pérez y Melissa Salazar Echeagaray. - 1a ed. – Buenos Aires: Elaleph.com, 2010.

MIEDO Y TERROR EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Melissa Salazar Echeagaray*

Introducción

El discurso de la inseguridad en los medios de comunicación audiovisuales
latinoamericanos está inserto en el aparato de construcción ideológica
de la nueva derecha con eje en la violencia y el terror. La metodología
consiste en la repetición de imágenes y titulares basados en diversas representaciones
sociales e intención de persuadir a los usuarios en una cruzada
mediática en contra de los segmentos sociales desprotegidos compuestos
por un mayor número de sujetos desciudadanizados, porque no cuentan
con derechos, son excluidos, viven amenazados por la profilaxis social que
los gobernantes represores imponen, los estigmatizan como personas superfluas
y son merecedores de extinción.
Los medios comerciales y privados adecuados a expresar los intereses
políticos y económicos de sus propietarios adquieren con el uso de su poder
narrativo, estético y discursivo la capacidad de instalar la inseguridad en
la agenda diaria y derivar con ello un complejo proceso de estigmatización
de la pobreza, vinculada estrechamente a la agresión, la delincuencia, la
pobreza y a la necesidad de generar el rechazo por parte de la sociedad
general. La victimización de las clases altas y medias, la gente de bien, útil
en la cadena productiva del capital y nuevos desprotegidos agrega otro
elemento característico del discurso.
El debate entre la posición de la conciencia colectiva y el imaginario televisivo
del miedo esclarece la escalada internacional por la presencia militar
y policial en las ciudades. Los rasgos de la práctica informativa, asimismo,
continúan la línea vigente del sistema hegemónico interesado en

* Maestría PLANGESCO, Universidad Nacional de La Plata (melsale@gmail.com)

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preservar a los medios audiovisuales como aparatos ideológicos dominantes,
concentradores y electores del saber y dotadores de sentido social con
capacidad de mercantilizar la información filtrada en busca de enajenar a la
audiencia con razón instrumental, aprovechar la sensibilidad hacia la violencia
para ir forjando la creación de una sociedad individualizada, fragmentada
con bases en la desconfianza y el miedo.

Tendencia Informacional hegemónica

Emprender el análisis de los medios de comunicación a partir del nexo
repartido por los ejes información-poder-territorio seduce a entender la
posición engorrosa y heterogénea establecida por el vínculo transversal con
la vida cotidiana actual altamente necesitada de la producción, estimulo y
consumo de información. Permanecer ajeno al roce mediático resignifica y
atribuye un estadio de ignorancia similar al castigo de no pertenencia, falta
de integración y poco valor comunitario. Confuso ante los objetivos centrales
de nutrir el pensamiento individual hedonista instalados en cada
estrategia mercadotécnica publicitaria y propagandística.
La acción de informar posee un principal problema encaminado al manejo
de los media a fin de atribuir la concepción única de entretenimiento,
en ocasiones gustoso y reconfortante más en general dramático y obsesivo
de impacto espectacular, distractor y eje conductor del sentido. Menester
sencillo de obtener con auxilio persuasivo de la imagen y sonido y fin
simpático a la fase presente para según sea el caso debatir o fortalecer la
firmeza en instituciones conductoras de la sociedad.
El poder de la comunicación televisiva “narcotizante” si recordamos la
visión funcional del trabajo elaborado por Lazarfeld y Merton (1969) en la
teoría comunicativa norteamericana de posguerra mundial y durante el
conflicto bipolar de la Guerra Fría, mantiene hoy cierta vigencia cuando el
propósito es enajenar sujetos en el escape de la cruel, desigual e insatisfactoria
realidad construida, erigir nuevo héroes y villanos, vigorizar lazos de
bien y mal con base a la religiosidad e involucrar en la permanencia clientelar
fiel de la programación.
Fortalecer el vínculo con la audiencia es también preocupación de los
media por sobrevivir económicamente, en lógica cuantitativa del tiraje
diario en productores gráficos y puntaje de rating en radio y televisión,
datos útiles conforme a la venta del espacio físico publicitario y/o segundo/
minuto al aire. La difusión informativa requiere de aplicar el modelo,
manifestado por la trayectoria histórica de la prensa comercial. Ofrecer

