Under Pressure x Queen

Presión
Aplastándome
presión aplastándote a ti
ningún hombre la pide.
Bajo presión
Ese fuego que
derriba un edificio
divide a una familia en dos,
pone a l gente en las calles.

La maldita máquina de matar x Billy Bond y la pesada del Rock and Roll

Tengo que derretir esa máquina de matar,
tengo que derretir esa maldita máquina de matar.
Para que nunca más vuelva
a destruir lo que hacemos con amor, amor.

Desencuentro x Almafuerte

Estás desorientado y no sabés,
qué bondi hay que tomar, para seguir.
Y en triste desencuentro con la fé,
querés cruzar el mar, y no podés.
La araña que salvaste te picó.
Qué vas a hacer.
Y el hombre que ayudaste te hizo mal,
dale que vá.
Y todo un carnaval, gritando pisoteó,
la mano fraternal que Dios te dió.

viernes, 25 de agosto de 2017

Generación pop: qué suena en los auriculares de los adolescentes

Siete de cada diez chicos de entre 13 y 18 años eligen ese género; escuchan música en grupo y la comparten en las redes
Justin Timberlake, en el top 10
e los puede ver en las plazas, en el subte, en los colectivos, caminando por las calles, siempre conectados a sus auriculares. Difícilmente podamos saber qué está sonando en ese cuarto propio ¿mental? del adolescente. Desde la aparición del walkman, en 1979, hasta la utilización de los dispositivos celulares, el acto de escuchar música se transformó en un ritual individual antes que social. Y el acceso a los gustos adolescentes se transformó en una misteriosa caja de Pandora.
¿Qué es lo que rige la nube de preferencias musicales de chicas y chicos de entre 13 y 18 años en la era digital? Esa pregunta es el eje de un estudio realizado en escuelas públicas y privadas de la ciudad de Buenos Aires por un equipo de sociólogos dirigido por Ana Wortman, tras una convocatoria del Centro Cultural Recoleta.
El informe revela un mapa de los gustos musicales de la llamada Generación Z, nacida a mediados de los 90 y principios de 2000. Siete de cada diez adolescentes tienen el pop y el reggaetón como sus máximas preferencias musicales. Los siguen de cerca en el consumo el rock, la electrónica y la cumbia. La música indie y el folklore, por el contrario, figuran en la escala más baja de ese ranking.
Los hábitos de consumo de los adolescentes tienen su espejo en la lista de artistas más escuchados en Spotify: el portorriqueño Daddy Yankee, conocido globalmente desde 2004 por su hit "Gasolina" y uno de los protagonistas del fenómeno "Despacito" junto a Luis Fonsi, es uno de los artistas mencionados con mayor frecuencia entre los 315 adolescentes encuestados. Sin embargo, hay un dato que llama la atención: esa misma tribu admira más a solistas del pop internacional, como Bruno Mars y Ed Sheeran. "Los más escuchados y mencionados por los chicos son Luis Fonsi, Maluma y Daddy Yankee, entre los latinos, pero los más valorados son músicos globales, como Ed Sheeran y Bruno Mars, que cantan en inglés. Hay una distinción fuerte entre los latinos y los que cantan pop en inglés, a quienes se les asigna mayor importancia. En Buenos Aires hay un imaginario en el que prevalece lo internacional: nos conecta con el mundo", señala la socióloga Ana Wortman, directora del equipo que hizo la investigación Internet, plataformas digitales y gustos musicales de los adolescentes.
Durante seis meses, se siguieron los hábitos culturales de ese grupo mediante encuestas presenciales en plazas, colegios y eventos públicos gratuitos. El trabajo de campo puso en evidencia cómo el entorno social y cultural determina el gusto. David Byrne ya lo afirmó en su libro Cómo funciona la música: "En gran parte la música depende de lo que la rodea, de dónde y cuándo la escuchás, de cómo es ejecutada o reproducida (...) de con quién la escuchás y finalmente, por supuesto, de cómo suena".
