Under Pressure x Queen

Presión
Aplastándome
presión aplastándote a ti
ningún hombre la pide.
Bajo presión
Ese fuego que
derriba un edificio
divide a una familia en dos,
pone a l gente en las calles.

La maldita máquina de matar x Billy Bond y la pesada del Rock and Roll

Tengo que derretir esa máquina de matar,
tengo que derretir esa maldita máquina de matar.
Para que nunca más vuelva
a destruir lo que hacemos con amor, amor.

Desencuentro x Almafuerte

Estás desorientado y no sabés,
qué bondi hay que tomar, para seguir.
Y en triste desencuentro con la fé,
querés cruzar el mar, y no podés.
La araña que salvaste te picó.
Qué vas a hacer.
Y el hombre que ayudaste te hizo mal,
dale que vá.
Y todo un carnaval, gritando pisoteó,
la mano fraternal que Dios te dió.

miércoles, 9 de marzo de 2011

salazar echeagaray, melissa; "miedo y terror en los medios de comunicación"

Fuente: Arquitectura política del miedo / Flabián Nievas... [et.al.]; compilado por Flabián Nievas; dirigido por Robinson Salazar Pérez y Melissa Salazar Echeagaray. - 1a ed. – Buenos Aires: Elaleph.com, 2010.

MIEDO Y TERROR EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Melissa Salazar Echeagaray*

Introducción

El discurso de la inseguridad en los medios de comunicación audiovisuales
latinoamericanos está inserto en el aparato de construcción ideológica
de la nueva derecha con eje en la violencia y el terror. La metodología
consiste en la repetición de imágenes y titulares basados en diversas representaciones
sociales e intención de persuadir a los usuarios en una cruzada
mediática en contra de los segmentos sociales desprotegidos compuestos
por un mayor número de sujetos desciudadanizados, porque no cuentan
con derechos, son excluidos, viven amenazados por la profilaxis social que
los gobernantes represores imponen, los estigmatizan como personas superfluas
y son merecedores de extinción.
Los medios comerciales y privados adecuados a expresar los intereses
políticos y económicos de sus propietarios adquieren con el uso de su poder
narrativo, estético y discursivo la capacidad de instalar la inseguridad en
la agenda diaria y derivar con ello un complejo proceso de estigmatización
de la pobreza, vinculada estrechamente a la agresión, la delincuencia, la
pobreza y a la necesidad de generar el rechazo por parte de la sociedad
general. La victimización de las clases altas y medias, la gente de bien, útil
en la cadena productiva del capital y nuevos desprotegidos agrega otro
elemento característico del discurso.
El debate entre la posición de la conciencia colectiva y el imaginario televisivo
del miedo esclarece la escalada internacional por la presencia militar
y policial en las ciudades. Los rasgos de la práctica informativa, asimismo,
continúan la línea vigente del sistema hegemónico interesado en

* Maestría PLANGESCO, Universidad Nacional de La Plata (melsale@gmail.com)

– 260 –

preservar a los medios audiovisuales como aparatos ideológicos dominantes,
concentradores y electores del saber y dotadores de sentido social con
capacidad de mercantilizar la información filtrada en busca de enajenar a la
audiencia con razón instrumental, aprovechar la sensibilidad hacia la violencia
para ir forjando la creación de una sociedad individualizada, fragmentada
con bases en la desconfianza y el miedo.

Tendencia Informacional hegemónica

Emprender el análisis de los medios de comunicación a partir del nexo
repartido por los ejes información-poder-territorio seduce a entender la
posición engorrosa y heterogénea establecida por el vínculo transversal con
la vida cotidiana actual altamente necesitada de la producción, estimulo y
consumo de información. Permanecer ajeno al roce mediático resignifica y
atribuye un estadio de ignorancia similar al castigo de no pertenencia, falta
de integración y poco valor comunitario. Confuso ante los objetivos centrales
de nutrir el pensamiento individual hedonista instalados en cada
estrategia mercadotécnica publicitaria y propagandística.
La acción de informar posee un principal problema encaminado al manejo
de los media a fin de atribuir la concepción única de entretenimiento,
en ocasiones gustoso y reconfortante más en general dramático y obsesivo
de impacto espectacular, distractor y eje conductor del sentido. Menester
sencillo de obtener con auxilio persuasivo de la imagen y sonido y fin
simpático a la fase presente para según sea el caso debatir o fortalecer la
firmeza en instituciones conductoras de la sociedad.
El poder de la comunicación televisiva “narcotizante” si recordamos la
visión funcional del trabajo elaborado por Lazarfeld y Merton (1969) en la
teoría comunicativa norteamericana de posguerra mundial y durante el
conflicto bipolar de la Guerra Fría, mantiene hoy cierta vigencia cuando el
propósito es enajenar sujetos en el escape de la cruel, desigual e insatisfactoria
realidad construida, erigir nuevo héroes y villanos, vigorizar lazos de
bien y mal con base a la religiosidad e involucrar en la permanencia clientelar
fiel de la programación.
Fortalecer el vínculo con la audiencia es también preocupación de los
media por sobrevivir económicamente, en lógica cuantitativa del tiraje
diario en productores gráficos y puntaje de rating en radio y televisión,
datos útiles conforme a la venta del espacio físico publicitario y/o segundo/
minuto al aire. La difusión informativa requiere de aplicar el modelo,
manifestado por la trayectoria histórica de la prensa comercial. Ofrecer