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entretenimiento viabiliza en este sentido, la fusión de subsistencia y alcance
social alienador.
Sea público o privado el origen hablamos de periodismo comercial bajo
la dirección de ejercer toda práctica informativa con fin de lucro por empresas
y organizaciones privadas. Las herramientas comunicacionales del
aparato transmisor multimedial del segmento financiero sitúan a la sociedad
en medio de un campo de batalla simbólico y hacen creer la mística
visión imparcial del contenido y argumentos, imponen la extravagancia
actoral, el aumento extremo en representar los hechos y configurar una
realidad perpleja de saberes segmentarios y hábilmente manipulados correspondientes
al género teatral de la farsa.
Cualquier detalle motivo de conflicto es imprescindible en particular a
favorecer la oferta escénica elaborada en hechos y opiniones, fundamento
lúdico relacionado a los espectadores y afianzado en la costumbre y defensa
de la rutina de baile entre los elementos del poder, la llamada libertad de
expresión y ejercicio en apariencia objetivo de brindar información predominante
actual.
De ubicar en un modelo estructural la práctica periodística, los productos
de las guías de estilo en la mayoría de casos mantienen alta similitud y
características con los métodos empresariales de control norteamericano,
es decir, convalidan un esquema común del tratamiento noticioso revestido
de los intereses de poder entre los actores en rivalidad. Aunque la audiencia
adopta su lugar tampoco indica la total subestimación y condicionamiento
pavloviano de estímulo-respuesta inmediata de los espectadores. La
capacidad reflexiva persiste en minorías individuales y/o grupales defensoras
de pluralidad en la opinión pública, de no existir esta resistencia no
sería tanta la codicia mediática por imponer la uniformidad de contenidos.
Explícita entonces queda la postura central a favor de la regencia norteamericana
sobre la herramienta periodismo informacional-comunicador y
el requisito de fabricar nuevos aportes de idónea adaptabilidad a sus intereses
hegemónico imperiales. En la última década ocupados con el implante
de la variada intromisión militar y normas de control social en base al diseño
de la guerra de cuarta generación, preventiva y demás derivados que
cada día nos aparecen como medidas de control social y sometimiento al
miedo.
Para el caso latinoamericano escudado en combate contra el terrorismo,
crimen organizado y el populismo radical, el coloso del norte aumento la
presencia militar en las fronteras con México, remplazó las bases militares

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tradicionales fijas y altamente costosas y diseminó por el ancho y largo
continente americano enclaves de nuevo tipo serviles para la lucha de contrainsurgencia
y contención de demandas ciudadanas (Ceprid 2007). El
conjunto de guirnaldas militares han ido conformando el modelo denominado
Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte
(ASPAN) avalado por el sector profundamente conservador a cargo del
Pentágono y la Central de Inteligencia (Salazar. R. 2009), camuflado y presente
en el perfil de la cruzada simbólica noticiosa de los medios locales y
elemento riguroso en las casas editoriales de vínculo transnacional.
Aun cuando constituye la cuna mediática, la táctica hegemónica no encarna
la aprobación directa del accionar gubernamental de los EUA. Es
reconocido por ejemplo, el amplio repudio social hacia las intervenciones
bélicas en cualquier territorio como lo vivimos actualmente con los acontecimientos
golpistas en Honduras y la encrucijada del presidente Obama,
porque son empresas transnacionales con afiliación a intereses de sectores
neoconservadores y halcones del Pentágono quienes azuzan este tipo de
eventos retrógrados y antidemocráticos, asimismo empresarios vinculados
a negocios de guerra, liberación de rehenes y venta de servicios y soporte
de ejércitos privados.
Las metas de hegemonía informativa producto de la ASPAN actúan de
otra manera más oculta, sutil y subversiva en los media de nuestras naciones.
En ningún momento la coincidencia aparece al tratar la temática de
inseguridad y violencia. Las palabras, imágenes y sonidos, la entera elaboración
recupera y reordena los elementos de la farsa, el drama teatral y la
ficción, calibrados por la línea editorial en cada medio en un lenguaje atractivo
y disimulado de los intereses relativos a la opinión pública.

La demanda colectiva y el miedo

Exigir para abrigar nuestras necesidades hoy son palabras con carga de
múltiples sentidos en subasta y venta perpetua por redefinir en el lenguaje
mediático. El uso dentro del contenido en boletines informativos de señales
bajo control privado y las prácticas audiovisuales afirman un proceso de
selección social correspondiente al significado del momento, hecho, lugar,
entre otros, y la pertenencia a la línea editorial en cuanto a los actores involucrados
y la política territorial. La semántica obedece la influencia del
modelo hegemónico en la producción informativa inmediata, persuasiva y
parcial.

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Exigir evoca a demandar por lo cual se posee derecho. Es preciso preguntarse
en el contexto de la ciudadanía referido al campo de la información
y los medios, a qué se tiene derecho, y cuáles son los elementos con
capacidad de intervenir para reforzar la identidad de quienes ameritan el
acceso a razón de la inexistente igualdad. También cuál razón nos asiste
para detener el alud de imágenes, discurso y propaganda orientada a la
violencia física expuesta y transformada en la configuración del discurso
cotidiano del miedo, terror, de la desconfianza, individuación y estigmas
contra el hombre o mujer que rompe los esquemas del prototipo ciudadano
domesticado.
Los derechos básicos a la alimentación, servicios de energía y agua, acceso
a la educación parecieran olvidarse en casi toda la programación y
agenda mediática, excepto cuando implica el riesgo y el conflicto porque
envuelve la valorada temática de la seguridad absoluta, ese estado de anhelo
por el reinado de la certeza, utópico e inalcanzable en una sociedad de consumo
y del dominio productivo capitalista donde el miedo es una mercancía
más del diseño millonario en las campañas de propaganda y publicidad.
El miedo es una estrategia que construye escenarios de riesgos insertados
en la subjetividad de los colectivos humanos. El objetivo es alterar los
estados de ánimo en las personas y conducir a desordenarle las coordenadas
que dan estabilidad a la vida cotidiana, pues la ansiedad, el temor y la
sensación de estar en peligro los lleva a estados depresivos y de angustia
colectiva. El miedo posicionado en el colectivo como ambiente y escenario
futuro, inmoviliza la acción colectiva, priva al individuo de su necesidad de
asociarse, de buscar en el otro la convalidación de la información percibida,
porque el riesgo percibido construye el terror de tal manera que aísla a
los hombres e invisibilizan el factor provocante del miedo. Es un miedo
paralizante, conspiratorio, manipulante y fragmentador dentro de la sociedad;
estas características emergentes de la sociedad sometida al miedo mediático
provoca dentro de los núcleos humanos una acción restrictiva de
lazo social, enmudecimiento colectivo o autismo social, dado que el ver al
otro como potencial agresor no lo habilita como depositario de confianza
mediante la relación intersubjetiva, se abstiene de opinar y permite a los
medios armar y divulgar la opinión callada por el resto.
Al analizar el material audiovisual de las señales privadas y comerciales
en Argentina y otros países del territorio latinoamericano como México,
Colombia y Perú, denota el aumento del material violento y la composición
del discurso mediático del miedo en sincronía con las políticas antiterroris–

