Under Pressure x Queen

Presión
Aplastándome
presión aplastándote a ti
ningún hombre la pide.
Bajo presión
Ese fuego que
derriba un edificio
divide a una familia en dos,
pone a l gente en las calles.

La maldita máquina de matar x Billy Bond y la pesada del Rock and Roll

Tengo que derretir esa máquina de matar,
tengo que derretir esa maldita máquina de matar.
Para que nunca más vuelva
a destruir lo que hacemos con amor, amor.

Desencuentro x Almafuerte

Estás desorientado y no sabés,
qué bondi hay que tomar, para seguir.
Y en triste desencuentro con la fé,
querés cruzar el mar, y no podés.
La araña que salvaste te picó.
Qué vas a hacer.
Y el hombre que ayudaste te hizo mal,
dale que vá.
Y todo un carnaval, gritando pisoteó,
la mano fraternal que Dios te dió.

sábado, 27 de abril de 2013

De Neustadt a Lanata, 23 años de ofensivas político-mediáticas


De la Plaza del "SÍ" a la Plaza del "NO". De Neustadt a Lanata, 23 años de ofensivas político-mediáticas

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La instrumentación y fomento de la antipolítica, la incitación a una participación desideologizada pero defendiendo en bambalinas intereses espureos y ajenos a la sociedad civil no es una novedad de estos ultimos tiempos, sino que en los tiempos de Menem se instrumentó por vez primera este nuevo tipo de convocatoria donde se diferenciará claramente de las movilizaciones partidarias: hace 23 años, Bernardo Neustadt convocaba a la Plaza para apoyar masivamente las políticas privatistas de Carlos Saúl. Hoy, ellos están en calidad de adversarios pero la intención sigue siendo la misma y a la sociedad se le asigna el mismo rol pasivo y descerebrado. Veamos cómo se fue desarrollando este nido de la serpiente...
A principios de los noventa, todo parecía indicar que Menem se vería obligado a dar un "golpe de timón" para mantener la gobernabilidad: la política económica de frenar la inflación todavía no daba sus resultados, mientras que sectores del peronismo se resistían a esa nueva "actualización doctrinaria" que impulsaba el menemismo: mientras el principal político neoliberal y asesor presidencial Alvaro Alsogaray se queaba por la soledad en que había quedado el presidente ante la sociedad y su propio partido, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Antonio Cafiero, nuevamente se postulaba como el principal adversario al menemismo pidiendo "volver a las fuentes para no confundir peronismo con neoliberalismo". A su vez, el secretario de la CGT de Córdoba afirmaba que Menem era " un traidor, así de sencillo."A fines de marzo las fuerzas de la oposición que resistían a la imposición del neoliberalismo bajo la mascara del populismo menemista salieron a la calle, convocado por la denominada "CGT rebelde" de la calle Azopardo reuniendo en su convocatoria más de 50 000 personas que pedían un freno a las políticas neoliberales y privatistas del gobierno. Como afirma Pucciarelli, "Las consignas coreadas por la gente y los discursos de Ubaldini y demás dirigentes agitaron la misma concepción antimenemista: reivindicación de la identidad peronista histórica y descalificación de las concepciones y los dirigentes neoliberales". Unos días antes ya se habían concentrado más de 60000 personas en una marcha contra "el hambre, la represión y la impunidad" convocada por organizaciones de derechos humanos, partidos políticos de izquierda y agrupaciones sindicales. Allí se destacaban consignas contra los Alsogaray, el ministro Dromi y las políticas del presidente Menem. Debido al visible crecimiento del malestar social que empezaba a copar las calles, desde el oficialismo tenían que prever alguna decisión política que pueda restablecer el orden social y recuperar el apoyo masivo que un año atrás había recibido en las urnas. Se construiría, así, un modo alternatico de reconstrucción del liderazgo presidencial desde una postura antipartidaria, que no hacía más que expresar consignas vacías y apolíticas. El operador político de la convocatoria fueron los grandes medios de comunicación. Dentro de ese grande espectro de apoyo de los grandes medios hegemónicos, el que tuvo el rol más visible y decisivo fue el periodista Bernardo Neustadt, que convocaba explicita y reiteradamente desde la radio y la televisión. Su rol fue fundamental: los datos de una encuesta realizada días después del acto reflejaba que el 35% de los asistentes manifestaron responder a la convocatoria de su programa televisivo "Tiempo Nuevo" y un 44% se consideró convocado por la televisión en general.
Como desarrolla A. Puccierelli: "Su sorprendente exito obedeció a la puesta en marcha de una novedosa estrategia que podríamos denominar "de neutralización de las particularidades, de las diferencias y del conflicto social". La consigna principal de la convocatoria fue "La gente convoca a la gente", una especie de apelación apolítica y apartidaria en la cual aparecen desdibujadas y ocultas las instituciones políticas y gubernamentales que la promueven desde la penumbra, y en primer plano, los autodenominados periodistas independientes, que disimulan su compromiso ideológico utilizando un artilugio: dicen aprovechar lo que consideran sus privilegios "mediáticos" para darles voz y visibilidad política a aquellos que no la tienen ni se sienten representados por la dirigencia burocratizada de las organizaciones tradicionales" . Mediante solicitadas rentadas entre el 1ª y el 6 de abril (día del acto) en los principales matutinos de la ciudad de Buenos Aires, reconocidas figuras principalmente del espectáculo suscribían bajo el titulo "Los que queremos el cambio" a esta nueva forma de "participación" salida del laboratorio neoliberal:
"(...) en los ultimos tiempos, sólo pudimos escuchar a los que se oponen, los que protestan, los que están contra el cambio, los que dicen NO. Ellos se movilizan, gritan, se hacen escuchar, expresan su queja... Pero ¿nosotros que hacemos? ¿Qué hacemos los que apoyamos, los que tenemos propuestas, los que queremos el cambio? Los que decimos SÍ... vamos el viernes 6 de abril a Plaza de Mayo sin carteles ni identificaciones partidarias o sectoriales. Sólo con banderas argentinas" (Clarín, 04/04/90)
Durante ese acto multitudinario del 6 de abril, denominada la "plaza del SÍ", la consignas más coreadas fueron: "Argentina/ Argentina" y "Menem querido/ el pueblo está contigo". De esta forma, se revitalizaba la imagen presidencial, dándose el avance definitivo del proyecto neoliberal de la mano de Menem y los tecnocratas del stablishment. Con esta novedosa manifestación orquestada, paradójicamente, descalificaría definitivamente a las practicas tradicionales de expresion política por no defender "intereses comunes", por ser precisamente "políticas" o bien reflejos de un clientelismo escandaloso, donde los rasgos fisicos de los manifestantes, expresan que no tienen capacidad de expresarse libremente e inevitablemente son conducidos u obligados a asistir a cambio de un choripán y un vino. Mientras que la "Plaza del Sí" triunfalmente establecía la unión entre "patria" y política neoliberal, el discurso de supuesta reconciliación nacional, la denostación hacia las desviaciones ideologizadas (en el marco del fin de las ideologias que proclamaba Francis Fukuyama) hacia carne en cientos de miles de ciudadanos que dejarán de serlo para convertirse en meros consumidores.
La plaza del "NO" realizada el pasado 18 de abril por caceroludos convocado por los grandes medios, es hija directa de las practicas que se iniciaran a principios de los noventas. De Neustadt a Lanata, la ofensiva político-mediática sigue siendo la misma y defiende los mismo intereses.
Bibliografía recomendada:
PUCCIARELLI, A. (Coord) Los años de Menem. Siglo XXI Editores.

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