– 261 –

entretenimiento viabiliza en este sentido, la fusión de subsistencia y alcance
social alienador.
Sea público o privado el origen hablamos de periodismo comercial bajo
la dirección de ejercer toda práctica informativa con fin de lucro por empresas
y organizaciones privadas. Las herramientas comunicacionales del
aparato transmisor multimedial del segmento financiero sitúan a la sociedad
en medio de un campo de batalla simbólico y hacen creer la mística
visión imparcial del contenido y argumentos, imponen la extravagancia
actoral, el aumento extremo en representar los hechos y configurar una
realidad perpleja de saberes segmentarios y hábilmente manipulados correspondientes
al género teatral de la farsa.
Cualquier detalle motivo de conflicto es imprescindible en particular a
favorecer la oferta escénica elaborada en hechos y opiniones, fundamento
lúdico relacionado a los espectadores y afianzado en la costumbre y defensa
de la rutina de baile entre los elementos del poder, la llamada libertad de
expresión y ejercicio en apariencia objetivo de brindar información predominante
actual.
De ubicar en un modelo estructural la práctica periodística, los productos
de las guías de estilo en la mayoría de casos mantienen alta similitud y
características con los métodos empresariales de control norteamericano,
es decir, convalidan un esquema común del tratamiento noticioso revestido
de los intereses de poder entre los actores en rivalidad. Aunque la audiencia
adopta su lugar tampoco indica la total subestimación y condicionamiento
pavloviano de estímulo-respuesta inmediata de los espectadores. La
capacidad reflexiva persiste en minorías individuales y/o grupales defensoras
de pluralidad en la opinión pública, de no existir esta resistencia no
sería tanta la codicia mediática por imponer la uniformidad de contenidos.
Explícita entonces queda la postura central a favor de la regencia norteamericana
sobre la herramienta periodismo informacional-comunicador y
el requisito de fabricar nuevos aportes de idónea adaptabilidad a sus intereses
hegemónico imperiales. En la última década ocupados con el implante
de la variada intromisión militar y normas de control social en base al diseño
de la guerra de cuarta generación, preventiva y demás derivados que
cada día nos aparecen como medidas de control social y sometimiento al
miedo.
Para el caso latinoamericano escudado en combate contra el terrorismo,
crimen organizado y el populismo radical, el coloso del norte aumento la
presencia militar en las fronteras con México, remplazó las bases militares

– 262 –

tradicionales fijas y altamente costosas y diseminó por el ancho y largo
continente americano enclaves de nuevo tipo serviles para la lucha de contrainsurgencia
y contención de demandas ciudadanas (Ceprid 2007). El
conjunto de guirnaldas militares han ido conformando el modelo denominado
Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte
(ASPAN) avalado por el sector profundamente conservador a cargo del
Pentágono y la Central de Inteligencia (Salazar. R. 2009), camuflado y presente
en el perfil de la cruzada simbólica noticiosa de los medios locales y
elemento riguroso en las casas editoriales de vínculo transnacional.
Aun cuando constituye la cuna mediática, la táctica hegemónica no encarna
la aprobación directa del accionar gubernamental de los EUA. Es
reconocido por ejemplo, el amplio repudio social hacia las intervenciones
bélicas en cualquier territorio como lo vivimos actualmente con los acontecimientos
golpistas en Honduras y la encrucijada del presidente Obama,
porque son empresas transnacionales con afiliación a intereses de sectores
neoconservadores y halcones del Pentágono quienes azuzan este tipo de
eventos retrógrados y antidemocráticos, asimismo empresarios vinculados
a negocios de guerra, liberación de rehenes y venta de servicios y soporte
de ejércitos privados.
Las metas de hegemonía informativa producto de la ASPAN actúan de
otra manera más oculta, sutil y subversiva en los media de nuestras naciones.
En ningún momento la coincidencia aparece al tratar la temática de
inseguridad y violencia. Las palabras, imágenes y sonidos, la entera elaboración
recupera y reordena los elementos de la farsa, el drama teatral y la
ficción, calibrados por la línea editorial en cada medio en un lenguaje atractivo
y disimulado de los intereses relativos a la opinión pública.

La demanda colectiva y el miedo

Exigir para abrigar nuestras necesidades hoy son palabras con carga de
múltiples sentidos en subasta y venta perpetua por redefinir en el lenguaje
mediático. El uso dentro del contenido en boletines informativos de señales
bajo control privado y las prácticas audiovisuales afirman un proceso de
selección social correspondiente al significado del momento, hecho, lugar,
entre otros, y la pertenencia a la línea editorial en cuanto a los actores involucrados
y la política territorial. La semántica obedece la influencia del
modelo hegemónico en la producción informativa inmediata, persuasiva y
parcial.

– 263 –

Exigir evoca a demandar por lo cual se posee derecho. Es preciso preguntarse
en el contexto de la ciudadanía referido al campo de la información
y los medios, a qué se tiene derecho, y cuáles son los elementos con
capacidad de intervenir para reforzar la identidad de quienes ameritan el
acceso a razón de la inexistente igualdad. También cuál razón nos asiste
para detener el alud de imágenes, discurso y propaganda orientada a la
violencia física expuesta y transformada en la configuración del discurso
cotidiano del miedo, terror, de la desconfianza, individuación y estigmas
contra el hombre o mujer que rompe los esquemas del prototipo ciudadano
domesticado.
Los derechos básicos a la alimentación, servicios de energía y agua, acceso
a la educación parecieran olvidarse en casi toda la programación y
agenda mediática, excepto cuando implica el riesgo y el conflicto porque
envuelve la valorada temática de la seguridad absoluta, ese estado de anhelo
por el reinado de la certeza, utópico e inalcanzable en una sociedad de consumo
y del dominio productivo capitalista donde el miedo es una mercancía
más del diseño millonario en las campañas de propaganda y publicidad.
El miedo es una estrategia que construye escenarios de riesgos insertados
en la subjetividad de los colectivos humanos. El objetivo es alterar los
estados de ánimo en las personas y conducir a desordenarle las coordenadas
que dan estabilidad a la vida cotidiana, pues la ansiedad, el temor y la
sensación de estar en peligro los lleva a estados depresivos y de angustia
colectiva. El miedo posicionado en el colectivo como ambiente y escenario
futuro, inmoviliza la acción colectiva, priva al individuo de su necesidad de
asociarse, de buscar en el otro la convalidación de la información percibida,
porque el riesgo percibido construye el terror de tal manera que aísla a
los hombres e invisibilizan el factor provocante del miedo. Es un miedo
paralizante, conspiratorio, manipulante y fragmentador dentro de la sociedad;
estas características emergentes de la sociedad sometida al miedo mediático
provoca dentro de los núcleos humanos una acción restrictiva de
lazo social, enmudecimiento colectivo o autismo social, dado que el ver al
otro como potencial agresor no lo habilita como depositario de confianza
mediante la relación intersubjetiva, se abstiene de opinar y permite a los
medios armar y divulgar la opinión callada por el resto.
Al analizar el material audiovisual de las señales privadas y comerciales
en Argentina y otros países del territorio latinoamericano como México,
Colombia y Perú, denota el aumento del material violento y la composición
del discurso mediático del miedo en sincronía con las políticas antiterroris–