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tas iniciadas en los Estados Unidos de Norteamérica a partir del 2001.
Fecha emblemática impuesta con sus variantes en la mayor cantidad de
titulares posible en los boletines informativos y telediarios, y más repetición
para los casos de las señales con cobertura diaria completa.
Podemos elaborar un mapa del terror con la información alarmista
mundial de la última década con base a nombres de países y rostros humanos
del rol calificado de enemigo del imperio norteamericano, desde el
oriente y la representación del musulmán conspirador e incivilizado hasta
nuestra área latinoamericana, consubstancialmente los peligros de la conducción
popular presidencial y la figura de las masas de pobreza demandantes
por igualdad de condiciones y validez a sus derechos ciudadanos
fuera de cualquier tipo de norma discriminatoria característica de la fragmentación
y percepción de individuos conducidos por cauces antiinstitucionales.
La intencionalidad prevaleciente tras del mapa informativo sería el miedo
que explota la incertidumbre, limita la capacidad humana de la total
certeza, activa los dispositivos de autodefensa en el ser humano, desconfigura
los rostros con temor perpetuo y nos llevan a un estado caótico capaz
de impedirnos comprender y explicar acontecimientos a nuestro alrededor.
La misma narrativa respecto a los destrozos con origen por las fuerzas
incontrolables de la naturaleza y/o eventos imprevisibles de carácter climático
o catástrofes con repercusiones en la salud, plagas y pandemias de
enfermedades son notas perfectas para sembrar masivamente el miedo y
colocar a la sociedad en situación vulnerable y en posición de dominio
absoluto.

El miedo biológico y melodrama informativo

El ejemplo mexicano con los hechos del virus de Influenza edifica parte
del uso mediático del miedo. Es conocida la inestabilidad gubernamental
circunscripta en brotes de rechazo y movimientos sociales a causa del escrutinio
en el último período (2006) de elección presidencial. La duda fija
en los resultados y la legitimidad cuestionada del ciudadano a cargo del
ejecutivo prevalece en el ambiente político y muchas veces está presente en
las calles.
Justo ahí es donde entra el rol de la ASPAN, política de cooperación
binacional investida del patrocinio económico en adiestramiento y ampliación
de la cantidad, calidad y poder destructivo de las armas para el sistema
policial y el ejército. La propuesta añade fiscalización a todos los niveles de

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gobierno aplicable en especial a los departamentos de justicia legal del país
latinoamericano justificada en el combate a elevados índices de corrupción
en funcionarios. No obstante, esconde la intencionalidad de contener los
brotes de indisciplina social, movimientos sociales antisitémicos, detener
las nuevas demandas de ciudadanías emergentes y desanudar las redes
gremialistas con el objeto de fragmentar a la sociedad.
Ante la cercanía al 1 de mayo y celebración internacional del trabajo el
anuncio del brote de una nueva cepa de Influenza hicieron en sentido traductor
del lenguaje mediático, el caso México o México convertido en
caso. La alarma en la capital de la nación recorrió las pantallas a nivel mundial
seguida de cantidades inciertas y de poca solidez en la confirmación de
infectados así como de medidas de extrema prevención con la rapidez
agradecida por los multimedios a la globalización y el llamado del ejecutivo
nacional a suspender toda actividad colectiva y permanecer en el encierro
de los hogares, situación propia al pánico de esperarse en un área habitada
por alrededor de 23 millones de individuos.
La decisión gubernamental de frenar actividades realizadas en grupo en
respuesta a la epidemia viral enlaza la visión del nuevo tipo de contención
social con pleno apoyo de todas las señales en la industria media. Previsibilidad
transfiere su significado al de confinamiento y el nuevo término de
“sociedad de control” (Ramonet, 2009). Cualquier ciudadano entra en
riesgo de contagio y por ende, de convertirse en un peligro al resto como
un agente contaminante que guarda las características de delincuente y
terrorista de la salud urbana. Prudente es permanecer en casa, desconfiar
de todos los elementos del afuera, confinarse en el espacio privado y atender
las recomendaciones televisivas y someterse a la tortura y vejaciones de
un lenguaje terrorífico que simula un Estado de Sitio en época de dictadura
militar o guerra.
Escuelas en los diversos niveles educativos, oficinas gubernamentales y
restaurantes ejes del movimiento diario en todo el país, en obediencia a las
precauciones clausuraron sus jornadas de trabajo. Las imágenes de la
metrópoli asolada por la amenaza biológica en el ambiente y en Estado de
Sitio con la aprobación estatal a la fuerza de reprender los aglomerados
comprueban la escalada de control y terror impreso en el alcance espacial
de los medios alargadores de la estrategia.
El mandato discursivo noticioso traslado el peso de la crisis financiera
internacional, el aumento del desempleo y los índices de pobreza y marginalidad,
del cierre temporal en las fábricas de producción automovilística,

