Under Pressure x Queen

Presión
Aplastándome
presión aplastándote a ti
ningún hombre la pide.
Bajo presión
Ese fuego que
derriba un edificio
divide a una familia en dos,
pone a l gente en las calles.

La maldita máquina de matar x Billy Bond y la pesada del Rock and Roll

Tengo que derretir esa máquina de matar,
tengo que derretir esa maldita máquina de matar.
Para que nunca más vuelva
a destruir lo que hacemos con amor, amor.

Desencuentro x Almafuerte

Estás desorientado y no sabés,
qué bondi hay que tomar, para seguir.
Y en triste desencuentro con la fé,
querés cruzar el mar, y no podés.
La araña que salvaste te picó.
Qué vas a hacer.
Y el hombre que ayudaste te hizo mal,
dale que vá.
Y todo un carnaval, gritando pisoteó,
la mano fraternal que Dios te dió.

martes, 5 de julio de 2011

A 35 años de la “Masacre de San Patricio”: Juntos vivieron… Juntos murieron

Buenos Aires, lunes, 4 de julio de 2011 (ALC) - El domingo 4 de julio de 1976, tres sacerdotes y dos seminaristas pertenecientes a la Sociedad del Apostolado Católico –Padres Palotinos- fueron asesinados salvajemente en la Parroquia San Patricio, en el barrio de Belgrano (R) de la Capital Argentina. Las víctimas de ese ataque demencial fueron los sacerdotes Alfredo Kelly, Alfredo Leaden, Pedro Dufau, y los estudiantes Emilio Barletti y Salvador Barbeito.

Norberto H. Calvo

Las autoridades militares difundieron a las pocas horas de conocido el hecho, la hipótesis de un ataque extremista. Un comunicado del Comando de la Zona I del Ejército decía: "Elementos subversivos asesinaron cobardemente a sacerdotes y seminaristas. El vandálico hecho fue cometido en dependencias de la iglesia San Patricio, lo cual demuestra que sus autores, además de no tener Patria, tampoco tienen Dios." Pero no obstante, los indicios que fueron apareciendo no dejaron dudas sobre la participación de un grupo paramilitar ligado al gobierno de facto.

Es preciso reconocer que las autoridades de la Iglesia Católica Romana no tuvieron entonces un pronunciamiento categórico sobre el asesinato. Por otra parte, la investigación judicial iniciada en tiempo del gobierno militar tampoco arribó a conclusión alguna.

En 1989 apareció “La Masacre de San Patricio”, un libro del periodista Eduardo Kimel que permitió vislumbrar la oscura trama que rodeaba a aquel tremendo crimen. La obra reflejaba el fruto de sus investigaciones y permitió a la opinión pública conocer detalles que habían quedado maliciosamente ocultos, las más de las veces bajo la ignominiosa sospecha que sobrevolaba a las víctimas del sistema represor con un argumento que se hizo carne por entonces en la sociedad: “en algo andarían…”

Eduardo Kimel falleció el 10 de febrero de 2010 a los 57 años. En un pasaje de su libro, el periodista cuestionó la actuación de los jueces a cargo de la investigación, entre ellos el juez Guillermo Rivarola. Allí había escrito que “la actuación de los jueces durante la dictadura fue, en general, condescendiente, cuando no cómplice de la represión dictatorial. En el caso de los palotinos, el juez Guillermo Rivarola cumplió con la mayoría de los requisitos formales de la investigación, aunque resulta ostensible que una serie de elementos decisivos para la elucidación del asesinato no fueron tomados en cuenta. La evidencia de que la orden del crimen había partido de la entraña del poder militar paralizó la pesquisa, llevándola a un punto muerto” A causa de esa afirmación, este magistrado lo demandó por injuria y calumnia y en un juicio que llegó hasta la Suprema Corte Argentina.

Kimel resultó condenado a un año de prisión en suspenso y a pagar una indemnización de 20.000 pesos (que equivalían a 20.000 dólares). Convertido en un proceso paradigmático por la libertad de expresión, Kimel presentó el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en 2008 falló en su favor y en contra del Estado argentino. Merced al antecedente del “Caso Kimel”, el delito de calumnias e injurias quedó formalmente excluido del sistema penal argentino.

Los sucesos del 4 de julio de 1976 también inspiraron, en nuestro medio, a Gabriel Seisdedos a presentar una mirada intimista sobre quienes resultaron víctimas de este crimen inexplicable, pero también de todos aquellos que resultaron tocados por sus vínculos con la familia palotina y sus comunidades. Así surgió, en 1996, su libro “El honor de Dios”, del que conoceremos ahora una segunda edición actualizada y que tiene la cualidad de presentarnos una pintura vívida de aquella época de zozobra.

Por su parte, Juan Pablo Young y Pablo Zubizarreta, lograron concretar un espléndido trabajo documental con su película “4 de Julio: la masacre de San Patricio”. Esta realización resultó acreedora de varios premios en el género de documentales como también por su guión. Estas expresiones de la literatura y del cine que surgieron sin duda ante el dolor y el horror, son sin embargo expresiones de esperanza y de una decidida opción por la búsqueda de justicia.

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Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC)
Edición en español: Combatientes de Malvinas 1230, 3190 La Paz, Entre Ríos, Argentina

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