Los alumnos que asisten a escuelas públicas son más proclives a escuchar rock nacional y seguir bandas como La Berisso; en las privadas, se inclinan por la música anglo y la electrónica. Las chicas prefieren el pop y la cumbia. Y el reggaetón es el sonido de comunión entre todos. En ese sentido, están desplazados en el imaginario de esta generación enlaces con la identidad local, como el tango, que ni siquiera aparece mencionado. Desde luego, esas preferencias se contextualizan según el ámbito de lo público y lo privado.
De acuerdo con el estudio, el rock permanece más asociado al ámbito familiar, donde los encuestados escuchan a artistas que consideran "viejos", como Queen o U2, a los que accedieron mediante sus padres. "No existe un reconocimiento de figuras del rock nacional como Charly García o el Indio Solari. Los chicos de entre 13 y 18 años forman parte de otro mundo cultural".
En el comportamiento cotidiano, casi la mitad de los porteños consultados descarga música de Internet; un 57% escucha música en Spotify y el 90% prefiere YouTube. "Las plataformas digitales redefinen el gusto. En este mundo aparecen las diferencias sociales. YouTube atraviesa a todos por su gratuidad; los de mayores recursos eligen Spotify. Son, además, quienes tienen un mayor capital cultural y asisten a colegios privados, al Nacional de Buenos Aires o el Pellegrini", precisa Wortman. Los portales digitales son la puerta de acceso a lo desconocido y, sobre todo, a lo conocido. YouTube es, así, una facilitadora de canciones: "Te tira sugerencias o ponés una lista de reproducción automática. No soy de buscar por nombres", dice uno de los encuestados.
Pero la música no sólo se escucha: también se ve. Así como la aparición de MTV, en 1981, marcó a una generación y redefinió la forma de consumir pop y rock, el nacimiento de YouTube, en 2005, tiene aún fuerte influencia en la generación posmillennial. "Retoma la emergencia del videoclip. Es la misma pulsión por lo visual que existe hoy y se refleja en el éxito de Instagram entre los adolescentes: la pulsión por transformar tu vida en una imagen."
El estudio demuestra que, en parte, los adolescentes están a merced de los algoritmos. "A medida que se desciende en la escala social, aumentan el impacto de Internet en el gusto de los chicos y el modo de vincularse con la oferta musical. Son los que están más expuestos a la influencia de estas plataformas o a emisoras como Radio Disney, con sus dosis de pop y reggaetón", señala Wormat.
Cristian Raimundi, director artístico de Radio One, reconoce los factores que inciden en el gusto musical de esta generación: "YouTube, Spotify, la radio y la tele. Cuando armamos nuestra playlist vamos en busca de ese público que quiere escuchar cosas nuevas".
La música es, también, un hecho comunitario: la mayoría escucha la misma música que sus amigos. Cambió la tecnología, pero no los hábitos. Muchos adolescentes crean sus listas de reproducción -como antes se la compilaba en mixtapes- y la comparten en las redes sociales.
La herramienta es el celular: el 78% de los consultados tiene smartphone. Pero hay otros datos curiosos, como la relación indirecta que tienen los adolescentes con la música. El 80% confiesa que hay un instrumento en su casa. Curiosamente, los adolescentes manifiestan poco interés en la oferta cultural porteña. Los lugares de mayor circulación son la plaza, la escuela o el gimnasio. La actividad deportiva los reúne antes que un recital, aunque las chicas asisten más a conciertos que los chicos. "Éste es un rasgo de época. El mundo de la vida cotidiana es muy autorreferencial -concluye Wortman-. Se quedan en su lugar y se conectan con el mundo vía Internet".

Un festival a medida

Clave 13/17 se llama el espacio creado por y para adolescentes que funciona en el Centro Cultural Recoleta, todos los domingos, a partir de las 17. El 3 de septiembre tocará Daniela Herrero, jurado junto con Lucía Puenzo del Festival Clave, que tendrá lugar los días 14 y 15 de octubre, donde habrá rap, DJ, solistas y bandas. La convocatoria para participar cierra hoy.