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los crímenes en impunidad, iniciativas legales aprobadas por la legislatura
nacional y de la falta de legitimidad en el gobierno actual, hacia el miedo
colectivo de una pandemia de no más de 400 contagios en una población
de 100 millones de habitantes, y lo peor del caso, nunca fueron notificados
con certeza quienes fueron ni en cuál lugar fueron atendidos o murieron.
El panorama global noticioso y audiovisual prosigue el mismo esquema
adjudicado a las situaciones propias en cada región, aun con las fuertes
discordancias en las cifras oficiales de muertes y afectados, detalle perjudicial
en la credibilidad informativa del medio, la táctica del terror biológico
impuso normativas y estado de paranoia general, incluso adyacente a la
discriminación.
La actual Influenza A es el ejemplo de la ocasión concreta de distraer la
tensión colectiva en momentos de desajuste económico mundial, encajar
nuevas medidas de control y seguridad en las ciudades y en áreas de tránsito
de importancia como son los aeropuertos, de engrosar el Estado de Sitio
y confinamiento en las ciudades y con el pánico social, paralizar el libre
tránsito humano.
El riesgo de la repercusión al perder el control en la dimensión colectiva
de la enfermedad figura en el estallido violento de la relación causal del
padecimiento o en otros casos debido a la escasez de recursos, pobreza
extrema y drama urbano.
Es de interés el manejo de la información en oficio “preventivo” pero
sin abandonar en ningún instante la espectacularidad indispensable a la
norma de diseminación mediática. Violencia simulada, disfrazada de modelo
de seguridad comunitaria, el caso de la enunciada “gripe mexicana” visto
en medios de otras regiones demuestra la habilidad de evitar el estallido
pero sí instaurar el temor local a través de adaptar la transmisión discursiva
a los momentos y circunstancias en la agenda diaria de cada país.
Ahora bien, el resultado de la mixtura de los elementos miedo, pánico y
terror ante las amenazas de carácter biológico, representaciones de segmentos
poblacionales asociados a la maldad y la violencia incontrolable e
irracional en el interior de las comunidades, forman las notas de la sección
policíaca o roja en la gloria de melodramas con significados de variante
diseño acorde a la representación social y el estigma buscado. De acuerdo a
la opinión de Carlos Monsivais (2005) al identificar la recurrencia a los
rasgos del género teatral en el material informativo, debido al mayor convencimiento
“que las versiones calificadas de frías o falsas por su afán de
objetividad” en la práctica periodística.

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En concreto, la industrias media es cuestionada por teorías críticas de
estudios culturales y en especial del periodismo, caso de la propuesta teórica
y metodológica de la Intencionalidad Editorial (Ducrot, 2004), donde es
posible comprender la actividad siempre sólo de manera objetiva y parcial,
pues los elementos de producción ya sean vínculos e intereses económicos
y del campo político entre dirigentes y dueños del medio influyen en la
opinión y visión de la realidad expuesta aun cuando no exhibe la del reportero
involucrado quien también modifica el contenido a tratar. El melodrama
hace ajeno el contenido a la certeza de la información.
La capacidad de convencimiento del género teatral a la cual alude Monsivais
posee suficiente éxito. Cada día en las transmisiones es común encontrar
reportajes, entrevistas a sujetos de la política, investigadores y especialistas
de los temas abordados con expresiones sobredimensionadas,
así como artículos de opinión con elaboración centrada a género documental
o cortometraje, música, ambientación, posición de cámara, incluso tonalidad
en las voces a fin de apelar al lado emocional del ser humano, y con
persuasión e impacto, capturar su atención y convencerle de asimilar el
escenario proyectado como la realidad.
A través del melodrama compuesto en la nota roja, exigir el derecho a
la seguridad adquiere un sentido complejo de control social con incremento
en la presencia policial, estrictas condenas a los delincuentes, en síntesis,
justicia bajo la normativa legal en defensa humana y la posibilidad de vigilancia
perpetua en la mayoría de los espacios. Imposición de límites a la
violencia urbana comprendida en el “amplio espectro de situaciones delincuenciales,
desprecio de los derechos humanos, anarquía salvaje y desconocimiento
de la norma legalmente instituida” (Monsivais, Kurnitzky,
2000). El lente del panóptico para acallar las voces de demanda movilizadas
en marchas por protección y cuidado en el tránsito cotidiano.
Ciudades sitiadas por el mismo temor instalado en la transmisión global
de los ataques terroristas en suelo norteamericano el 11 de septiembre de
2001; La respuesta evoca la demanda a lo público, al uso de calles invadidas
de peligro, pero lugares únicos de expresión ciudadana, al discurso
elaborado “sobre el relato de un pasado seguro en el que los espacios eran
compartidos sin temor. Algunos de sus tópicos más repetidos son que los
chicos podían jugar en la calle, que uno podía regresar a cualquier hora a su
casa y que en algunos barrios hasta se dejaban puertas y ventanas de las
casas abiertas sin temor” (Zullo, 2008: 183), al parecer con omisión de

