Under Pressure x Queen

Presión
Aplastándome
presión aplastándote a ti
ningún hombre la pide.
Bajo presión
Ese fuego que
derriba un edificio
divide a una familia en dos,
pone a l gente en las calles.

La maldita máquina de matar x Billy Bond y la pesada del Rock and Roll

Tengo que derretir esa máquina de matar,
tengo que derretir esa maldita máquina de matar.
Para que nunca más vuelva
a destruir lo que hacemos con amor, amor.

Desencuentro x Almafuerte

Estás desorientado y no sabés,
qué bondi hay que tomar, para seguir.
Y en triste desencuentro con la fé,
querés cruzar el mar, y no podés.
La araña que salvaste te picó.
Qué vas a hacer.
Y el hombre que ayudaste te hizo mal,
dale que vá.
Y todo un carnaval, gritando pisoteó,
la mano fraternal que Dios te dió.

miércoles, 3 de junio de 2020

Pensar con otros. Una Guía de supervivencia en tiempos de posverdad

Fuente: https://www.fundacionluminis.org.ar/

POR QUÉ ESTE LIBRO

La posverdad es, al mismo tiempo, producto y causa de una grieta infinita. Una en la que las personas convivimos transitando narrativas paralelas en mundos solapados donde la física se rompe y podemos atravesarnos los unos a los otros sin que medie influencia alguna que logre desviar las trayectorias predeterminadas de lo que hemos decidido que va a ser la realidad. Esta fractura, esta discontinuidad en el paisaje, es una amenaza para la existencia y el desarrollo de vínculos humanos, para nuestra convivencia como especie en este planeta y, así, para nuestra supervivencia. Por esto, la posverdad es, al fin y al cabo, un problema de salud pública.
Este libro busca ser un puntapié inicial para desmenuzar el fenómeno de la posverdad en sus componentes principales de manera de lograr, juntos, sobrevivir y vencer. El foco está en los mecanismos y procesos, que se muestran a través de ejemplos concretos, como un modo de prepararnos mejor para identificar, en temas nuevos, las estructuras que propician la posverdad.
También forma parte de un proyecto más amplio que busca que nos comprometamos con la verdad, que seamos ciudadanos más empoderados y que podamos fortalecer los vínculos entre nosotros.
Esto no implica que vayamos a sostener todos una postura homogénea sobre los temas, ni mucho menos. Pero sí deberíamos ser capaces de tener cimientos firmes y comunes a todos, acuerdos sobre qué es la verdad y qué no para, a partir de eso, poder construir mejores sociedades y proteger mejor la democracia.
Uno de los problemas de la posverdad es que aparece como una alternativa a la verdad, como si la verdad fuera una cosa que alguien tiene, y no lo que es: un objetivo desconocido en el horizonte hacia el que vamos y para el que necesitamos una brújula. Si nos sentimos perdidos, podemos construir una brújula. Si no nos ponemos de acuerdo en cuál es el norte, no habrá brújula posible y estaremos condenados a vagar siguiendo los caminos erráticos de la ignorancia. O peor, condenados a seguir a quien cree un norte que puede mover a su conveniencia.
Compartimos todos este mismo planeta, esta misma realidad. Compartimos también preocupaciones, problemas y esperanzas. Pero también tenemos, y seguiremos teniendo, enormes diferencias entre nosotros. Para poder conversar esas diferencias de perspectiva entre nosotros, necesitamos ponernos de acuerdo en cuáles son los hechos que observamos. Sin ese primer acuerdo, no hay intercambio posible de ideas o argumentos, no hay modo de tener experiencias compartidas, y corremos el riesgo de volvernos impermeables al otro.
Tener una realidad común a todos es una base que puede permitir tanto que concordemos como que discrepemos en rumbos posibles de acción. Pero estaremos juntos y conversando, y ese es el primer paso. Por eso, la pelea contra la posverdad es, también, una pelea por preservar la posibilidad de vínculo humano.
Podemos tratar de entender mejor la posverdad, especialmente para ser capaces de detectarla, enfrentarla, y sobrevivir (nosotros y nuestra especie) a ella. El camino es largo y complejo, sí, pero también muy interesante y transformador. El solo hecho de transitarlo puede no solo enseñarnos mucho sobre el mundo —y sobre nosotros mismos—, sino también darnos la posibilidad de recuperar el poder de ser agentes transformadores y de reclamar la oportunidad tanto de observar en libertad el mundo tal cual es como de usar las mejores herramientas posibles para imaginarlo como queremos que sea, y así ayudar a construirlo.
Pensar con otros es un intento de entender el problema de la posverdad, de compartir tanto su importancia como su urgencia, y de aportar algunas herramientas concretas para abordarlo.

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