- 264 –

tas iniciadas en los Estados Unidos de Norteamérica a partir del 2001.
Fecha emblemática impuesta con sus variantes en la mayor cantidad de
titulares posible en los boletines informativos y telediarios, y más repetición
para los casos de las señales con cobertura diaria completa.
Podemos elaborar un mapa del terror con la información alarmista
mundial de la última década con base a nombres de países y rostros humanos
del rol calificado de enemigo del imperio norteamericano, desde el
oriente y la representación del musulmán conspirador e incivilizado hasta
nuestra área latinoamericana, consubstancialmente los peligros de la conducción
popular presidencial y la figura de las masas de pobreza demandantes
por igualdad de condiciones y validez a sus derechos ciudadanos
fuera de cualquier tipo de norma discriminatoria característica de la fragmentación
y percepción de individuos conducidos por cauces antiinstitucionales.
La intencionalidad prevaleciente tras del mapa informativo sería el miedo
que explota la incertidumbre, limita la capacidad humana de la total
certeza, activa los dispositivos de autodefensa en el ser humano, desconfigura
los rostros con temor perpetuo y nos llevan a un estado caótico capaz
de impedirnos comprender y explicar acontecimientos a nuestro alrededor.
La misma narrativa respecto a los destrozos con origen por las fuerzas
incontrolables de la naturaleza y/o eventos imprevisibles de carácter climático
o catástrofes con repercusiones en la salud, plagas y pandemias de
enfermedades son notas perfectas para sembrar masivamente el miedo y
colocar a la sociedad en situación vulnerable y en posición de dominio
absoluto.

El miedo biológico y melodrama informativo

El ejemplo mexicano con los hechos del virus de Influenza edifica parte
del uso mediático del miedo. Es conocida la inestabilidad gubernamental
circunscripta en brotes de rechazo y movimientos sociales a causa del escrutinio
en el último período (2006) de elección presidencial. La duda fija
en los resultados y la legitimidad cuestionada del ciudadano a cargo del
ejecutivo prevalece en el ambiente político y muchas veces está presente en
las calles.
Justo ahí es donde entra el rol de la ASPAN, política de cooperación
binacional investida del patrocinio económico en adiestramiento y ampliación
de la cantidad, calidad y poder destructivo de las armas para el sistema
policial y el ejército. La propuesta añade fiscalización a todos los niveles de

– 265 –

gobierno aplicable en especial a los departamentos de justicia legal del país
latinoamericano justificada en el combate a elevados índices de corrupción
en funcionarios. No obstante, esconde la intencionalidad de contener los
brotes de indisciplina social, movimientos sociales antisitémicos, detener
las nuevas demandas de ciudadanías emergentes y desanudar las redes
gremialistas con el objeto de fragmentar a la sociedad.
Ante la cercanía al 1 de mayo y celebración internacional del trabajo el
anuncio del brote de una nueva cepa de Influenza hicieron en sentido traductor
del lenguaje mediático, el caso México o México convertido en
caso. La alarma en la capital de la nación recorrió las pantallas a nivel mundial
seguida de cantidades inciertas y de poca solidez en la confirmación de
infectados así como de medidas de extrema prevención con la rapidez
agradecida por los multimedios a la globalización y el llamado del ejecutivo
nacional a suspender toda actividad colectiva y permanecer en el encierro
de los hogares, situación propia al pánico de esperarse en un área habitada
por alrededor de 23 millones de individuos.
La decisión gubernamental de frenar actividades realizadas en grupo en
respuesta a la epidemia viral enlaza la visión del nuevo tipo de contención
social con pleno apoyo de todas las señales en la industria media. Previsibilidad
transfiere su significado al de confinamiento y el nuevo término de
“sociedad de control” (Ramonet, 2009). Cualquier ciudadano entra en
riesgo de contagio y por ende, de convertirse en un peligro al resto como
un agente contaminante que guarda las características de delincuente y
terrorista de la salud urbana. Prudente es permanecer en casa, desconfiar
de todos los elementos del afuera, confinarse en el espacio privado y atender
las recomendaciones televisivas y someterse a la tortura y vejaciones de
un lenguaje terrorífico que simula un Estado de Sitio en época de dictadura
militar o guerra.
Escuelas en los diversos niveles educativos, oficinas gubernamentales y
restaurantes ejes del movimiento diario en todo el país, en obediencia a las
precauciones clausuraron sus jornadas de trabajo. Las imágenes de la
metrópoli asolada por la amenaza biológica en el ambiente y en Estado de
Sitio con la aprobación estatal a la fuerza de reprender los aglomerados
comprueban la escalada de control y terror impreso en el alcance espacial
de los medios alargadores de la estrategia.
El mandato discursivo noticioso traslado el peso de la crisis financiera
internacional, el aumento del desempleo y los índices de pobreza y marginalidad,
del cierre temporal en las fábricas de producción automovilística,