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antecedentes en las grandes guerras y abismos de terror producto de las
dictaduras militares y la inequidad del neoliberalismo.
La marcha “por la seguridad” del pasado 18 de marzo de 2009 en la
ciudad de Buenos Aires comprueba la tendencia del área latinoamericana.
Con previos movimientos en varios estados de México ocupado con la
“guerra antinarcotráfico” y violencia y representación en diversas ciudades
de España, Inglaterra y EUA; Colombia y la marcha “por la paz” entre el
gobierno uribista y el ferviente intento de deshacer la guerrilla; y Panamá
con la marcha “por la seguridad ciudadana, los derechos humanos y la no
violencia” atribuida a la presencia y actividades en consecuencia de los
grupos en las dos primeras.
Lejos de la política involucrada en los discursos de los oradores del 18
de marzo en Buenos Aires, la cobertura mediática audiovisual en transmisión
en vivo presento testimonios con gritos y llanto de mujeres sin rango
de edad, cámaras aéreas y de posición estratégica a captar imágenes panorámicas
en busca de reflejar la multitud impuesta como representativa
del total de habitantes deseosos de la respuesta gubernamental y proveedor
básico de la seguridad necesaria.
El detalle curioso reside en la notoria presencia y organización por parte
de las clases medias y altas en los eventos, principalmente por uso de
tecnologías de la información y la comunicación (TICs). La dirección inició
acompañada del impulso mediático y desate de la polémica demanda por el
asesinato del entrenador deportivo personal de algunas estrellas del entretenimiento
argentino por encima de anteriores eventos de desfortunio
parecido. El llamado de los personajes de la farándula acudió en programas y
boletines de radio y televisión, el paso siguiente correspondió a la asimilación
de dirigentes en grupos con acceso a las redes sociales y foros virtuales al
igual de las movilizaciones anteriores del territorio latinoamericano.
El rasgo semejante en todos figuró en un retrato audiovisual sin desposeídos,
ni indigentes, muestra quienes merecen protegerse y permanecer
con libre acceso, y quienes no, excluidos del área, no educados en las nuevas
TICs, invisibilizados por la pobreza y las carencias en los barrios fuera
del movimiento financiero y en la mayoría de casos insertos con el estigma
de la criminalidad. Accionar de las ciudadanías del miedo y su lógica de
legitimidad “bajo la apariencia de derechos universales pero con bandera
de la inseguridad urbana, colaboración en la estructura de comportamientos
proclives a que importe la supervivencia sólo de algunos, propiciadores

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del encierro en guetos seguros y de la delación” (Entel, 2007: 110), paraísos
del capitalismo moderno y limitantes por naturaleza.
Por lo anterior, la industria mediática media son los nuevos forjadores
de opinión pública, entendida bajo la idea de conocimiento colectivo resultante
de la acción combinada de los diversos medios de comunicación
efectivamente utilizados en cada época y lugar. El clima forjado está vestido
de opacidad, le imprimen colores de imprevisibilidad y contingencia
difícil de aprehender, a pesar de ser una construcción social no construye la
realidad, la define y redefine desde la exterioridad, lo cual nos indica la
mayoría de las veces que la opinión pública es un invento, es la desconfiguración
y la ignorancia de la evidencia primera o realidad social. Esta desata
el clima de opinión y ambienta a la sociedad contemporánea y mediática
caracterizada por su perfil enrevesado, fútil, impreciso y fortuito, pero
pretensioso por insistir en explicar los acontecimientos del mundo.

Víctimas y victimarios

El mensaje dentro del contenido en cualquier telediario especifica
siempre el sentido de ubicar el peligro afuera, en las calles, los indigentes,
los pobres, el sucio, desclasado, en los rostros desconocidos de los transeúntes,
en barrios ajenos a la estabilidad financiera impenetrables por la
instalación de ideología incriminatoria de la pobreza como símbolo mismo
de la barbarie antigua entre conquistadores y nativos americanos, y en diferencia,
nuestra época el brutal exterminio y reducción operan en sigilo,
renuente a aparecer en la cotidianeidad. No extintos a pesar de las políticas
de derechos humanos y sus agujeros dentro del campo legal internacional.
A raíz de la voracidad mercantil en la industria mediática y la construcción
de la farsa comunicacional y el melodrama discursivo, información
oportunista, vemos el rango de función conveniente en la visibilidad territorial
de la pobreza y la violencia, por momentos víctimas si es el caso de
evidenciar contra las políticas del Estado pero en gran cantidad victimarios,
terroristas de la vía pública, del orden y la seguridad social, desagradables a
la vista para una sociedad funcional y hedónica del sistema de capitales
cada día más enfrascada en la muerte y no en la solidaridad y el sentir colectivo.
Separar, dividir, demarcar, segmentar el territorio aprobado en el silencio
y diseño de códigos de asentamiento urbano acentúa a manera radical
la disparidad. Surgen límites representados con muros, vallas y barreras de
acero u hormigón, y el resguardo de fragmentos de vidrio, alambre con

