Un signo más antiguo de lo que se cree
La arroba, representada por el signo @, es una antigua medida española de peso equivalente a 11,502 kg, la cuarta parte de un quintal. La palabra proviene del árabe ruba (cuarta parte), derivada de arba (cuatro). El símbolo de las direcciones de correo electrónico, llamado arroba en español, fue creado por los copistas de la Edad Media tardía para representar la preposición latina ad.
Ese símbolo podría haber desaparecido en el siglo XV con la invención de la imprenta por Gutenberg, pero logró sobrevivir gracias a los mercaderes del Renacimiento, que lo usaron para vincular el número de productos vendidos con su precio unitario. De esta forma, 12 @ 3L significaba "12 unidades (de determinada mercadería) a tres libras cada una".
Se supone que el uso del signo ‘@’ para designar la arroba nació en España en el siglo XIX, cuando se descargaban mercaderías en los puertos de Cataluña, donde la naciente industria local copió algunas costumbres y manuales de contabilidad ingleses, que ya lo usaban desde un siglo antes. Dado que antes del símbolo ‘@’ venía en general el peso del producto, era natural que @ fuera interpretado como una unidad de peso, la más común de las cuales era la arroba en esa época.
Este signo, que ya había sobrevivido a la invención de la imprenta, volvió a salvarse de la extinción gracias a los inventores norteamericanos que, a fines del siglo XIX, crearon la primera máquina de escribir y lo incluyeron en su teclado, y un siglo más tarde lo heredaron las computadoras personales. Con el surgimiento de internet, Ray Tomlinson, el creador del primer software de correo electrónico, se vio en la necesidad de adoptar un carácter para separar la identificación del usuario de la correspondiente a la máquina o al proveedor. El señor Tomlinson eligió para tal fin nuestro signo secular, nacido a fines de la Edad Media, y lo transformó así en más usado y más famoso que nunca en su larga historia.
Como dato curioso, en italiano ‘@’ recibe el nombre de chiocciola, derivado del latín coclea (caracol); en holandés y alemán: apestaart y Klammeraffe (cola de mono); en sueco, snabel o kanebulle (trompa de elefante); y en otras lenguas europeas, simplemente pretzel.
[Fuente: La palabra del día. Enviado por Alejandro Olivieri]