– 266 –

los crímenes en impunidad, iniciativas legales aprobadas por la legislatura
nacional y de la falta de legitimidad en el gobierno actual, hacia el miedo
colectivo de una pandemia de no más de 400 contagios en una población
de 100 millones de habitantes, y lo peor del caso, nunca fueron notificados
con certeza quienes fueron ni en cuál lugar fueron atendidos o murieron.
El panorama global noticioso y audiovisual prosigue el mismo esquema
adjudicado a las situaciones propias en cada región, aun con las fuertes
discordancias en las cifras oficiales de muertes y afectados, detalle perjudicial
en la credibilidad informativa del medio, la táctica del terror biológico
impuso normativas y estado de paranoia general, incluso adyacente a la
discriminación.
La actual Influenza A es el ejemplo de la ocasión concreta de distraer la
tensión colectiva en momentos de desajuste económico mundial, encajar
nuevas medidas de control y seguridad en las ciudades y en áreas de tránsito
de importancia como son los aeropuertos, de engrosar el Estado de Sitio
y confinamiento en las ciudades y con el pánico social, paralizar el libre
tránsito humano.
El riesgo de la repercusión al perder el control en la dimensión colectiva
de la enfermedad figura en el estallido violento de la relación causal del
padecimiento o en otros casos debido a la escasez de recursos, pobreza
extrema y drama urbano.
Es de interés el manejo de la información en oficio “preventivo” pero
sin abandonar en ningún instante la espectacularidad indispensable a la
norma de diseminación mediática. Violencia simulada, disfrazada de modelo
de seguridad comunitaria, el caso de la enunciada “gripe mexicana” visto
en medios de otras regiones demuestra la habilidad de evitar el estallido
pero sí instaurar el temor local a través de adaptar la transmisión discursiva
a los momentos y circunstancias en la agenda diaria de cada país.
Ahora bien, el resultado de la mixtura de los elementos miedo, pánico y
terror ante las amenazas de carácter biológico, representaciones de segmentos
poblacionales asociados a la maldad y la violencia incontrolable e
irracional en el interior de las comunidades, forman las notas de la sección
policíaca o roja en la gloria de melodramas con significados de variante
diseño acorde a la representación social y el estigma buscado. De acuerdo a
la opinión de Carlos Monsivais (2005) al identificar la recurrencia a los
rasgos del género teatral en el material informativo, debido al mayor convencimiento
“que las versiones calificadas de frías o falsas por su afán de
objetividad” en la práctica periodística.

– 267 –

En concreto, la industrias media es cuestionada por teorías críticas de
estudios culturales y en especial del periodismo, caso de la propuesta teórica
y metodológica de la Intencionalidad Editorial (Ducrot, 2004), donde es
posible comprender la actividad siempre sólo de manera objetiva y parcial,
pues los elementos de producción ya sean vínculos e intereses económicos
y del campo político entre dirigentes y dueños del medio influyen en la
opinión y visión de la realidad expuesta aun cuando no exhibe la del reportero
involucrado quien también modifica el contenido a tratar. El melodrama
hace ajeno el contenido a la certeza de la información.
La capacidad de convencimiento del género teatral a la cual alude Monsivais
posee suficiente éxito. Cada día en las transmisiones es común encontrar
reportajes, entrevistas a sujetos de la política, investigadores y especialistas
de los temas abordados con expresiones sobredimensionadas,
así como artículos de opinión con elaboración centrada a género documental
o cortometraje, música, ambientación, posición de cámara, incluso tonalidad
en las voces a fin de apelar al lado emocional del ser humano, y con
persuasión e impacto, capturar su atención y convencerle de asimilar el
escenario proyectado como la realidad.
A través del melodrama compuesto en la nota roja, exigir el derecho a
la seguridad adquiere un sentido complejo de control social con incremento
en la presencia policial, estrictas condenas a los delincuentes, en síntesis,
justicia bajo la normativa legal en defensa humana y la posibilidad de vigilancia
perpetua en la mayoría de los espacios. Imposición de límites a la
violencia urbana comprendida en el “amplio espectro de situaciones delincuenciales,
desprecio de los derechos humanos, anarquía salvaje y desconocimiento
de la norma legalmente instituida” (Monsivais, Kurnitzky,
2000). El lente del panóptico para acallar las voces de demanda movilizadas
en marchas por protección y cuidado en el tránsito cotidiano.
Ciudades sitiadas por el mismo temor instalado en la transmisión global
de los ataques terroristas en suelo norteamericano el 11 de septiembre de
2001; La respuesta evoca la demanda a lo público, al uso de calles invadidas
de peligro, pero lugares únicos de expresión ciudadana, al discurso
elaborado “sobre el relato de un pasado seguro en el que los espacios eran
compartidos sin temor. Algunos de sus tópicos más repetidos son que los
chicos podían jugar en la calle, que uno podía regresar a cualquier hora a su
casa y que en algunos barrios hasta se dejaban puertas y ventanas de las
casas abiertas sin temor” (Zullo, 2008: 183), al parecer con omisión de