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púas o electricidad en las partes de mayor altitud. El propósito es mantener
a los habitantes de las quintas, countries y zonas residenciales privadas,
reclusos “en un oasis de calma y seguridad” (Bauman, 2006: 29).
Escenarios de abundancia y control en completa oposición a las áreas
de caos donde la pobreza es el eje para Robert Castel al catalogar en “barrios
sensibles”, espacios que “acumulan los principales factores causantes
de inseguridad: fuertes tasas de desempleo, de empleos precarios y de actividades
marginales, hábitat degradado, urbanismo sin alma, promiscuidad
entre grupos de origen étnico diferente, presencia permanente de jóvenes
inactivos que parecen exhibir su inutilidad social, visibilidad de prácticas
delictivas ligadas al tráfico de drogas, frecuencia de las incivilidades, de
momentos de tensión y de agitación, y de conflictos con las fuerzas del
orden, etc.” (Castel, 2004: 70), factores básicos en la confección de representaciones
dentro del material melodramático a explotar por el discurso
mediático.
La capacidad de otorgar transversalidad al tema de la inseguridad ocupa
gran parte del interés al identificar lo bueno y malo y con ello, establecer
bandos de victimas y atacantes. Ejemplos en las señales colman la programación
diaria en todo el continente, la consulta al segundo informe de
2009 del Observatorio de Medios sobre la nota roja en varios casos de
cobertura en territorio nicaragüense contribuye a esclarecer el manejo de la
relación entre la violencia y la pobreza al igual de afirmar atracos en la
identidad y comportamiento individual de los sujetos, la señalización de la
refutable y perversa infamia realizada.
En las conclusiones del análisis coincide al mencionar “una de las características
más sobresalientes de la nota roja no fue sólo la forma en que
dimensionaron los acontecimientos, sino en la manera en que violaron lo
derechos humanos de las personas”, al exponer nombres y datos personales.
De igual manera agrega “la televisión, prensa escrita y la radio, cayeron
en un maniqueísmo en proyectar ante la opinión pública que la delincuencia,
el dolor y desgracia, tiene rostro de pobreza” (CINCO, 2008), estigma
frecuente y fundamental del melodrama informativo.
En el caso argentino consideramos destacar el rol de Todo Noticias y
Canal Trece de Artear o Grupo Clarín, por la clara oposición a la dirigencia
nacional y a los simpatizantes con cargo o dirigencia en agrupaciones del
tercer sector. Al igual de las grandes transnacionales de información en el
continente, también en contra de líderes políticos y movimientos sociales
de pensamiento crítico a las iniciativas hegemónicas, en peor situación si

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provienen de barrios en condiciones de precariedad. La constante crítica y
opinión mal infundada durante las entrevistas personales o vía telefónica,
exponen la búsqueda de la objetividad y verdad recortada sin importar
cuanta certeza posea y el riesgo a comprobar el error informativo del cual
omiten posterior reconocimiento.
En ambos canales, el primero dedicado enteramente a la producción
noticiosa, y el segundo con cuatro telediarios de horario separado acorde a
las franjas horarias accesibles a mayor cantidad de audiencia, la línea editorial
demarca la información oportunista en sentido de cuestionar el accionar
estatal en mayor medida por la influencia de la reciente entrada al periodo
electoral y la evaluación de la Propuesta de Proyecto de Ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual, un marco regulatorio legal capaz
de interferir el desarrollo empresarial del grupo inversionista y desvirtuar
los oligopolios informacionales, también reemplazo de la antigua normativa
producida en tiempos de la dictadura militar.
En una primera ocasión durante tres días consecutivos∗, la denuncia de
sabotaje en la transmisión satelital hacia las áreas fuera de la capital nacional
provocó atribuir de inmediato la culpa total del hecho al gobierno en
castigo por ejercer la “libertad de expresión”. Victimas del represor y verdugo
Estado Nacional cuyo significado atrae la memoria del terror vivido
en tiempos de dictadura y clara regresión del sentimiento de desconfianza
en el Ente Público además de la condena a grupos a favor del gobierno por
atreverse a cuestionar el manejo informativo del medio.
La denuncia en una segunda ocasión de interferencias a las señales no
resulto del mismo impacto, aunque poco fue expuesta la aclaración gubernamental
sobre los hechos con datos en disposición de inhabilitar las acusaciones,
la narrativa del multimedio poco fomentó la demanda. Es decir,
este resultado consolida la simbiosis de espectacularidad y cruzada noticiosa
farsista por la justicia instalada en la conciencia aun más individualista de
la sociedad posmoderna.
El discurso de la inseguridad y la pobreza aplica cuando el interés editorial
de las industrias media, ya sea Grupo Clarín en Argentina, Grupo Televisa
en México, Casa Editorial El Tiempo de Colombia o RCTV en Venezuela,
encuentra la manera de causar controversia al rol gubernamental y la

* Las interferencias fueron registradas por las tardes del martes 24 durante 110 minutos, el
miércoles 25 durante 105 minutos y el jueves 26 de marzo con 160 minutos. Resulto también
afectada la señal de Radio Mitre, filial del mismo grupo. Otras interferencias sucedieron
el 6 de mayo de 17.17 y de 17.34 a 17.57.