Terror en la rambla

lavaca.org
Una crónica sensible de la Barcelona que duele. “Luchar contra el miedo es la historia del coraje”, escribe Facundo Pedrini desde Barcelona.
Seguridad máxima
Seguridad maxi
Seguridad
Segu
S
Seguir.
Solos.
Barcelona. Calle Pelai. Plaza Cataluña. 2 hermanos juegan con una pistola de plástico que lanza chorros de agua. Ninguno es el malo. Una pareja de catalanes sale de una taberna irlandesa con dardos y mesa de billar. Ninguno es el malo. 3 turistas compran llaveros e imágenes de la Sagrada Familia, la iglesia que diseñó Gaudi y que determina la estética de toda la ciudad. Ninguno es el malo.
17 horas. El asfalto arde, la temperatura trepa los 30 grados, un puñado de adolescentes se agolpa sobre el carro de los helados. A toda velocidad, una furgoneta blanca pasa la rambla hasta desembocar en el mercado de la boquería. Un conductor arrolla a decenas de personas en el mercado central haciendo zig-zag, se estrella contra el segundo kiosco de la avenida y se atrinchera en un restaurante turco.
Todo De corrido.
Él es el malo.
17:15 horas. La policía confirma el hecho.
17:20. Afirma que se trató de un atentado.
Todo es explícito.
Todo es intencional.
Todo es deliberado.
Oficiales piden a los curiosos que se dispersen y que se pongan a salvo. Una centena de españoles se encierran en locales, shoppings, cafés y locales con la gigantografía de Messi. La zona queda acordonada y el perímetro que se extiende hasta la Gran Vía y el Portal del l´Angel permanece vallado.  Plaza Cataluña es un desierto de sangre.
Silencio.
19.00. Se reúne el Comité de Crisis por primera vez. Crisis grado 3. Crisis grado 4. Alerta máxima combinada con “siga-siga”. Los aeropuertos funcionan con normalidad. No hay vuelos cancelados y el free shop de El Prat inaugura una nueva ala con más fragancias y cremas anti-age.
19.30. Cancillería argentina dice que no hay compatriotas fallecidos pero sí 2 heridos, que ya están hospitalizados.
20:00. La rambla permanece cerrada pero llegan las primeras velas rojas. Los catalanes cuelgan de sus balcones sus banderas independentistas con un crespón negro improvisado. También se le suman las tiendas y los puestos de diarios. Avatares en redes sociales, dibujos con consignas en contra del fundamentalismo y a favor de la paz. Los que fueron Charly Hebdo, Londres y Madrid hoy son Barcelona. Algunos ponen estribillos de los Beatles, otros canciones de John Lennon. Inscripciones de paz en un tiempo que no puede caberse mientras esperan el atentado que viene.
“Por favor, no compartan imágenes de heridos: viralicen gatos”, la campaña traspasa el océano y llega a Latinoamérica. Los detalles deshumanizan. Sacrificamos las imágenes. Nos apilamos en la nuca de lo que se no ve para salvarnos de lo invisible.
01:30. La policía informa otro posible atentado terrorista. Un Audi con 5 integrantes saltea un control policial en la entrada de Cambrils, en la provincia de Tarragona (al norte de España). Tienen cinturones explosivos y quieren estallarlos a máxima velocidad. Los Mossos d’Esquadra (policía catalana) abren fuego y comienza la persecución de dos kilómetros y medio que termina con un vuelco. Los terroristas salen del coche con cuchillos, un agente les dispara y reduce a 4. El quinto se resiste pero muere baleado por la policía a metros del vehículo. Hieren de gravedad a una mujer y la trasladan al hospital Joan XXIII.
02:00. Cientos de personas encerradas en heladerías, bares y restaurantes son evacuadas en grupos de 10 en 10 durante toda la madrugada.
02:30. Las autoridades confirman que los cinturones que portaban los terroristas eran falsos.
Silencio.