– 268 –

antecedentes en las grandes guerras y abismos de terror producto de las
dictaduras militares y la inequidad del neoliberalismo.
La marcha “por la seguridad” del pasado 18 de marzo de 2009 en la
ciudad de Buenos Aires comprueba la tendencia del área latinoamericana.
Con previos movimientos en varios estados de México ocupado con la
“guerra antinarcotráfico” y violencia y representación en diversas ciudades
de España, Inglaterra y EUA; Colombia y la marcha “por la paz” entre el
gobierno uribista y el ferviente intento de deshacer la guerrilla; y Panamá
con la marcha “por la seguridad ciudadana, los derechos humanos y la no
violencia” atribuida a la presencia y actividades en consecuencia de los
grupos en las dos primeras.
Lejos de la política involucrada en los discursos de los oradores del 18
de marzo en Buenos Aires, la cobertura mediática audiovisual en transmisión
en vivo presento testimonios con gritos y llanto de mujeres sin rango
de edad, cámaras aéreas y de posición estratégica a captar imágenes panorámicas
en busca de reflejar la multitud impuesta como representativa
del total de habitantes deseosos de la respuesta gubernamental y proveedor
básico de la seguridad necesaria.
El detalle curioso reside en la notoria presencia y organización por parte
de las clases medias y altas en los eventos, principalmente por uso de
tecnologías de la información y la comunicación (TICs). La dirección inició
acompañada del impulso mediático y desate de la polémica demanda por el
asesinato del entrenador deportivo personal de algunas estrellas del entretenimiento
argentino por encima de anteriores eventos de desfortunio
parecido. El llamado de los personajes de la farándula acudió en programas y
boletines de radio y televisión, el paso siguiente correspondió a la asimilación
de dirigentes en grupos con acceso a las redes sociales y foros virtuales al
igual de las movilizaciones anteriores del territorio latinoamericano.
El rasgo semejante en todos figuró en un retrato audiovisual sin desposeídos,
ni indigentes, muestra quienes merecen protegerse y permanecer
con libre acceso, y quienes no, excluidos del área, no educados en las nuevas
TICs, invisibilizados por la pobreza y las carencias en los barrios fuera
del movimiento financiero y en la mayoría de casos insertos con el estigma
de la criminalidad. Accionar de las ciudadanías del miedo y su lógica de
legitimidad “bajo la apariencia de derechos universales pero con bandera
de la inseguridad urbana, colaboración en la estructura de comportamientos
proclives a que importe la supervivencia sólo de algunos, propiciadores

– 269 –

del encierro en guetos seguros y de la delación” (Entel, 2007: 110), paraísos
del capitalismo moderno y limitantes por naturaleza.
Por lo anterior, la industria mediática media son los nuevos forjadores
de opinión pública, entendida bajo la idea de conocimiento colectivo resultante
de la acción combinada de los diversos medios de comunicación
efectivamente utilizados en cada época y lugar. El clima forjado está vestido
de opacidad, le imprimen colores de imprevisibilidad y contingencia
difícil de aprehender, a pesar de ser una construcción social no construye la
realidad, la define y redefine desde la exterioridad, lo cual nos indica la
mayoría de las veces que la opinión pública es un invento, es la desconfiguración
y la ignorancia de la evidencia primera o realidad social. Esta desata
el clima de opinión y ambienta a la sociedad contemporánea y mediática
caracterizada por su perfil enrevesado, fútil, impreciso y fortuito, pero
pretensioso por insistir en explicar los acontecimientos del mundo.

Víctimas y victimarios

El mensaje dentro del contenido en cualquier telediario especifica
siempre el sentido de ubicar el peligro afuera, en las calles, los indigentes,
los pobres, el sucio, desclasado, en los rostros desconocidos de los transeúntes,
en barrios ajenos a la estabilidad financiera impenetrables por la
instalación de ideología incriminatoria de la pobreza como símbolo mismo
de la barbarie antigua entre conquistadores y nativos americanos, y en diferencia,
nuestra época el brutal exterminio y reducción operan en sigilo,
renuente a aparecer en la cotidianeidad. No extintos a pesar de las políticas
de derechos humanos y sus agujeros dentro del campo legal internacional.
A raíz de la voracidad mercantil en la industria mediática y la construcción
de la farsa comunicacional y el melodrama discursivo, información
oportunista, vemos el rango de función conveniente en la visibilidad territorial
de la pobreza y la violencia, por momentos víctimas si es el caso de
evidenciar contra las políticas del Estado pero en gran cantidad victimarios,
terroristas de la vía pública, del orden y la seguridad social, desagradables a
la vista para una sociedad funcional y hedónica del sistema de capitales
cada día más enfrascada en la muerte y no en la solidaridad y el sentir colectivo.
Separar, dividir, demarcar, segmentar el territorio aprobado en el silencio
y diseño de códigos de asentamiento urbano acentúa a manera radical
la disparidad. Surgen límites representados con muros, vallas y barreras de
acero u hormigón, y el resguardo de fragmentos de vidrio, alambre con