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mejor forma de lograrlo es aprovechar el estilo de los boletines y su “oculto
proceso de selección en la información” (Romano, 2004: 110). Acrecentar
el robo, asalto, asesinato, o cualquier otro tipo de violencia física no
sólo contribuye a estigmatizar al sector y restar validez a la participación de
las políticas públicas. El malestar enaltece los vestigios de la barbarie y el
temor convierte al desconocido en enemigo, el precarizado en agente sustancial
de potencial actividad ilícita y al indigente en agresor con desequilibrio
emocional y repulsivo invasor del espacio.
El uso de la nota roja incluye además, con el juego del sufrimiento interno
de asentamientos en precariedad y reserva la culpa a la conducción
gubernamental en todos sus niveles, la división poblacional en honradez y
delito. En las villas miseria del conurbano bonaerense como de cualquier
otra región del mundo evidenciar la diferencia entre pobreza y criminalidad
resta presencia. No por la ausencia del mostrar a los habitantes víctimas de
otros miembros de su propia comunidad, si no por la trayectoria en la
construcción del imaginario, la etiqueta y estigma perfectamente brindado
y aceptado por la melodramática nota roja y la creencia en el fatalismo
“unos nacen para ser asaltados y otros para delinquir” (Monsivais, 2005).
Discurso de desciudadanización
Al reconocer el estado de continuo cambio social acarreado por las preferencias
en los sistemas del propio capitalismo prioriza de flexibilizar los
modelos de dominación. Actualmente mantener el control hegemónico y
prevalecer en el poder depende de adaptar esquemas a la desinstitucionalización
producto del ultraliberalismo. Reprimir y forzar a los sujetos con
toda la imperativa institucional ha dejado de ser una opción viable en los
intereses del mercado cuando requiere menor costo y esfuerzo desgajar las
fuentes organizacionales colectivas, fomentar la individualidad y transformar
a los sujetos en clientes segmentados (Dufour, 2005: 172).
Compatible con el proceso converso del significado de palabras coadyuvantes
a la mentalidad institucional y unidad colectiva, la desciudadanización
simboliza el resumen de las intenciones en reemplazo de elementos
instituidos por las prácticas sociales y reivindicaciones políticas. La desinstitucionalización
permanente es el propósito de la nueva derecha y su arsenal
bélico-mediático por desmontar el vocabulario con significado en
vínculo a apropiación, gremialismo o vindicación y ser remplazado por de
la siguiente manera: Trabajo/empleo, filosofía/superación personal, escuela/
auto aprendizaje, fabrica/oficina, salario/sueldo, gremialismo/equipo,

– 273 –

político/proactivo, Estado/mercado, represión/control delincuencial,
hasta ir sometiendo paulatinamente al ciudadano al uso del lenguaje único,
límpido, desclasado y proclive a intereses empresariales.
Otro caso figura en el maniqueo dentro del imaginario estatal al instaurar
los modelos internacionales y estandarizados de certificación y eficacia
empresarial en las dependencias y ejercer métodos de comunicación organizacional
a fin de degradar la ciudadanía e intuir a los habitantes como precisos
instrumentos clientelares de consumo de servicios y bienes públicos.
Obtener la respuesta afirmativa del trueque conceptual requiere explotar
las capacidades de la transmisión del lenguaje. Adherido al inicio del
contacto humano y acompañándole durante el resto de su vida, condiciona
sus modos de relación en base a lo ya institucionalizado, actúa como
herramienta efectiva del significado de lo general, y por ende, es instrumento
de dominio distribuido en contenidos de la industria media.
Es imposible asegurar la entera cobertura y/o alcance directo de mensajes
a usuarios. En instantes puede entorpecerse sin embargo, reanuda su
alcance en forma indirecta gracias a la repetición y el rol de los líderes de
opinión. El exceso de amarillismo informativo puede apostatar en parte la
credibilidad del medio, al insistir es abierta la oportunidad de final aceptación
por algún individuo quien proseguirá la cadena de transmisión, beneficioso
en caso de ocupar liderazgo en el criterio del colectivo y propagar
en otro sentido la información e inclusive, validar la posición del medio.
En cuanto al acceso a las TICs la enorme brecha producto de la revolución
científico tecnológica constata la división clasista más específica si
retomamos el esquema de S elaborado por Mariño (2005) donde la tecnología
básica o casi obsoleta yace en el primer extremo y la novedosa en el
opuesto. La acentuación de la desigualdad del derecho a la información y
recorrido interminable e inalcanzable para la capacitación de los sujetos
hacia la demanda laboral.
La principal secuela de esta estrategia reductora del mercado pertenece
a millones de habitantes menospreciados y llamados sobrantes, restringidos
de la tecnología, excluidos del sistema económico y mendigos sin mérito a
las políticas y el reparto público de riqueza, una carga creciente e innecesaria
a los Estados y la población económicamente activa quien argumenta
sostenerlos y ser víctimas del padecimiento crónico violencia-pobreza,
esbozo del tejido discursivo de la no-ciudadanía fundamental del melodrama
y la formula en casos de violencia reducida en: mayor estatus
económico mayor atención informativa.