18 de agosto

7:30. Muere la mujer baleada durante el tiroteo en Cambrils.  El gobierno habilita un teléfono con información para víctimas del atentado: 900400012.
08:00. Las líneas colapsan.
09:00. La tragedia toma nombres propios y detrás del terror surgen las historias. Ana María Suárez era de Zaragoza y estaba con su marido y su hermana, quienes fueron heridos en el ataque yihadista. Pepita, de 75 años, también perdió la vida cuando pasaba por la rambla con su hijo. El alcalde de Sant Hipòlit de Voltregà, lugar donde vivía, publico en twitter: “DEP PEPITA, te queremos”.
Elke Vanboclrijck, belga de 44 años; Bruno Gullota y Luca Russo, dos italianos de 35 y 25 años respectivamente; Jared Tucker, yanqui de 42 años que esperaba que su esposa vuelva del baño: una portuguesa que vivía en Lisboa cuyos datos no fueron revelados; Francisco Lopez Rodriguez, español de 56 años y su sobrino nieto menor de edad que no pudo esquivar la furgoneta.
Entre heridos y fallecidos se cuentan 35 nacionalidades. Una cumbre a los pies del terrorismo.
12:00. Minuto de Silencio. 100.000 personas en Plaza Cataluña y calles aledañas. No tenemos miedo. Todos a pie. Todos de pie. Un rey, 2 presidentes (Rajoy y el de la Generalitat, Carles Puigdemont), una alcaldesa, un ministro del interior ocupan la primera fila para repudiar algo que no entiende de filas.
14:00. Cancillería y representación diplomática identificó a los 2 argentinos heridos: María Cristina Deambrosi, de 67 años, y Pablo Sebastian Abecasis, de 36, quien golpeó la cabeza y la espalda sobre el parabrisas. Ambos afectados con golpes tras la estampida del ataque.
17:30.Grupos de extrema derecha catalana y de la democracia nacional española copan parte de la Rambla con banderas contra de la inmigración musulmana con colores templarios y entonan cánticos racistas. Un cordón policial los rodea en local de ropa H Y M. Todo se convierte en una gran figura negra.
Masivos movimientos antifascistas junto con organizaciones LGTB se aglomeran en toda plaza Cataluña pidiendo que se vayan. Lo logran. No sin antes escracharlos por separado en la retirada. Discusiones con forma de una escalera mecánica que avanza hacia las imágenes que habían sido derrotadas en el siglo XX. No todas las políticas de memoria suben por el embudo correcto.
18:00. Fragmentos de una conversación entre Enrik, catalán independentista de 62 años y Estela, andaluza.
–           “Este ataque no ha sido casual. Hay menos policías que en Madrid. Barcelona es como un caramelo, por esa unión catalana que hace que todos pasen por acá. La solidaridad nos juega en contra pero jamás nos vamos a cerrar. Tenemos un magnetismo con las personas de bien. Nunca fuimos a una guerra, nos han llevado a una guerra. El 1 de octubre el pueblo va a salir a la calle y va a votar ser independiente. Tenemos una filosofía de países avanzados. A Europa le interesa una Cataluña así, España tiene otra mentalidad.  Por ese magnetismo nos atacan. Esto no pasó en Zaragoza”.
–           “Pero en Zaragoza también pueden ir, eh”- interrumpe la mujer que escuchaba detrás del semáforo- “Barbaridades hicieron en todos lados.  Pueden atacar cualquier sitio. Han atacado Madrid. Todo es un punto estratégico si se ataca un estilo de vida. No pensemos que somos los únicos que nos hicieron cosas. El magnetismo lo tenemos por la mezcla, no por el catalán.  Y usted es un imbécil”.
20:00.  Analistas coinciden que el atentado de las Ramblas en Barcelona es el peor desde 1987, cuando ETA colocó un explosivo en un centro comercial, y el más letal en España desde el que sufrió Madrid, el 11 de marzo de 2004, en 4 trenes al mismo tiempo. El modus operandi de los terroristas en Plaza Cataluña fue el mismo de Niza, Estocolmo, Paris, Berlín y Londres.
Barcelona no tiene miedo.
Luchar contra el miedo es la historia del coraje.
Barcelona no está segura.
Nadie está seguro.
Convivir con esa idea es insoportable.
El después es invisible.
Como el enemigo.

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