– 270 –

púas o electricidad en las partes de mayor altitud. El propósito es mantener
a los habitantes de las quintas, countries y zonas residenciales privadas,
reclusos “en un oasis de calma y seguridad” (Bauman, 2006: 29).
Escenarios de abundancia y control en completa oposición a las áreas
de caos donde la pobreza es el eje para Robert Castel al catalogar en “barrios
sensibles”, espacios que “acumulan los principales factores causantes
de inseguridad: fuertes tasas de desempleo, de empleos precarios y de actividades
marginales, hábitat degradado, urbanismo sin alma, promiscuidad
entre grupos de origen étnico diferente, presencia permanente de jóvenes
inactivos que parecen exhibir su inutilidad social, visibilidad de prácticas
delictivas ligadas al tráfico de drogas, frecuencia de las incivilidades, de
momentos de tensión y de agitación, y de conflictos con las fuerzas del
orden, etc.” (Castel, 2004: 70), factores básicos en la confección de representaciones
dentro del material melodramático a explotar por el discurso
mediático.
La capacidad de otorgar transversalidad al tema de la inseguridad ocupa
gran parte del interés al identificar lo bueno y malo y con ello, establecer
bandos de victimas y atacantes. Ejemplos en las señales colman la programación
diaria en todo el continente, la consulta al segundo informe de
2009 del Observatorio de Medios sobre la nota roja en varios casos de
cobertura en territorio nicaragüense contribuye a esclarecer el manejo de la
relación entre la violencia y la pobreza al igual de afirmar atracos en la
identidad y comportamiento individual de los sujetos, la señalización de la
refutable y perversa infamia realizada.
En las conclusiones del análisis coincide al mencionar “una de las características
más sobresalientes de la nota roja no fue sólo la forma en que
dimensionaron los acontecimientos, sino en la manera en que violaron lo
derechos humanos de las personas”, al exponer nombres y datos personales.
De igual manera agrega “la televisión, prensa escrita y la radio, cayeron
en un maniqueísmo en proyectar ante la opinión pública que la delincuencia,
el dolor y desgracia, tiene rostro de pobreza” (CINCO, 2008), estigma
frecuente y fundamental del melodrama informativo.
En el caso argentino consideramos destacar el rol de Todo Noticias y
Canal Trece de Artear o Grupo Clarín, por la clara oposición a la dirigencia
nacional y a los simpatizantes con cargo o dirigencia en agrupaciones del
tercer sector. Al igual de las grandes transnacionales de información en el
continente, también en contra de líderes políticos y movimientos sociales
de pensamiento crítico a las iniciativas hegemónicas, en peor situación si

– 271 –

provienen de barrios en condiciones de precariedad. La constante crítica y
opinión mal infundada durante las entrevistas personales o vía telefónica,
exponen la búsqueda de la objetividad y verdad recortada sin importar
cuanta certeza posea y el riesgo a comprobar el error informativo del cual
omiten posterior reconocimiento.
En ambos canales, el primero dedicado enteramente a la producción
noticiosa, y el segundo con cuatro telediarios de horario separado acorde a
las franjas horarias accesibles a mayor cantidad de audiencia, la línea editorial
demarca la información oportunista en sentido de cuestionar el accionar
estatal en mayor medida por la influencia de la reciente entrada al periodo
electoral y la evaluación de la Propuesta de Proyecto de Ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual, un marco regulatorio legal capaz
de interferir el desarrollo empresarial del grupo inversionista y desvirtuar
los oligopolios informacionales, también reemplazo de la antigua normativa
producida en tiempos de la dictadura militar.
En una primera ocasión durante tres días consecutivos∗, la denuncia de
sabotaje en la transmisión satelital hacia las áreas fuera de la capital nacional
provocó atribuir de inmediato la culpa total del hecho al gobierno en
castigo por ejercer la “libertad de expresión”. Victimas del represor y verdugo
Estado Nacional cuyo significado atrae la memoria del terror vivido
en tiempos de dictadura y clara regresión del sentimiento de desconfianza
en el Ente Público además de la condena a grupos a favor del gobierno por
atreverse a cuestionar el manejo informativo del medio.
La denuncia en una segunda ocasión de interferencias a las señales no
resulto del mismo impacto, aunque poco fue expuesta la aclaración gubernamental
sobre los hechos con datos en disposición de inhabilitar las acusaciones,
la narrativa del multimedio poco fomentó la demanda. Es decir,
este resultado consolida la simbiosis de espectacularidad y cruzada noticiosa
farsista por la justicia instalada en la conciencia aun más individualista de
la sociedad posmoderna.
El discurso de la inseguridad y la pobreza aplica cuando el interés editorial
de las industrias media, ya sea Grupo Clarín en Argentina, Grupo Televisa
en México, Casa Editorial El Tiempo de Colombia o RCTV en Venezuela,
encuentra la manera de causar controversia al rol gubernamental y la

* Las interferencias fueron registradas por las tardes del martes 24 durante 110 minutos, el
miércoles 25 durante 105 minutos y el jueves 26 de marzo con 160 minutos. Resulto también
afectada la señal de Radio Mitre, filial del mismo grupo. Otras interferencias sucedieron
el 6 de mayo de 17.17 y de 17.34 a 17.57.


– 272 –

mejor forma de lograrlo es aprovechar el estilo de los boletines y su “oculto
proceso de selección en la información” (Romano, 2004: 110). Acrecentar
el robo, asalto, asesinato, o cualquier otro tipo de violencia física no
sólo contribuye a estigmatizar al sector y restar validez a la participación de
las políticas públicas. El malestar enaltece los vestigios de la barbarie y el
temor convierte al desconocido en enemigo, el precarizado en agente sustancial
de potencial actividad ilícita y al indigente en agresor con desequilibrio
emocional y repulsivo invasor del espacio.
El uso de la nota roja incluye además, con el juego del sufrimiento interno
de asentamientos en precariedad y reserva la culpa a la conducción
gubernamental en todos sus niveles, la división poblacional en honradez y
delito. En las villas miseria del conurbano bonaerense como de cualquier
otra región del mundo evidenciar la diferencia entre pobreza y criminalidad
resta presencia. No por la ausencia del mostrar a los habitantes víctimas de
otros miembros de su propia comunidad, si no por la trayectoria en la
construcción del imaginario, la etiqueta y estigma perfectamente brindado
y aceptado por la melodramática nota roja y la creencia en el fatalismo
“unos nacen para ser asaltados y otros para delinquir” (Monsivais, 2005).
Discurso de desciudadanización
Al reconocer el estado de continuo cambio social acarreado por las preferencias
en los sistemas del propio capitalismo prioriza de flexibilizar los
modelos de dominación. Actualmente mantener el control hegemónico y
prevalecer en el poder depende de adaptar esquemas a la desinstitucionalización
producto del ultraliberalismo. Reprimir y forzar a los sujetos con
toda la imperativa institucional ha dejado de ser una opción viable en los
intereses del mercado cuando requiere menor costo y esfuerzo desgajar las
fuentes organizacionales colectivas, fomentar la individualidad y transformar
a los sujetos en clientes segmentados (Dufour, 2005: 172).
Compatible con el proceso converso del significado de palabras coadyuvantes
a la mentalidad institucional y unidad colectiva, la desciudadanización
simboliza el resumen de las intenciones en reemplazo de elementos
instituidos por las prácticas sociales y reivindicaciones políticas. La desinstitucionalización
permanente es el propósito de la nueva derecha y su arsenal
bélico-mediático por desmontar el vocabulario con significado en
vínculo a apropiación, gremialismo o vindicación y ser remplazado por de
la siguiente manera: Trabajo/empleo, filosofía/superación personal, escuela/
auto aprendizaje, fabrica/oficina, salario/sueldo, gremialismo/equipo,