– 274 –

El asesinato de un ciudadano clase media es convertido en caso especial
durante días, armonizado con la nota roja y adjetivos “pavoroso asalto,
crimen monstruoso, delincuente satánico, horripilante encuentro macabro”,
agrega Monsivais (2005) “los delitos son terribles en sí mismos, pero
el poderío de la adjetivación no radica en su eficacia descriptiva sino es el
gusto por los gritos y temblores del alma”. Si el tema involucra mortandad
por falta de alimentación y abandono de zonas rurales, o no poseen riesgo
potencial como por ejemplo un brote epidemiológico en las dimensiones
de la cepa de Influenza A en el entorno mundial o la reproducción no
prevista del Dengue en consecuencia del drástico cambio climático, quedan
fuera de la agenda informativa.
La mentalidad de la desciudadanización añade justicia en concentrar la
atención pública y las maniobras del Estado a las zonas “de bien” y no a
los nidos de la delincuencia marginal y con toda la población residual.
Howard Glennester investigador y especialista británico en políticas sociales
comprobó en un estudio realizado en ambientes ingleses con pésimas
condiciones de vida. Los habitantes entrevistados eran víctimas de vecinos
en la comunidad y de la falta de vigilancia policíaca y atención a las denuncias,
ignorados por el estado de insolvencia económica satisfactoria en las
normas del consumo mercantil.
Maniobrar la visibilidad de estas situaciones es la norma del espectáculo.
La guerra psicológica entre ciudadanos dignos y “sobrantes” franquea el
espacio audiovisual, la industria media favorecida en poder persuasivo
desvirtúa la credibilidad de las instituciones y acelera el estado de angustia
social, instaura el miedo, el terror de ignorar el estado anímico y portación
de armas del extraño con el signo de la violencia latente en peor caso si
combina los rasgos de extranjero residual de su espacio originario.
La soledad en las calles alberga el fatalismo y la calamidad propia de las
películas de horror donde algún monstruo terrible aguarda en las sombras
y solamente correspondería a la presencia heroica policial la capacidad de
intervenir y eliminar.
La pena de muerte surge en sinónimo de solución y justicia en la voz de
personajes de la farándula, líderes del entretenimiento audiovisual y la función
de convencer corona la escena de héroes y villanos. Responder con
violencia a la violencia, amenazar y aterrorizar a los posibles delincuentes
etiquetados sólo por habitar en ciertas áreas, usar el corte de cabello o la
indumentaria inadecuada y/o ser inmigrante.

– 275 –

Alcanzar el mundo pacífico y la seguridad utópica ordena eliminar las
masas sobrantes e implantar la respuesta sumisa a la conducción policial
sobre nuestra cotidianeidad. La construcción del discurso excluyente, las
imágenes manipuladas del melodrama noticioso son la traducción del terror
en los medios de comunicación y de la desvaloración de la vida humana
como una mercancía más del intrigante y teatral capitalismo selectivo y
limitante de la información.
Empujar la verdadera práctica periodística en el camino cubierto de espinas
de la industria audiovisual es un reto, una lucha recaída en el cambio
de la mentalidad sedienta del regocijo, morbo y otros sentidos vacíos producto
del deseo de exterminio a la incertidumbre. Debate entre el individualismo
y lo colectivo, la propiedad privada y el dominio público y el
derecho a saber el significado real de estar seguros y estar informados lejos
de explicar, con uso de un disfraz correcto impulsado por los medios comerciales.
Significa recuperar el aliento al pensamiento reflexivo sobre la
información y descontextualizar la idea perpetua de permanecer a la expectativa
del conocimiento puro y certero de la industria media.
Asistimos a la mayor confrontación que puede revelarse en corto tiempo,
el miedo mediático con naturaleza falsa vs el terror provocante de los
pobres y desclasados cuando objetivaban el núcleo del poder y lo asedian
con sus estrategias de lucha en algunos lugares de América Latina. La hora
del cambio cada día se acerca y son introducidos debates públicos acerca
de la necesidad de reglamentar el uso de los medios también exhibido en el
eje andino: Bolivia, Ecuador y Venezuela; Argentina intenta recorrer el
mismo sendero, sin embargo, en los demás países se asoma, vestido con
velo gris, zapatillas negras, ametralladora cargada en la mano y trasladado
en vehículo blindado: El Miedo… para desciudadanizar a los componentes
humanos de la nación, extinguir al Estado y sembrar el territorio con flores
negras del mercado.

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