– 273 –

político/proactivo, Estado/mercado, represión/control delincuencial,
hasta ir sometiendo paulatinamente al ciudadano al uso del lenguaje único,
límpido, desclasado y proclive a intereses empresariales.
Otro caso figura en el maniqueo dentro del imaginario estatal al instaurar
los modelos internacionales y estandarizados de certificación y eficacia
empresarial en las dependencias y ejercer métodos de comunicación organizacional
a fin de degradar la ciudadanía e intuir a los habitantes como precisos
instrumentos clientelares de consumo de servicios y bienes públicos.
Obtener la respuesta afirmativa del trueque conceptual requiere explotar
las capacidades de la transmisión del lenguaje. Adherido al inicio del
contacto humano y acompañándole durante el resto de su vida, condiciona
sus modos de relación en base a lo ya institucionalizado, actúa como
herramienta efectiva del significado de lo general, y por ende, es instrumento
de dominio distribuido en contenidos de la industria media.
Es imposible asegurar la entera cobertura y/o alcance directo de mensajes
a usuarios. En instantes puede entorpecerse sin embargo, reanuda su
alcance en forma indirecta gracias a la repetición y el rol de los líderes de
opinión. El exceso de amarillismo informativo puede apostatar en parte la
credibilidad del medio, al insistir es abierta la oportunidad de final aceptación
por algún individuo quien proseguirá la cadena de transmisión, beneficioso
en caso de ocupar liderazgo en el criterio del colectivo y propagar
en otro sentido la información e inclusive, validar la posición del medio.
En cuanto al acceso a las TICs la enorme brecha producto de la revolución
científico tecnológica constata la división clasista más específica si
retomamos el esquema de S elaborado por Mariño (2005) donde la tecnología
básica o casi obsoleta yace en el primer extremo y la novedosa en el
opuesto. La acentuación de la desigualdad del derecho a la información y
recorrido interminable e inalcanzable para la capacitación de los sujetos
hacia la demanda laboral.
La principal secuela de esta estrategia reductora del mercado pertenece
a millones de habitantes menospreciados y llamados sobrantes, restringidos
de la tecnología, excluidos del sistema económico y mendigos sin mérito a
las políticas y el reparto público de riqueza, una carga creciente e innecesaria
a los Estados y la población económicamente activa quien argumenta
sostenerlos y ser víctimas del padecimiento crónico violencia-pobreza,
esbozo del tejido discursivo de la no-ciudadanía fundamental del melodrama
y la formula en casos de violencia reducida en: mayor estatus
económico mayor atención informativa.

– 274 –

El asesinato de un ciudadano clase media es convertido en caso especial
durante días, armonizado con la nota roja y adjetivos “pavoroso asalto,
crimen monstruoso, delincuente satánico, horripilante encuentro macabro”,
agrega Monsivais (2005) “los delitos son terribles en sí mismos, pero
el poderío de la adjetivación no radica en su eficacia descriptiva sino es el
gusto por los gritos y temblores del alma”. Si el tema involucra mortandad
por falta de alimentación y abandono de zonas rurales, o no poseen riesgo
potencial como por ejemplo un brote epidemiológico en las dimensiones
de la cepa de Influenza A en el entorno mundial o la reproducción no
prevista del Dengue en consecuencia del drástico cambio climático, quedan
fuera de la agenda informativa.
La mentalidad de la desciudadanización añade justicia en concentrar la
atención pública y las maniobras del Estado a las zonas “de bien” y no a
los nidos de la delincuencia marginal y con toda la población residual.
Howard Glennester investigador y especialista británico en políticas sociales
comprobó en un estudio realizado en ambientes ingleses con pésimas
condiciones de vida. Los habitantes entrevistados eran víctimas de vecinos
en la comunidad y de la falta de vigilancia policíaca y atención a las denuncias,
ignorados por el estado de insolvencia económica satisfactoria en las
normas del consumo mercantil.
Maniobrar la visibilidad de estas situaciones es la norma del espectáculo.
La guerra psicológica entre ciudadanos dignos y “sobrantes” franquea el
espacio audiovisual, la industria media favorecida en poder persuasivo
desvirtúa la credibilidad de las instituciones y acelera el estado de angustia
social, instaura el miedo, el terror de ignorar el estado anímico y portación
de armas del extraño con el signo de la violencia latente en peor caso si
combina los rasgos de extranjero residual de su espacio originario.
La soledad en las calles alberga el fatalismo y la calamidad propia de las
películas de horror donde algún monstruo terrible aguarda en las sombras
y solamente correspondería a la presencia heroica policial la capacidad de
intervenir y eliminar.
La pena de muerte surge en sinónimo de solución y justicia en la voz de
personajes de la farándula, líderes del entretenimiento audiovisual y la función
de convencer corona la escena de héroes y villanos. Responder con
violencia a la violencia, amenazar y aterrorizar a los posibles delincuentes
etiquetados sólo por habitar en ciertas áreas, usar el corte de cabello o la
indumentaria inadecuada y/o ser inmigrante.

– 275 –

Alcanzar el mundo pacífico y la seguridad utópica ordena eliminar las
masas sobrantes e implantar la respuesta sumisa a la conducción policial
sobre nuestra cotidianeidad. La construcción del discurso excluyente, las
imágenes manipuladas del melodrama noticioso son la traducción del terror
en los medios de comunicación y de la desvaloración de la vida humana
como una mercancía más del intrigante y teatral capitalismo selectivo y
limitante de la información.
Empujar la verdadera práctica periodística en el camino cubierto de espinas
de la industria audiovisual es un reto, una lucha recaída en el cambio
de la mentalidad sedienta del regocijo, morbo y otros sentidos vacíos producto
del deseo de exterminio a la incertidumbre. Debate entre el individualismo
y lo colectivo, la propiedad privada y el dominio público y el
derecho a saber el significado real de estar seguros y estar informados lejos
de explicar, con uso de un disfraz correcto impulsado por los medios comerciales.
Significa recuperar el aliento al pensamiento reflexivo sobre la
información y descontextualizar la idea perpetua de permanecer a la expectativa
del conocimiento puro y certero de la industria media.
Asistimos a la mayor confrontación que puede revelarse en corto tiempo,
el miedo mediático con naturaleza falsa vs el terror provocante de los
pobres y desclasados cuando objetivaban el núcleo del poder y lo asedian
con sus estrategias de lucha en algunos lugares de América Latina. La hora
del cambio cada día se acerca y son introducidos debates públicos acerca
de la necesidad de reglamentar el uso de los medios también exhibido en el
eje andino: Bolivia, Ecuador y Venezuela; Argentina intenta recorrer el
mismo sendero, sin embargo, en los demás países se asoma, vestido con
velo gris, zapatillas negras, ametralladora cargada en la mano y trasladado
en vehículo blindado: El Miedo… para desciudadanizar a los componentes
humanos de la nación, extinguir al Estado y sembrar el territorio con flores
negras del mercado.

Bibliografía

BAUMAN, Zygmunt. “Confianza y temor en la ciudad. Vivir con extranjeros”.
Barcelona, Editorial Arcadia, 2006.
CASTEL, Robert. “La inseguridad social ¿Qué es estar protegido?”. Buenos
Aires, Editorial Manantial, 2004.
Centro de Investigación de la Comunicación (CINCO). “2do Informe: La
nota roja en los medios”. 15 de noviembre - 10 de diciembre 2008, Nicaragua.
– 276 –
CEPRID, 2007, el dominio militar del imperio en América Latina, Tribunal
Dignidad, Soberanía, Paz contra la guerra - Quito, Ecuador en
http://www.purochile.rrojasdatabank.info/imperio.htm, leído 25 de junio de 2009.
DUCROT, Victor E. “Coca Cola NO refresca mejor”. Agencia Periodística
del Mercosur, Facultad de Periodismo y Comunicación Social.
http://www.prensamercosur.com.ar 30 de noviembre 2004. Intencionalidad
Editorial. Una síntesis introductoria. Hacia una método propio para el
análisis del discurso periodístico. Revista Question, Facultad de Periodismo
y Comunicación Social, Universidad Nacional de La Plata. Vol.6, 25 de
mayo 2005. http://www.perio.unlp.edu.ar/question
DUFOUR, Dany-Robert. “La responsabilidad del sujeto en los tiempos del
ultraliberalismo” en Desde el jardín de Freud. Bogotá. Facultad de Ciencias
Humanas, Universidad Nacional de Colombia, 2005.
ENTEL, Alicia. “La ciudad y los medios. La pasión restauradora”. 1er.
Edición, Buenos Aires, Argentina, La Crujía, 2007.
Entrevista a Howard Glennester, Especialista Británico en Políticas Sociales
realizada por Andrew Graham-Yooll. Hay que separar pobreza de criminalidad.
Página 12. Buenos Aires, 24 de noviembre 2008.
http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/index-2008-11-24.html
LAZARFELD, Paul; MERTON, Robert K. “Comunicación de masas,
gusto popular y acción social organizada" en La industria de la cultura.
Comunicación 2 Lazarfeld, Paul; Merton, Robert K. y otros. Madrid, Alberto
Corazón Editor, 1969.
MARIÑO, Miguel V. “Las nuevas formas de organización del trabajo en
los medios de comunicación: utopía o realidad” en III CONGRÉS
INTERNACIONAL COMUNICACIÓ I REALITAT, 2005.
MONSIVAIS, Carlos. “De no ser por el pavor que tengo, jamás tomaría
precauciones” (Notas sobre la violencia urbana) en Globalización de la
violencia. Kurnitzky, Horst (Compilador). Colibri-Instituto Goethe, México,
2000
RAMONET, Ignacio; “Control Social Total”, en Le Monde Diplomatique
No. 163 Edición Española, Valencia, España, Ediciones Cibermonde, S.L.,
Mayo 2009.
– 277 –
La política del melodrama. Revista Ñ de Clarín. Buenos Aires, 25 de junio
2005. Carlos Monsiváis participó con una versión ampliada de este texto
del Seminario Educar la Mirada, organizado por Flacso.
http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2005/06/25/u-1001425.htm
ROMANO, Vicente. “La formación de la mentalidad sumisa”. 2da. Edición.
España, El Viejo Topo, 2004.
SALAZAR, Robinson; “América Latina: Securitización de la política y guerra
contra la ciudadanía y los movimientos populares”, en Revista Frónesis, Volumen
16. No 2, 2009, 274-290, Zulia, Venezuela.
ZULLO, Julia. “Estar atentos y caminar con cuidado”. Algunas estrategias
de construcciórepresentación del mundo en los medios. Raiter, Alejandro,
Zullo, Julia (Comp.) 1er. Edición, Argentina, La Crujía, 2008.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores